Era el "entierro de Elisabetta", los
únicos presentes eran Angelo, Alessandro y unos cuantos guardias pero estos estaban fuera.
Alessandro: no te dio tiempo de ver a Kayler, es como nosotros dos, tiene tu pelo y mis ojos -decía con la voz rota a aquella lápida- ¿recuerdas cuando te dije que te seguiría hasta al infierno?, eras mi vida entera, vivía y respiraba por y para ti, sin ti no soy nada, si dejas de sentir dejas de ser humano y es lo que me pasa, tu eras mi razón vital, lo de seguirte hasta después de la muerte era enserio.
Angelo permanecía inmóvil, no hablaba, no lloraba simplemente estaba ahí escuchando a Alessandro el cual se puso de pie colocando su mano sobre el hombro de Angelo.
Alessandro: cuida de mi hijo y de lo suyo, se puesto en la Cosa Nostra.
Angelo solo asintió mirando la lápida, Alessandro se alejó lo suficiente como para desaparecer del campo visual de Angelo, no pasó mucho tiempo cuando sonó un disparo, la seguridad entró rápidamente encontrándose con el cadáver de Alessandro tirado en el suelo con una bala en la cien.
Angelo se puso de pie fue hasta ese lugar y también vio aquella escena.
Angelo: llevenlo a la camioneta.
______________
1 año después
X: ¿por qué no vuelves a casa?
Angelo: porque me gusta esta vida, yo mando ahora.
. . .
X: ¿Dónde están enterrados?
Angelo: ¿para qué quieres saber eso?
X: simple curiosidad.
Angelo: vamos Elisabetta cuéntame.
Elisabetta: quiero verlos.
Angelo: están en el cementerio xxx en la calle xxx.
Elisabetta: es el mismo lugar en el que está Massimo.
Angelo: Así es, están los tres en el mismo sitio.
Elisabetta: envía a alguien por mi, por favor.
___________
No habían pasado ni dos horas y ya había alguien tocando la puerta de Elisabetta.
X: el señor Angelo nos envió por usted.
Elisabetta salió sin más siguiendo a los señores hasta la camioneta, ella había cambiado mucho en ese año, tiñó su cabello de rubio, su piel estaba bronceada por el constante sol que tomaba, se había mudado a la playa del Carmen en México, un lugar hermoso y tranquilo, se podría decir que era el lugar de sus sueños.
Llegaron a un avión privado, Elisabetta desde que subió se fue a la cabina con cama y se recostó para descansar, enviándole un mensaje de texto a Angelo antes de dormir.
Elisabetta la cual se quedó dormida durante un largo tiempo sentía como algo se movía en su oreja por lo que pensó que era un insecto y solo se rasco pero lo volvió a sentir, esta despertó viendo a Angelo como un niño pequeño poniendo un trozo de papel en su oído movimiendolo.
Elisabetta: déjame tranquila.
Angelo: no quiero -dijo tumbandose sobre ella y abrazándola- salgamos de aquí.
Elisabetta: primero que todo, ¿dónde está el niño?
Angelo: Se lo entregué a la familia de uno de mis empleados más leales, no podían tener hijos así que los ayudé, viven en Estados Unidos se llaman Paul y Dana son personas de bien.
Elisabetta: es mejor para ese niño crecer lejos de todo esto.
Angelo: se tendrá que enterar en algún momento y yo le entregaré su puesto, por más que odiase a Alessandro le prometí cuidar de su hijo y de lo suyo y lo haré hasta que se sienta listo.
____________
Habían recorrido todos los sitios necesarios para llegar a aquel cementerio, Elisabetta les pidió a todos un momento a solas allí dentro.
Se encontraba enfrente de esas tres lápidas. Dirigió su mirada hacia la lápida de su madre.
Elisabetta: jamás te perdone y no tengo pensado hacerlo, todas mis desgracias giran en tu entorno, de cierta forma me debías mi libertad pero igualmente agradezco tu sacrificio -no dijo nada más durante unos minutos- y ustedes dos -dirigiéndose a Massimo y a Alessandro- me arruinaron la vida, no debería siquiera gastar mi saliva, seguro les molesta ver que he sido más feliz en un año sola que toda mi vida con ustedes.
Con todo el rencor que albergaba su alma dijo: "Este no era su lugar, al final tenían que volver al sitio del que había salido, el maldito infierno".
Fin
¡Buenos vibes!