Elisabetta
No sé cuánto tiempo a pasado, si un mes, dos meses o incluso tres, simplemente no tengo noción del tiempo aquí y él tampoco me permite tenerlo, todo a seguido transcurriendo tal y como desde el principio pero sin los golpes, sólo con sus gritos, sus constantes cambios de humor y sus abusos los cuales nunca cesan.
Él se ha hecho cargo ya del puesto de su padre en la cosa nostra y con él poco tiempo que lleva le temen más a él, quien se encargaba de sustituir a Massimo hasta que a Alessandro le tocará asumir el puesto ahora se encarga de guiarlo, no es piadoso, ni compasivo, es idéntico a su padre en ese aspecto, es calculador, manipulador y egoísta, algunos de los trabajadores dicen que en Italia había vuelto la era de calvario otra vez, lo que para mí era un rumor de paredes para ellos era una realidad.
Alessandro a estado muy misterioso estos últimos días, si aún más de lo que ya es, he visto cajas entrar y salir al igual que personas pero todos contestas mis preguntas con temor, no se podría decir siquiera que responden mis preguntas sólo contraponen otros temas como respuesta, si fuera por ellos ni siquiera me hablaran pero su miedo a Alessandro no les permite quedarse callados cuando les hablo, me siento encerrada.
El mismo día en la noche
Elisabetta: ~todos estaban tan estraños y yo me estaba poniendo nerviosa, me hicieron subir a la habitación desde hace unas cinco hora y aún nadie sube a decirme que pasa, hasta que entro una de las empleadas, era una chica muy joven, con una caja en mano entró sin decir nada dejó la caja sobre la cama pasándome por el lado sin siquiera decir hola hizo esto y se fue. Abrí la caja y había un precioso vestido azul, esto sin duda lo eligió a Alessandro, no tenía escote, era largo y un poco ajustado de la cintura , pero lo único que hice luego de ver el vestido fue cerrar la caja y sentarme nuevamente en la cama, hasta que entro la chica junto a otras dos mujeres un poco más mayores que ellas, la más joven era tímida lo notaba y las demás eran muy extrovertidas sin duda no las había visto aquí antes~
Lila: ¿señora Elisabetta porque no tiene puesto el vestido aún?
Elisabetta: ¿por qué debería ponérmelo?
Victoria: porque su marido así lo ha pedido.
Elisabetta: ~si todos se refieren a Alessandro como mi marido y futuro esposo, si te preguntas si le he dicho a alguien que es mi hijo si lo hice a toda la casa, estaría demás aclarar que esto lo sabe toda Italia pero según algunos es buen hombre que mantiene el linaje y según otros es un enfermo, estoy tan harta de querer aclarar algo que todos tienen más que claro pero que simplemente ignoran que ya no digo nada~ pues díganle que no me apetece ~vi el miedo reflejado en sus rostros como si de una escena de terror se tratará y se porqué, simplemente suspiré tomé la caja y fui al baño, Alessandro descargaría su enojo en ellas por esto y por cosas más estúpidas aún~ listo, pueden respirar ~dije al salir del baño~
Lila: se ve preciosa señora.
Victoria: ese vestido se ajusta perfecto a su cuerpo.
Elisabetta: ~todas se quedaron calladas esperando a que la menor hablara, se me hizo un escenario tan tierna~ no tiene que decir nada déjenla ~les dije al ver que le daban toques con el codo y ella sólo agachaba más la cabeza~
Lila: no está bien ella quiere hacerlo, ¿verdad Sarahin?
Sarahin: yo...usted..es linda.
Elisabetta: -sonríe- gracias, ¿qué edad tienes? -no recibe respuesta-
Victoria: -está con una sonrisa nerviosa codea a Sarahin- Sarahin tú edad.
Sarahin: 17, tengo 17 años.
Elisabetta: creo que también eres preciosa Sarahin.
Sarahin: gracias.
Lila: bueno ¿empecemos ya no? -toman a Elisabetta de los hombros y la llevan frente al tocador-
Elisabetta: ¿aque? -pregunta-
Victoria: a maquillar este bello rostro -dice mientras lo toma en mano y lo coloca junto al suyo mejilla con mejilla frente al espejo-
Narradora
Unos pocos minutos habían pasado desde que empezaron a maquillar a Elisabetta, luego de que le fueron los últimos retoques a su maquillaje sencillo ya que se había negado rotundamente aún maquillaje extravagante, muy cargado o llamativo, después de docena de halagos por su aspecto las chicas se iban.
Elisabetta: antes de irse, quería preguntarles desde que llegaron si son hermanas.
Victoria: si, lo somos, pero no lo parecemos porque soy la más bella.
Narradora
Elisabetta tenía un largo tiempo sin haberse reído así, las chicas se habían quedado un rato, un rato que Elisabetta había apreciado mucho y no quería que acabara pero no podría ser así, una de las chicas dijo que tenían que irse y eso hicieron.
Subió otra mujer mayor, muy seria que miró a Elisabetta, asintió y le dijo que la siga, Elisabetta lo hizo, siguió a la mujer. Mientras más avanzaban por los pasillos más oscuro del volvía el camino, pararon su andares cuando la señora se detuvo frente a las escaleras, las luces se fueron encendiendo poco a poco iluminando a todas esas personas desconocidas para ella, a excepción de Alessandro quien le sonreía con una sonrisa desde la otra punta de abajo de la escalera.