3 años después
Alessandro
Ya han pasado 3 años desde esa "gran desgracia", mi madre ya no ha vuelto hablar del tema, por mi bien "ja" es una ternura.
Fui a su habitación ya eran las 8:35 de la mañana y ella no suele despertar tan tarde, entre a su habitación y la vi ahí tirada en esa enorme cama, las sabanas blancas hacen contraste con su hermosa piel porcelana y su largo pelo negro regado sobre toda la almoada, las sabana no estaban cubriendo su cuerpo y la bata dejaba al descubierto su delicada piel.
Me acerque a la cama y toque uno de sus descubiertos muslos, subí mi mano suavemente por la silueta de su cintura hasta que llegue a su escote, apreté uno de sus pechos son muy suaves, mis dedos se quedaron marcados en la piel de sus senos apesar de que mi presion sobre estos fue mínima, escuche un quejido de su parte por lo que aleje mi mano rápidamente pero ella solo se removió un poco y siguió durmiendo.
Sentí una fuerte punzada en mi entrepierna y al mirar mis pantalones vi como mi pene estaba apretado dentro de él, me coloque detrás de ella y puse mis brazos alrededor de su minúscula cintura, pegue mi erección a su trasero y me restregué suavemente contra él, mientras más tiempo pasaba mayor, era la intensidad con la que me restregaba contra él, hasta que por impulso di dos embestidas que me hicieron manchar los pantalones, me hizó tener un orgasmo sin siquiera entrar en ella, Amo questa donna.
Calme mi respiración y luego de un rato le di un beso en la mejilla, otro en la cabeza, otro en la frente, otro en la nariz y fui dando pequeños y castos besos en todo su rostro, la movi, le hice cosquillas y le susurre al oido varias veces que ya era hora de despertar, Dios que sueño más pesado, le pique las costillas varias veces, ella sonrió y me dió un largo y sonoro beso en la mejilla, ella lo es todo para mi.
Elisabetta
Sentí varios piquetes algo fuertes en las costillas, abrí los ojos de mala gana y al ver de quien se trataba mi humor cambió totalmente, vi a mi hijo, ¿cuando creció tanto?, apenas tiene 19 años y un rostro tan marcado, sabia que seria alto y robusto pero no pensé que desde tan temprana edad, es el triple de alto que yo y su cuerpo puedo cubrirme por completo cuando me da un abrazo, sus ojos estaban tan iluminados y su sonrisa tan amplia.
Elisabetta: me pregunto quién será la mujer que me está robando a mi hijo- dije y reí suavemente- ¿desde cuando estás de buen humor por las mañanas? ~no dijo nada solo se quedó con la mirada fija en mis ojos, luego desvió la mirada y amplió más su sonrisa, eso me confirmó que hay alguien, conozco perfectamente a mi hijo, se me hizó tan tierno, sigue siendo mi niño~.
Alessandro: qué dices mamá, tu eres la única mujer de mi vida , creeme nadie va apartarme de tu lado- le intente dar un beso en los labios, como cuando era niño, pero ella ladeo la cara y se puso de pie, note lo incómoda que se puso, eso me dió algo de rabia, ¿porque mierda me esquivaba?.
Elisabetta: - carraspeó un poco- cariño ¿ya has desayunado algo? ya son - miro el reloj sobre la mesita- las 9:11 ~el no dice nada se ha quedado estático en la cama mirándome con el ceño fruncido y los labios entreabiertos, ¿dónde esa mirada brillante y esa sonrisa enternecedora?~
Alessandro: no mamá, aún no he desayunado nada -me levanté de la cama, pase a su lado y salí de la habitación, ¿porque me hace esto a mi? ¿no sabe el daño que me hace o simplemente lo ignora?.
Elisabetta: ~baje detrás de Alessandro~ y ¿que te gustaría desayunar cariño? -Ignoró totalmente lo que le dije- ¿quieres un croissant y capuchino? -escuche cómo suspiró con exasperación, lo estoy agobiando otra vez- ¿qué pasa cariño?.
Alessandro: no pasa nada, solo dejame ya mamá -se que se sintió mal, pero yo me sentí peor- haz lo que quieras para tí, si no he desayunado es porque no tengo hambre, ¿no crees? -ella solo asintió levemente con la cabeza e intentó sonreír, pero fue un intento fallido, sus ojos se cristalizaron y ella simplemente dió la vuelta hacia la estufa y se quedó parada ahí por unos largos minutos, pero al final salió de la cocina sin más.
Alessandro: ~me siento mal por ella y por lo que le he dicho- mamá ¿no piensas desayunar? -dije con voz suave~
Elisabetta: no cariño, tampoco tengo hambre ~mi voz suena algo quebrada~ creo que mejor esperare a la hora de la comida ya son las 9:37 esta muy tarde para desayunar ~últimamente estoy muy sensible, todo me afecta y mi humor está muy cambiante y es mayormente a triste, a pesar de todos los años que han pasado, no puedo olvidar a mi Massimo, mi amado Massimo, no podré olvidarlo nunca~ cariño saldré a tomar un poco el aire ~se paró frente a mi cuando me puse de pie~
Alessandro: mamá no vas a salir, últimamente lo haces muy seguido -realmente casi nunca sale, pero siempre que lo hace todos esos hijos de puta se le tiran prácticamente encima- no quiero que tengamos problemas con otro imbécil como el del otro día, no tengo ganas de salir hoy y no te dejaré ir sola -ella se quedó mirandome con los ojos entre cerrados, tengo que decir algo más para convencerla -no es por nada mamá, es que luego me preocupo y cuando esos tipos te empiezan a acosar, no puedo contener la rabia y no es que sea cobarde pero ¿recuerdas cómo termine la ultima vez, verdad? ~ella fija su mirada en mi pero no dice nada, así que se lo recalco con todo y detalles- con las costillas rotas, el rostro destrozado y dos semanas conectado a una máquina respiratoria, ¿lo recuerdas verdad? -se que se está empezando a sentir culpable otra vez, estoy haciendo un gran esfuerzo por no sonreír- se que no fue tu culp -ella no me dejo terminar y ahí me di cuenta de que lo había logrado-.