Assa

Sofía...

Después de esas breves palabras me di cuenta de la situación y es como si una parte de mi hubiese muerto con ella, había presenciado su muerte, pero la sensación de ardor dentro de mi no cesaba, miré a mi lado estaba Owen con sus ojos rojizos brillando, estaba pálido pero no entendía porque, hasta que baje la vista de mis mano salía fuego, me puse muy nerviosa y la llama aumentó, en ese momento solo puse pensar en Ukpuru y lo que me había dicho, no podía dejarme consumir por mi propio fuego, mi mente se evadió de mi cuerpo y llegué al claro del bosque, allí no estaba Ukpuru sino una señora muy avanzada en años, con pelo canoso y arrugas que me miraba sonriente, me acerqué lentamente a ella sin embargo ella prosiguió su camino y se sentó en un tronco viejo al lado del fuego y esperó a que yo me sentara a su lado

-Hola pequeña

-¿Quién eres?- mi curiosidad a veces era más que mi respeto

-Me llamó Sofía

-Acaban de…- ella me miro tiernamente y asintió

-Si acaban de asesinarme, les estaba esperando

-¿Por qué no huiste?

-Mi destino era morir y poder hablar contigo, pequeña mía, estas tan grande, te vi el día de tu nacimiento y supe que por fin podría descansar en paz de una vez, estar viva es aburrido me he quedado sin cosas que hacer

-Pero…

-No preguntes tanto y escucha- yo solo callé ante aquella mirada tan sabia como si tuviera el conocimiento de la existencia del mundo –Estas en peligro ya lo sabes, no debes quedarte demasiado tiempo en un mismo sitio, dentro de una semana has de mudarte a un pueblo de las afueras, hay unas antiguas runas que pueden serte de ayuda

-¿De ayuda para qué?

-Estas destinada a hacer grandes cosas Assa pero solo el destino sabe lo que te depara nosotras solo podemos saber lo que se avecina, pero no su desenlace

-Ya empezamos con el misterio…- me levanté agotada de que todas las conversaciones fueran iguales

-Ukpuru no te dice nada ¿no?

-Como un libro cerrado

-Todas pasamos por lo mismo, pero yo seré más benevolente contigo, este viaje como ya sabes es espiritual, tienes demasiado caos entre tu espíritu y tu cuerpo necesitáis estar en sintonía, para controlar tus poderes que no son pocos la verdad, viaja, conoce, descubre, habla con otras brujas y otras criaturas, el viaje se irá dibujando solo, sabrás cuando debas partir y hacia donde, no te sientas perdida pequeña, nosotras te ayudaremos, te protegeremos, sobre todo aprende magia, toda la que seas capaz de hacer, hay hechizos mas complicados que aprenderás en su debido tiempo, acepta los regalos que te den las otras personas, eres su guardiana y te quieren recompensar por ello, el viaje no tiene una duración estimada, pero cuando encuentres tu lugar en el mundo lo sabrás, yo tardé 20 años en lograrlo- miro al cielo con una sonrisa de nostalgia

-¿Cómo supiste que era tu sitio?

-Tenia cosas que me hacían quedarme por una buena razón, hay algo que te dice quédate no te marches, también puede pasar el tiempo y que te diga que debes irte, porque en otro lugar el probable que te necesiten y eso tu espíritu lo sabe

-¿Cuál es mi cometido en la vida?

- La guardiana del equilibrio

-No lo entiendo

-Yo ya no puedo hablar más pequeña

-¿A dónde debo ir?

-Hay un clan de brujas, el linaje lo descubrirás cuando llegues, ve hacía la Torre Eiffel, allí busca un símbolo, una triangulo invertido con dos cruces atravesándolo, ya sea en una pared o en una persona, conseguirás llegar

-No estoy del todo segura

-Déjame ver tu forma original- yo sin más deje que mi imagen cambiara y ella me miro sonriendo -¿Todavía no te has decorado?

-¿Decorado?

-Sí, pintarte la cara, algún símbolo, tatuajes, adornarte el pelo, piercing, a mi me encanta- me dejo ver su forma original, llevaba varios abalorios en el pelo, pulseras, collares, el pelo lo llevaba recogido, pero estaba formado con rastas y trenzas, su cara estaba dibujada con marcas al igual que sus brazos, una línea rojo cruzaba de oreja a oreja por debajo de los ojos a la altura del pómulo, llevaba varios piercing, iba vestida con un vestido partido en dos piezas en verde oscuro, también adornado con cadenas, collares y joyas, era realmente místico, yo apenas llevaba una túnica

-¿Cómo me puedo decorar?

-Sencillo imagínate vistiendo algo, los demás abalorios los añades con el tiempo, normalmente son regalos, por cierto aquí tienes el primero- se giró para coger una bolsa y de ella sacó una tira de cuero con una media luna colgando, se acercó a mí y me lo colocó alrededor de la cabeza, luego me hizo dos trenzas a las que añadió dos pequeños abalorios

-Gracias- dije mirándome en un reflejo que ella había creado para verme mejor

Me concentré en mi aspecto, una falda larga con muchos pliegues con unas aberturas, que cuando caminara mis piernas asomaran, una top ajustado a mi sin escote de tirante y con la espalda al aire, hasta ahora solo tenía dos tatuajes, el de mi linaje y el de bruja y por ahora no veía necesario ningún otro, entre la falda adornada por monedas en la cintura y el top me imaginé unas finas cadenas que los unían, mis pies descalzos, mis manos por ahora las mantendría limpias, y solo añadí un brazalete, en mi cara dibujo una línea fina negra en los pómulos, puntos por encima de las cejas en blanco y una raya vertical negra que cortaba desde mi nariz hasta mi barbilla pasando por mis labios, que los quise rojos intensos, todo mi cuerpo fue cubierto por una capa negra con capucha bastante larga.




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