El reloj marcaba que eran las 9:25 de la noche, Elisabetta y Angelo despertaron para después bajar a la cocina a cenar algo.
Elisabetta: quiero comer pepinillos con ketchup.
Angelo: primero que todo, que asco y segundo eso no es una cena.
Elisabetta: pues papas fritas con helado.
Angelo: no suena tan asqueroso pero sigue sin ser una cena.
Elisabetta: -pone unos ojos tiernos irresistibles para él mientras unía sus manos en forma de súplica- compláceme por favor.
Angelo: te complazco con las patatas pero no con el helado.
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Estaban en la sala comiendo patatas con helado mientras veían una película.
"¿Me puedo unir?"
Alessandro: -preguntó de fondo- ¿o les arruinó el ambiente? -dice en broma pero no le causó gracia a nadie-
Elisabetta: si mejor lárgate.
Angelo: no, está bien quédate ya tenía que irme -se acercó a Elisabetta para darle un abrazo de despedida- nos vemos mañana.
Alessandro tras la ida de Angelo se sentó en el sofá junto a Elisabetta pero está se paró al instante yéndose a comer a la mesa hasta donde Alessandro la siguió sentándose nuevamente a su lado, este tenía una mano sobre la mesa y con la otra empezó a acariciar el pelo de Elisabetta pero no duró mucho ya que ésta le clavó el tenedor con el que estaba comiendo en la mano que estaba en la mesa provocando un gran dolor en Alessandro pero ella simplemente lo vio retorcerse del dolor sin hacer nada.
Elisabetta: no me vuelvas a tocar.
Alessandro: no me pidas eso por qué no puedo cumplir. Aunque hagas esto una docena de veces más seguiré buscando tu tacto.
Elisabetta lo miró con asco levantándose de la mesa y dirigiéndose a la habitación, cuando estaba ya acostada en la cama tiró una almohada al suelo, Alessandro que estaba parado en el marco de la puerta entendió por lo que la tomó y se recostó en el sofá de la habitación.
Desde aquella esquina veía a Elisabetta.
Alessandro: nuestro hijo será precioso y sano.
Elisabetta: probablemente nazca deforme o peor aún un enfermo como tu.
Alessandro: no digas esas cosas -la mira serio- soporto todas tus mierdas día y noche, me estás llevando a mi límite.
Elisabetta: te propongo algo.
Alessandro: te escucho.
Elisabetta: mátame y ya no te llevaré a "tu límite".
Alessandro: -La miró con ojos cansados suspirando- ya cállate y duerme, tu hermano me dijo que te tenía una sorpresa.
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11:50 a.m.
Elisabetta: ~estaba ansiosa por saber cuál era aquella sorpresa que me tenía Angelo por lo que desde que lo vi entrar por aquella puerta me abalancé sobre él~ dime que es ~le pregunté sin rodeos~
Angelo: hola a ti también.
Elisabetta: vamos dime que es.
Angelo: adivina.
Elisabetta: ¿me sacarás de aquí? -le susurra-
Angelo: Aún no -le susurra de vuelta- pero traeré a alguien especial de visita.
Elisabetta: -lo mira con el ceño fruncido- ¿a quién?
Angelo: a nuestra madre.
Elisabetta: ¿Qué...
¡Buenos vibes!