Asquerosa Obsesión (re-subida)

Capítulo 24


 

 

Maratón 2/3


 


 

Elisabetta

Eran las 8:15 cuando desperté, me encontraba en la cama con Alessandro dormido detrás de mí abrazándome, seria estupido preguntar cómo llegue aquí ya que la respuesta era evidente, intente quitarme su brazo, pero este se encontraba fuertemente agarrado a mi, por unos minutos me sentí bien, pensé en él como lo ques, mi hijo, recordé aquellas pasadas mañanas en las que despertábamos juntos, en la que no me daba cuenta siquiera cuando se acostaba junto a mi y me abrazaba de esta manera en la que lo está haciendo ahora, por un segundo se sintió como en aquellos momentos pero era inevitable no recordar el motivo del cual estoy aquí.

Intente nuevamente quitar sus brazos de mi alrededor pero este ejerció más fuerza no hasta el punto de hacerme daño pero sí el suficiente como para mantenerme en el mismo sitio, él está despierto.


 

Elisabetta: suéltame.

 

Alessandro: sólo un rato más -la acerca más a él-

 

Elisabetta: necesito ir al baño.
 

Alessandro: pero está muy temprano aún ve luego -dice adormilado-
 

Elisabetta: Alessandro déjame ir -dice cortante-

 

Alessandro: -afloja su agarre y se afinca sobre su codo quedando cara a cara con Elisabetta serio- no vuelvas a decirme así.
 

Elisabetta: ¿cómo?, ¿Alessandro?, no digas estupideces -vuelve a intentar deshacerse del agarre pero Alessandro no cedía-
 

Alessandro: no estoy jugando.

 

Elisabetta: yo tampoco, no he dicho nada malo té he llamado por tu nombre.

 

Alessandro: de ahora en adelante no vuelvas a hacerlo y mucho menos con ese tono -le dice aún más serio al ver que esta lo seguía mirando con indiferencia- ¿me estás escuchando?
 

Elisabetta: te escucho pero no voy a hacer tal estupidez, ¿como quieres que te llame?, ¿amo y señor?

 

Alessandro: te lo advertí, no lo volveré a repetir.

 

Elisabetta: -se queda mirándolo fijamente- ¿no te das cuenta?, estás tan perdido que ignoras todo a tu alrededor.

 

Alessandro: ¿quieres empezar una discusión?, ¿es eso?
 

Elisabetta: -ignora lo que dice y sigue hablando- tal vez y todo esto es mi culpa por no haberte puesto límites.

 

Alessandro: ¿puedes dejar de hablar de nosotros como si fuéramos un error?
 

Elisabetta: ~discutir con él es estupido, está acostumbrado a ser el de la última palabra~ está bien.

 


 

Narradora

Alessandro la soltó y estrujó su rostro con sus manos, escuchó después de unos minutos como la ducha fue abierta, aquella erección matutina se hizo más presente haciendo que se le marque el pene debajo del fino pantalón de pijama, Alessandro se levantó con una pequeña sonrisa maliciosa de la cama dirigiéndose al baño dispuesto a hacer de las suyas para su mala suerte Elisabetta le había puesto seguro a la puerta.

Habían pasado apenas cinco minutos que para Alessandro se habían vuelto una eternidad, él se encontraba desesperado porque saliera Elisabetta del baño cosa que la mencionada no  hacía, Alessandro cansado de esperar y con su entrepierna adolorida y necesitada empezó a acariciar su miembro viril por encima de su pantalón, al poco tiempo sacó este y lo apretó entre sus manos dejando salir un gemido, movía su mano derecha de arriba abajo de forma rápida y ruda dejando salir gemidos que cada vez se hacían más fuertes, al sentir cerca el orgasmo su mano que antes se movía de manera recta en el tronco de su miembro empezó a hacerlo de manera circular sobre su glande.

Alessandro había dejado su imaginación al vuelo, se imaginaba a Elisabetta frente a él masturbando y lambiendo su falo de manera continua y rápida mientras él tomaba su pelo e impulsaba sus caderas haciendo que errara por completo en su boca tocando la campana de su garganta haciéndola tener arcadas, aquella imagen preciosa y excitante ante sus ojos lo hizo tener un fuerte orgasmo esto lo hizo bajar el ritmo de su mano empezando un lento y suave movimiento.

Elisabetta salió del baño encontrándose con su hijo en aquella situación, Alessandro respiraba agitado mientras la observaba como un depredador a su presa, Elisabetta se asqueó de aquella imagen frente a ella, desvió la mirada hacia el armario.


 

Elisabetta: no has traído ropa.

 

Alessandro: no, luego compraré lo que te haga falta.

 

Elisabetta: ¿mientras que hago?, ¿me quedo sólo con la toalla puesta hasta que dé la gana de salir?

 

Alessandro: vuelve a ponerte la ropa que tenías puesta.

 

Elisabetta: no, llevo tres días con esa ropa ya.

 

Alessandro: puedes ponerte mi camiseta.

 

Elisabetta: no quiero, tu camiseta es muy fina además la tienes puesta.

 

Alessandro: no pasa nada me la quito y...

 

Elisabetta: -lo interrumpió- está sudada.

 

Alessandro: mejor, una camiseta con el sudor y la esencia de tu hombre -esté ríe al ver la expresión de asco de Elisabetta- amor no te enfades -sigue riendo de manera suave-

 

Elisabetta: ¿entonces?

 

Alessandro: ¿entonces que?

 

Elisabetta: ¿qué pretendes, que ande en toalla por ahí?

 

Alessandro: en mi opinión sería mejor si andarás por ahí sin nada -le sonríe de manera curvada sin mostrar sus dientes-




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