Astartea destinos inciertos

capítulo 9

El día anterior fue todo un espectáculo, ahora sé que tengo que cuidarme de ese enorme y terrorífico dragón dorado, pero sobre todo no hacer ninguna tontería, ya que hacer algo equivocado e imprudente podría hacer que las personas malinterpreten la situación haciéndolos pensar que me vuelvo inestable, aunque realmente no sé qué signifique esa palabra para ellos. En fin, el día de hoy le tengo mi cuerpo ha sanado por completo, no tengo ningún rastro de que sufrí graves quemaduras, pero lo mantendré en secreto por el momento.

Me coloque mi vestimenta y baje a comer un poco, que, aunque no siento hambre “pequeño” quiere que desayune con él y el molesto de Fidel con quien al parecer me coloco un caballero para vigilarme cuando él no esté cerca de mí, esto me molesta bastante ya que no puedo moverme con libertad en este mundo, aunque es razonable ya que soy completamente una extraña de otro mundo y con unas alas que tienen una historia fatal en este lugar, en fin, baje al comedor donde comí muy poco.

— ¿estas enferma? —pregunto “pequeño”

— no es eso, solo que no tengo hambre — conteste, pero no convenció a “pequeño” — no tengo hambre porque no necesito de alimento contantemente, a no ser que realice mi misma rutina de antes — conteste y a “pequeño” le brillaron los ojos

— ¿Cuál era?

— bueno regularmente siempre me encontraba activa, ya sea entrenando o saliendo con mis amigos — conteste con un cierto tono de tristeza

— ya veo, ¿Por qué no le pides a Fidel entrenar con los caballeros?, de esta manera tendrás más hambre la próxima vez

En ese momento Fidel comenzó a toser, se notaba que no le gustaba para nada la idea que “pequeño” había comentado e incluso trato de desviar el tema, pero no funciono, al final tuve que negarme yo misma antes de que su mirada me matara. No puedo abusar de mi suerte, creo que para él ya es demasiado hacerse responsable de mi persona.

Al terminar el desayuno “pequeño” junto con Tina que se encargaba de cuidarlo de los peligros y de mí, me obligo a ir al pueblo para comprarme un vestido para la próxima fiesta que aran como agradecimiento por haberlo salvado, realmente no lo necesitaba y pienso que las personas estarán incomodas pero con los pocos días que llevo aquí parece que no puedo decirle que no a un niño tan tierno y amable, entramos a la mejor tienda del lugar según “pequeño” quien hablo con la encargada para tomarme las medidas e hiciera un vestido hermoso que no me impidiera mover mis alas.

— ya que la señorita salvo a “pequeño”, considere este vestido como un regalo de mi parte — dijo la señora amablemente

— agradezco su amabilidad — conteste amablemente ya que no puedo comportarme como si nada me importara, ya que rápidamente me convertiría en una persona de desconfianza

La mujer tomo mis medidas, al parecer como dijo Fidel, todos aquí lucen jóvenes que es difícil decir que edad tienen. Termino de tomar mis medidas y dijo que mi vestido estaría terminado mañana mismo, realmente es muy rápido, pero por su entusiasmo no me pude negar, salimos del local y me entere de algo que me preocupo e impacto grandemente. De repente llegaron un grupo de mujeres quienes le dijeron a “pequeño” que sería un gran gobernante, ya que tomaría la responsabilidad de sufrir lo que sufrió su salvadora, al escuchar tales palabras mis reacciones fueron algo violentas ocasionando que Tina se colocara en guardia frente a mí.

— no quiero dañarlo, solo quiero saber a qué se referían esas mujeres — conteste un poco más calmada

— Tina, déjame explicarle a mi salvadora mi honor como dragón — dijo “pequeño”

Hablamos calmadamente , me conto que por su honor era necesario sufrir lo mismo que yo, es decir seria quemado y viviría con esas quemaduras hasta convertirse en un dragón completo, mi rabia sufrió en ese momento, ¿Cómo era posible que hiciera algo tan tonto?, me enfade pero él me dijo que debía hacerlo por su honor, entonces por impulso lo cargue en mis brazos y emprendí el vuelo, no me importo que el caballero y Tina me gritaran, simplemente tenía que ir con Fidel e impedir que esto se hiciera. Volamos por el cielo, al parecer “pequeño” lo disfrutaba pero a la vez se encontraba preocupado, le pregunte por Fidel, contesto que posiblemente se encontraba entrenando a los caballeros, me dirigí al campo de entrenamiento y cuando estuve arriba de este, todos se quedaron impresionados al verme en el cielo, sobre todo Fidel que me miraba desafiante, baje al suelo y solté a “pequeño”, entonces comencé a discutir sobre el asunto del honor que es una tontería.

— dile que no tiene que hacerlo, u ordénaselo — le dije a Fidel como orden

— tu no me ordenas, además es algo que los dragones han hecho desde la antigüedad, es parte de su honor y no lo puedes evitar — contesto molesto por mi actitud sin pisca de respeto hacia el

— en ese caso iré hablar con Gwydyyon — dije y todos se quedaron impactados ante lo que dije, me di la vuelta a punto de emprender nuevamente el vuelo pero fui detenida por Fidel

— ¿Qué aras?, no cambiaras nada, “pequeño” debe sufrir lo mismo que su salvadora, es decir su piel será marcada por graves quemaduras

Me enoja los pensamientos de estas personas, pero no hay opción tendré que confesar que estoy completamente curada si quiero que “pequeño” no sufra lo mismo que yo.

— En ese caso tendré que confesarlo todo ¾ susurre para mí misma — iré a ver a Gwydyyon

Me quite de su agarre, él se impidió a que lo hiciera, pero no me negaría, tendría que hablar cara a cara con el nuevamente si quería que “pequeño” no sufriera, con la intención de tomar a “pequeño” fui nuevamente detenida por Fidel y esta vez por Tina quien venía a toda velocidad. Sí que es rápida, pensé para mi misma. Al final llegamos a un acuerdo y es que los cuatro iríamos a su cueva, una vez en ella Gwydyyon me recibió con un mal humor, se notaba que no quería tener problemas conmigo, pero los tendría, le explique la situación calmadamente.




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