Elisabetta: ¿Qué...acabas de decir?
Angelo: -le cambió el rostro al ver la expresión de Elisabetta- ¿no estás feliz?
Elisabetta: ¡¿cómo voy a estar feliz de ver a esa señora?!, ella me abandonó, toda mi maldita vida siempre estuvo en sus manos, ella nunca me buscó, se olvidó totalmente de mi, hizo una nueva vida de la cual yo ya no formaba parte porque "ya había sufrido bastante como para volver a sufrir por mi", esa mujer es el ser más egoísta.
Angelo: pero debes entender ella nunca lo hizo con malas intenciones, ella no planeó que las cosas se dieran así solo sucedieron.
Elisabetta: Por Dios.
Angelo: no justificó lo que hizo, no estuvo bien pero ¿no es mejor perdonar?
Elisabetta: no, no es mejor, ya estoy harta de ser quien perdona, quien entiende, quien aguanta, ya no estoy dispuesta a sacrificarme por nada ni por nadie otra vez.
Angelo: y está bien no tienes que hacerlo pero deshazte de ese rencor, por favor vela y dile lo que sientes aunque a ti te duela verla y a ella escucharte pero no te quedes con todo ese veneno dentro.
Elisabetta lo miró a los ojos por un momento y sin más agachó la cabeza después de suspirar.
Elisabetta: ¿cuándo viene?
Angelo: ya está aquí.
Elisabetta: maldita sea, ¿por qué no avisaste antes?
Angelo: por que era una sorpresa que pensé te haría feliz así que lo hice sin pensar.
—————
Elisabetta estaba en el patio viendo el azul cielo y tomando el sol.
-"¿Tienes bloqueador solar puesto?"
Elisabetta: -escuchó detrás suyo- si Shofía. ¿Quieres preguntar algo más?
Shofía: estás hecha toda una mujer.
Elisabetta: -voltea y la ve- tú estás bastante vieja ya.
Shofía: tengo 56 años, es lo normal. -le dice mientras se sienta a su lado en el banco. Te extrañe todos los días lo juro, lloré días y noches enteras por ti.
Elisabetta: cuando era una niña también lloré días y noches enteras por ti pero dejé de hacerlo porque entendí que nunca volverías por mí.
Shofía: sabes que lo hice por nosotros.
Elisabetta: ¡¿Qué hiciste?!, hablas como si hubieras sacrificado algo, ¡yo fui la que hizo todo por nosotros!, ¡YO!, y nadie más que yo. Pude haber dicho no pero te amé tanto que vendí mi alma y cuerpo a un demonio en la tierra y aún así me abandonaste aquí, pensabas irte sin decirme nada, jamás intentaste regresar por mi.
Shofía: Ahora estoy aquí -dice entre lágrimas-
Elisabetta: ¡¿y qué?!, ya no te necesito realmente nunca te necesité.
Shofía: me prometí con lágrimas de sangre jamás volver aquí pero lo hice por ti y aún así me tratas de esta forma.
Elisabetta: que pena, tuviste que volver al infierno en el que me dejaste, lo siento tanto Shofía, ¿sabes? puedes irte y continuar con tu vida nada cambiará si te vas o te quedas al final siempre ha sido así.
Shofía: ¡¿no me escuchas?! Vine aquí por ti.
Elisabetta: ¡yo sacrifiqué mi vida entera por ti, todo esto es tu culpa porque no puedes evitar ser una cobarde egoísta!, ¡yo hice mucho más de lo que cualquiera haría por ti jamás y aún así no tuve ni tengo la intención de que me lo agradezca así que deja de intentar hacerte la mártir!
Shofía: lo siento.
Elisabetta: está bien, no te perdono.
Shofía: de verdad lo lamento tanto.
Elisabetta: igualmente no te perdono.
Silencio era lo que predominaba, Shofía con lágrimas y Elisabetta indiferente lista para atacar con sus palabras.
¡Buenos vibes!