Asquerosa Obsesión (re-subida)

Capítulo 22


 

¡ADVERTENCIA!


 

Este capítulo contiene escenas fuerte y tal vez perturbadoras, violencia, asesinatos, sexo explicito, vocabulario fuerte y vulgar. Todo es ficción, no se apoyan ninguna de las acciones o deducciones de los personajes, todos los capítulos incluido este son escritos de manera objetiva, es tu decisión leer o no el siguiente capítulo.


 

Sin más que decir puedes continuar la lectura si así lo deseas.


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

Narradora

Ella... ella era la que había logrado su objetivo, alejarlo de aquel gran armario, Elisabetta se encontraba sobre Massimo totalmente desnuda subiendo y bajando sobre su pene mientras él la tomaba de la cintura y gemía, ella no duró mucho en aquella posición ya que Massimo la volcó dejándola debajo de él.

Él realmente era muy agresivo en el sexo cosa a la que Elisabetta nunca se acostumbró, luego de un rato de ser penetrada de aquella brutal manera Massimo se sentó en la cama y la colocó a ella sobre el frente a frente, ella era realmente sensible en el clítoris cosa que él sabía, colocó cuatro dedos sobre su clítoris y los movió de manera rápida y constante sacándole unos cuantos gemidos y lloriqueos a Elisabetta, ella sostuvo la mano con la cual estaba siendo masturbada intentando pararlo pero él simplemente ejerció más presión sobre este logrando que Elisabetta tuviera un squirting que los empapó por completo.

La vagina de Elisabetta se encontraba sensible sin embargo él seguía con sus constantes embestidas, los gemidos de Massimo se hicieron aún más presentes ya que tras el orgasmo de Elisabetta la vagina de esta no paraba de apretar y aflojar su miembro como si tratara de encontrar una manera de ajustarse a aquella enorme polla.

El orgasmo de Massimo estaba a nada de llegar sin embargo para Elisabetta esto se estaba volviendo una eternidad.


 

Elisabetta: !no!, no más -dijo al sentir los demos Massimo sobre su clítoris nuevamente-

 

Massimo: ¡ha! O Dios si esto es lo mejor, ¡apriétame más!, destrózame la polla -le susurró excitado mientras impulsaba las caderas de Elisabetta hacia arriba para que ella lo monte cosa que está hizo- vamos, vamos hazme venir, no dejes de saltar hasta que salga todo -le decía entré murmullos ahogados en el hueco del cuellos de Elisabetta- !ah-ah!, de espaldas -le dijo exasperado, cuando Elisabetta lo hizo el lento vaivén que tenía sobre él desapareció y se hicieron presentes las duras embestidas que hacían chocar ruidosamente la cama de la pared- ¡AH Avrò un duro orgasmo! -dio tres embestidas más que hicieron que se corra, una pequeña parte dentro de Elisabetta y otra bastante notable en su espalda, específicamente en la línea que forma la columna-

Me encanta ver como baja toda por tu espalda, te ves tan sexi así -sigue pero con lentas embestidas, coloca sus dos manos sobre la espalda de Elisabetta y esparce toda su esencia por esta, las pasa por sus pechos, hombros y por último sus glúteos donde da tres fuertes nalgadas que hicieron respingar de dolor a Elisabetta- has estado genial amore, ¿Ti piaccio?

 

Elisabetta: no sé de qué hablas -dijo cubriéndose con la sábana-

 

Massimo:  Ti chiedo se ti piaccio o no.
 

Elisabetta: sabes que no entiendo el italiano.
 

Massimo: porque no quieres, tienes maestros de Italiano pero nunca pones atención en sus clases, vives en Italia desde hace años cómo es posible -dice algo frustrado-

 

Elisabetta: ¿si aprendo italiano me dejarás estudiar?

 

Massimo: -empieza a ponerse de pie- no -responde simple-

 

Elisabetta: entonces no necesito aprender italiano, prácticamente nunca salgo y cuando lo hago estoy rodeada de gente que habla por mi.
 

Massimo: no mientas te he dejado salir sola un par de veces.

 

Elisabetta: Dos.

 

Massimo: ¿Qué?

 

Elisabetta: me has dejado salir sola dos veces.

 

Massimo: eres mi mujer, ¿se te hace poco?, hay mucha gente que quiere hacerme daño y eso te incluye a ti, lo hago por tu bien -se acerca a la cama nuevamente y le da un casto beso-

 

Elisabetta: como sea -dice con una tranquilidad que al poco tiempo se desvanece, su corazón empezó a latir con rapidez y sus ojos se agrandaron inmensurablemente al ver como Massimo se acercaba al armario- ¿que haces?

 

Massimo: buscar ropa, ¿qué más podría hacer en un armario? -dice con burla-

 

Elisabetta: ¿no vas a ducharte?, después de lo que hicimos lo ideal sería entrar a ducharnos, ¿no crees?

 

Massimo: ¿quieres que nos duchemos juntos?
 

Elisabetta: si...hace tiempo no nos duchamos juntos.

 

Massimo: principessa aprecio tu raro comportamiento de hoy, enserio quisiera que fueras así por siempre pero hoy no puedo perder el tiempo tengo que salir.

 

Elisabetta: -se paró rápidamente de la cama y lo abrazó por detrás- duchemonos juntos, por favor -le dice mientras esté la mira desde arriba a los ojos-
 

Massimo: -esté suspira y cierra los ojos- está bien, tú ganas -Elisabetta se coloca delante de él elevándose hasta quedar cerca de sus labios pero lo suficiente como para besarlo por lo que él se inclinó un poco y la beso- me encantaría irme así, lleno de tu esencia, así te estaría llevando conmigo de cierta forma -ríe con voz ronca- no creo que el estar perdiendo el tiempo así valga la pena sin algo de por medio.
 




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