¡ADVERTENCIA!
Este capítulo contiene escenas de pedofilia y pederastas, abuso y manipulación física y mental, palabras y acciones repulsivas y obscenas, no estoy a favor de nada de lo ocurrido aquí, todo es ficción y cualquier parecido a la realidad es pura casualidad, si deseas saltar este capítulo y continuar la historia en el siguiente puedes hacerlo sin problemas ya que en el siguiente se explica pormenorizadamente lo que ha pasado sin ningún tipo de explicitud, sin más que decir puedes continuar la lectura o saltarla esa ya es tu decisión.
Massimo
Estaba quitando su última prenda, su ropa íntima, y ella estaba como si nada, no es que quiera que haga un alboroto pero se ve tan relajada tan ida de la situación.
Empecé a quitarme la camisa y el pantalón pero cuando me quite la ropa interior y quede totalmente desnudo frente a ella su mirada recayó en mi cuerpo desnudo y pude notar la incomodidad y el miedo como empezaban a aparecer pero aún así sólo volteó el rostro y se quedó quieta tal y como la había recostado desde el principio.
Me coloqué sobre ella y puse sus delicadas piernas al costado de mis caderas, incliné mi rostro y acerqué mis labios a su oído y le susurré que todo estaría bien, que sólo dolería un poco pero que yo sería delicado con ella pero no dijo nada se parecía estar en otro lugar, tomé su rostro e hice que me prestará atención le sonreí y bese sus dulces y pequeños labios con delicadeza y paciencia mientras toma mi pene ya duro con una mano y lo coloqué sobre sus pliegues, ella se movió con la intención de cerrar la pierdas pero mis caderas no se lo permitieron.
Ella luego de su débil intento se volvió a quedar quieta y yo empecé a deslizar mi pene de abajo arriba haciendo que mi glande tuviera un roce con su clítoris, ella hacía gestos de incomodidad mientras que los míos de total éxtasis por la sensación de sentir las cálidas y suaves paredes internas de su vagina.
Massimo: inhala y exhala.
Elisabetta: ¿para qué?
Massimo: vamos cariño sólo hazlo.
Elisabetta: ~inhalé y exhalé como me lo había pedido pero él me pidió que lo haga otra vez y lo hice no sé porque seguía pidiéndome que respirara tanto me hizo hacerlo varias veces y me dijo que no para de hacerlo~ aah! Duele, para!
Massimo: shhh, tranquila ~dejé caer un poco mi peso sobre su cuerpo ya que empezó a hacer unos movimientos algo bruscos, sólo había metido el glande, su pequeña vagina se ajustada alrededor de él haciendo que en loquesca por las ganas de darle fuertes estocadas hasta vaciarme completamente dentro de ella, su cuerpo se estremeció cuando entre otros pocos centímetros, sus manos fueron a parar mis hombros pero su intento fue en vano, abracé su cintura y empecé a repartir besos por todo su cuello y hombro luego empecé a besar sus orejas~
Elisabetta: ummm.
Massimo: ~me separe de su oreja y la observé con una sonrisa ella acababa de gemir por mi, ella parecía no entender lo que acababa de hacer pero fue el sonido más sexi y tierno que cualquiera haya podido escuchar, me acerqué a sus labios y los besé con suavidad y logré meter la mitad de mi pene, ella respingó y sus sollozos se ahogaron en el beso~
Elisabetta: ~cerré los ojos e intente imaginar que esto no era lo que estaba ocurriendo pero dolía demasiado~ ya no más, por favor -logró decir entre lágrimas después que él liberará sus labios-
Massimo: tranquila, recuerda lo que te dije respira...
Elisabetta: -lo interrumpe- ¡no quiero respirar, quiero que pares!.
Massimo: amore cálmate sino dolerá más vamos respira -Elisabetta lo hace- eso es, así.
Narradora
Massimo se puso de rodillas sin sacar la mitad de su gran miembro de dentro de la pequeña, este luego de un rato dándole caricias al vientre bajo y al clítoris de la pequeña saco su pene un poco y lo volvió a meter justo lo mismo, él sabía que era muy grande para la pequeña vagina de Elisabetta por lo que pensaba sólo hacerlo con la mitad de su miembro, este continuo con lo suyo metiendo y sacando la mitad de su grueso pene de Elisabetta la cual se dedicaba a respirar hondo sin parar para calmar el dolor que ya no era tanto como al principio.
Massimo había descubierto dos puntos sensibles en Elisabetta, sus orejas y su clítoris y como él deseaba que su mujer disfrutará su primera vez juntos tanto como él lo estaba haciendo se dedicó a darle atención a esos dos puntos, lambió sus orejas haciendo que ella tomara su nuca con su pequeña mano y hacer cara más sus labios a su oreja.
Luego él posó la mano que no estaba reteniendo su peso sobre la cama y la colocó sobre su clítoris haciendo pequeños círculos con su pulgar el cuerpo de Elisabetta por la estimulación tenía reacciones una de ellas fue con sus caderas las cuales sé movían de arriba a abajo.
Massimo dejó de hacer todo lo que estaba haciendo y descendió a entre las piernas de la pequeña y comenzó con unas lentas lamidas en su clítoris las cuales fueron subiendo de intensidad y rapidez, Elisabetta quería que para de verdad quería que él lo hiciera pero a la vez no porque se sentía realmente bien ella sabía que lo quedó estaba haciendo se llamaba sexo porque su pene estaba en su vagina pero no sabía más ya que lo poco que habían dicho en su escuela secundaria sobre esto eran cosas básicas y sus amigos y amigas siempre le decían que ella "no necesitaba prestar atención a eso" por lo que siempre ignoraba esas charlas ya que también la ponían de los nervios.