☡Este capítulo contiene insesto, palabras y acciones repulsivas☡
Elisabetta
~Te gustará lo prometo
Te gustará
Te gustará
Te gustará~
¿De verdad piensa que esto me está gustando?, ¿cómo podría gustarme, cómo podría siquiera pensar en eso?, siento como su falo entraba y salía de mi con mucha rudeza, esto duele, duele como el infierno, siento que me está desgarrando, el es muy grande y desde hace casi 4 años que no mantengo relaciones, senti una estocada que me hizo respingar por el dolor, mi garganta dolía tanto o más que mi cuerpo, mi voz no podía estar más quebrada pero aun así lo segui intentando.
Elisabetta: Alessandro ya para ~mi voz se escuchó destrozada, me duele todo, pero nada me duele tanto como el alma, ¿como le explico a mi corazón de madre que este hombre es nuestro hijo?¿cómo le explico que no debe odiarlo?, no puedo hacerlo, no puedo evitarlo y en estos momentos estoy recordando, mi infancia, si se le puede llamar así, fue arruinada por su padre ¿y ahora él?, sus gemidos cerca de mi oreja me sentí como aquella niña otra vez.
Él se acercó a mis labios e hice el intento de evitarlo pero tomo mis mejillas entre sus dedos y me beso, sentí ganas de vomitar ¡es mi hijo cómo se atreve a hacerme esto!, todo esto es tan repulsivo, dejó mis labios pero no soltó mi rostro, se quedó mirándome directamente a los ojos mientras subía y bajaba sobre mi cuerpo.
Alessandro
Se siente tan bien, siento como mi glande toca lo más profundo de ella pero aun asi quiero sentirla más, sus pequeños quejidos me excitan aún más, sus lágrimas acumuladas en sus párpados inferiores derramándose cada que pestañeaba y volviéndose a llenar, sus pequeños labios y su rostro igual de rojos.
Alessandro: ¿se siente bien verdad?¿he? ~le di una estocada intensa que me dejó al borde de correrme~ dime que te gusta, ¿puedes sentir lo profundo que llegó en ti? ~ella intentó quitarme, ¿es que no se da cuenta que sus intentos son inútiles?, tiene sus manos sobre mis brazos haciendo presión hacia al lado, dí dos fuerte estocadas y al instante escuche un chillido de su parte, soltando mis brazos y posando sus manos cerca de mis caderas intentando pararlas.
Salí de ella y vi como hizo el intento de levantarse ¿en serio piensa que esto acaba aquí?, hale su pierna y la deje recostada nuevamente, yo me puse de rodillas y entre nuevamente en ella, mis caderas se movían prácticamente solas con mucha rapidez e intensidad, quiero que ella lo disfrute tanto como yo pero eso parece imposible, tocó su clítoris y ella se remueva más y se queja, a la mierda con intentar hacerla sentir bien, aleje mi mano y seguí con mis movimientos.
Cuando creía que no podría sentirse mejor, un calor abrasador llego a mi, mis músculos se tensaron y mi cabeza se sentía un tanto pesada por lo que la recoste sobre su pecho y un cosquilleo junto a la presión de mi abdomen bajo me tienen alucinado, no puedo evitar dejar escapar unas sonrisas momentaneas junto a mis gemidos con cada estocada.
Elisabetta: Me duele Alessandro para, para ya, ¡ah! -sollozo-
Alessandro: Estoy a punto de llegar, quiero que me mires y quiero que recuerdes este momento porque este es el verdadero principio de nuestra historia, ¡ah! ¡ah! ¡aaah! ¡mierda! ¡o Diooos!, ¡ me corro, me correre, me correre para ti! ¡si! ¡si! ¡si! ¡AAAH! ~di las estocadas de la gloria esas que me llevaron a un éxtasis inigualable, sentí como su cuerpo se estremeció por la fuerza de aquellas penetraciones, parecía que no me terminaria de correr nunca, tenia tanto semen acumulado, mis bolas se sienten relajadas y mis caderas se balancearon durante un rato con suavidad, me detuve pero yo no salí de ella, quiero quedarme así para siempre.
Intente acostarme sobre su pecho sin aplastarla totalmente pero estoy demasiado cansado para ello así que de mala gana salí de ella y me recoste a su lado su mirada estaba perdida, su pelo estaba pegado a su frente y mejilla por culpa del sudor y las lagrimas, se ve destrozada y en lo unica que pienso yo es repetirlo una y otra vez, la pregunta es ¿y porque no?, solo una vez más.
Alessandro: solo una vez más ~susurre y su mirada se encontró con la mía, esa mirada llena de temor, sentí esa conexión, sentí como se reescribía la historia, sentí que este es nuestro verdadero comienzo, el comienzo correcto~ suelta la sabana Elisabetta.
Elisabetta: ¿Qué? -murmure-
Alessandro: que sueltes la puta sabana, ahora.
Elisabetta: no, ¡ya basta dejame ya!, ¡suéltame! -antes me sentía tan feliz de que mi hijo fuera tan fuerte y tan alto pero en esto momentos esa felicidad no aplica-
Alessandro: ~no le sirvió de nada siquiera intentarlo, aprece sus manos y acerque mi frente a la suya~ escúchame bien, ¡para ya y escúchame porque no lo diré dos veces, maldita sea!, puedo llevarte a mismo cielo si me dejas pero si no está en tus planes hacerlo te hundirás en el puto infierno conmigo, ¿lo captas?¿uhm?, se que lo haces así que para ya y acepta esta mierda de una vez por todas.
Elisabetta: eres mi hijo cómo puedes pedirme algo así ~siento que me ahogo con mis propias palabras y lágrimas-