¿Cinco?, no, seis meses habían pasado desde aquella noche, Elisabetta se había vuelto más cruel y fría que nunca. Su embarazo ya era notable y pese a todo estaba sana.
Angelo pasaba tardes y noches en esa casa cuando estaba en Italia, se había formado un vínculo entre él y Elisabetta bastante fuerte, su relación con Alessandro se deterioró, seguían siendo "amigos" pero nada parecido a lo que algún día llegaron a ser.
Alessandro que iba por la casa y se encontró a Angelo, tal y como deseaba.
Alessandro: te estaba buscando.
Angelo: ¿A mí para qué?
Alessandro: ¿puedes por favor subir al cuarto de tu hermana y pedirle que coma algo?, lleva dos días sin probar un bocado.
Angelo: tranquilo hermano, ¿dónde está la comida?, sé la llevo.
Alessandro: ya está en la habitación, solo haz que coma.
Angelo: está bien, ahora subiré ~este hijo de puta jamás se disculpó por todas las mierdas que me hizo y aún así actúa con tanta tranquilidad como si nunca hubiera pasado nada, te crees tan superior Alessandro Berlusconi~
Angelo se había dirigido a la habitación de su hermana tocando la puerta y quedándose en silencio cuando Elisabetta preguntó "¿Quién?", tocando otra vez sin decir palabra, provocando que Elisabetta abriera la puerta con brusquedad con una cara de enfado que se desvaneció al ver quien era.
Elisabetta: ¿eres tonto? -le dice y le golpea el hombro- entra.
Angelo: ¿qué te pasa?
Elisabetta: ¿a mí?, no me pasa nada.
Angelo: ¿por qué no quieres comer?
Elisabetta: por Dios ahora piensa que eres mi padre o algo por el estilo, te lo cuenta todo.
Angelo: debes comer vamos.
Elisabetta: no importa que, siempre estarás de su lado, ¿no es así?
Angelo: siempre estaré del tuyo y lo sabes, ¿recuerdas lo que te dije?, te ayudaré a salir de aquí pero tienes que mantenerte fuerte debes comer, no puedes tardar tanto tiempo sin alimentarte eso le hace daño también al bebé.
Elisabetta: ¿a que no adivinas cuánto me importa? -le dice de forma burlesca-
Angelo: lo digo enserio, no le des motivos para que tenga que estar a tu alrededor 24/7.
Elisabetta: no importa lo que haga siempre está encima de mí todo el tiempo.
Angelo: pues no le des motivos para que lo esté aún más, todo lo que haces le es informado, procura no confiar en nadie.
Ahora vamos a comer, ¡oh! por Dios mira que delicia -le hablaba como a una niña- dí "ah".
Él no sólo veía a su hermana mayor cuando miraba a Elisabetta sino también a la niña que fue de todo menos eso, él quería protegerlas a ambas.
Entre risas y charlas pasó el tiempo, se habían acostado en la cama mientras contaban historias tanto tristes como felices, era un ambiente envidiablemente cómodo. Estos se habían quedado dormidos abrazados, Elisabetta sentía una inmensa felicidad siempre que se encontraba con su hermano ya que para ella él era el único que en realidad la quería sin razón alguna, de manera innata.
Alessandro había llegado encontrándose con esa tierna imagen ante algunos ojos pero no ante los suyos, los celos lo consumían, aunque ya no eran celos de amante, lo eran de una persona egoísta que buscaba el gobierno y propiedad total de otra. Sentía que ese era su lugar, que él merecía estar ahí con su "mujer" y no
aquel bastardo. Sin embargo no dijo nada y salió.
¡Buenos vibes!