ORÁCULO.
Zarp Onai.
•
Se cree que su origen es africano y que proviene de Azande, un pueblo del centro norte de África. Pueblo el cual tiene una gran creencia en la brujería y la magia, así como también de los oráculos.
Al ser el primer oráculo que ha existido se desconoce su edad, la única que lo sabe es Agnes, otra oráculo.
Zarp es un oráculo angelical, tiene contacto directo con los ángeles y arcángeles para brindar mensajes divinos, y para guiarlos a las victorias en batalla gracias a sus visiones. Él fue el creador de ese castillo, cuando vivió la época de la cacería de brujas y brujos se dispuso a reclutarlos para llevarlos a un mejor lugar, convirtiendo ese castillo en el hogar de brujas y brujos, él era el único oráculo que existía, o eso se creía, hasta que en una de sus visiones logró ver a otra persona igual a él, a una pequeña niña que poseía poderes similares a los suyos, la buscó y cuando la encontró la llevó con él al castillo, para enseñarle lo que sabía.
Pasaron así muchos años, guiando a los ángeles y arcángeles, sirviendo a Dios y Satanás, Zarp es neutro, ayuda a ángeles y demonios, a pesar de ser un angelical y contar con el don exclusivo de Dios. Pero su idea de solo ayudar a los ángeles cambió cuando conoció a Amon hace miles de años. Los oráculos por lo general no tienden a sentir afecto, y si lo hacen, con quién sea debe ser eterno, así que Amon ayudó a que de él aflorara algo que jamás había sentido, un sentimiento extraño que los mortales sin don llaman amor.
Pero Amon solo lo utilizó para encontrar a Gabriel, y se fue, dejándolo con ese sentimiento que deseada jamás haber sentido. Aun así, él serviría a Amon y a Satanás, aunque eso lo condenara de por vida.
Ha tenido visiones sobre el apocalipsis, aunque estas cambian constantemente, es impredecible poder ver con exactitud que pasará, aparte de eso, Adán y Dios pueden interferir en lo que ve, pueden darle un futuro incierto, un futuro que no es real.
Ya había visto a Lilith reencarnar en Charlotte, y la esperanza llegó también para él, pues, si ella logra acabar con Dios y su hijo él también sería libre, por lo mismo esperó con ansias que llegaran al castillo, así podría decirles a todos sus visiones, claro que con un costo.
Cuando Miguel llegó junto a Gabriel, quien estaba a punto de morir no fue de su agrado totalmente, ahí estaba el ángel por el cuál Amon lo había usado, y verla solo le hizo recordar aquella vez, pero era su deber ayudar a un ángel, por eso no tuvo opción y la curó con las lágrimas del bebedero del santuario.