Astartea el ángel del infierno

Capítulo 7

Oficialmente cumplí 100 años en este mundo lo que significa que iré a la academia para demonios donde demostrare que soy digna de ser uno, me encuentro algo nerviosa ya que mi hermano me ha contado que en realidad la academia sirve para deshacerse de aquellos demonios que son débiles gracias a la última prueba echa por el líder Cupai, pero, aunque tenga algo de miedo tanto mi familia y amigos confía en que superare esta prueba tan peligrosa. Me encontraba en la sala de mi casa al lado de Dumah ya que ambos queríamos aprovechar el mayor tiempo juntos antes de irme a la academia ya que viviré en ese territorio por un periodo indefinido.

— ¿Cuánto tiempo duraste en la academia? — le pregunte

— 100 años — me contesto a lo que me impacte — no te preocupes iré a visitarte y te esperare, aunque dures 200 años — dijo dándome un abrazo

Desde que somos pareja descubrí lo tierno que era Dumah cuando estábamos a solas, ya que con otras personas toma su postura seria y habla solamente cuando es absolutamente necesario, pero en cuando estamos solos solo recibo abrazos, palabras de aliento, un montón de besos y un millón de acciones como protegerme o llevarme de paseo que hace que lo quiera cada día más.

— ¿dime mi hermano, Guta y Perisa duraron lo mismo en la academia?

— De hecho los cuatros nos conocimos ahí, éramos unos demonios imparables aunque al principio solo éramos unos críos, tu hermano siempre presumía de ser el mejor y lo era pero su orgullo lo traicionaba en ocasiones, Guta siempre se metía donde no lo llamaban, Perisa era una chica solitaria y miedosa

— ¿y tu?

— Era ........ — se quedó en silencio un momento

No tenia que tocar a Dumah para saber el motivo de su silencio, conocía su pasado con las mujeres y aunque siempre le explique que no tengo problema con ello por ser del pasado aun le afecta un poco, tome su mano y lo mire a los ojos.

— Sabes que no me importa — le dije

— Lo se pero aun es difícil — me contesto en un susurro audible para nosotros dos — ¿Qué hice para merecerte?

— Ser honesto conmigo — le conteste con una linda sonrisa para después darle un pequeño beso en los labios

Seguimos besándonos tranquilamente, hasta que fuimos interrumpidos por una voz que no era conocida para mí. "respeten el hogar que no es de ustedes" dijo la voz que desconocía, nos separamos del beso y observe al dueño de la voz era un hombre de apariencia joven, su cabello era de color negro y sus ojos de un rojo profundo que jamás había visto en algún otro demonio, su apariencia era de un demonio fuerte y musculoso, aunque su rostro no era tan atractivo del 1 al 10 le daría un 7 en mi opinión. Me levante de mi asiento para enfrentarlo quería saber quien era.

— ¿Quién eres?, ¿Qué es lo que buscas? — le pregunte acercándome a él con la intención de tocarlo y así conocer sus intenciones

— No es de tu incumbencia — me contesto con un tono molesto — solo necesito saber dónde está Abaddon, no quiero perder el tiempo con los amiguitos de Agramon que ni siquiera respetan esta casa — Dumah se puso de pie

— Cuida tus palabras, no sabes con quien estas hablando

— También me da gusto volver a verte Dumah, veo que sigues siendo el mismo demonio que le gusta estar con una mujer diferente cada hora, pero traerla a casa de un gran demonio solo porque su hijo es tu compañero lo veo como un acto en el cual no respetas esta casa — contesto aquel demonio comenzando a irritarme por su comportamiento

— No tengo que explicarte mi vida, pero ya no soy el mismo demonio que conociste hace 200 años — le dijo Dumah con una mirada amenazadora, al parecer no se llevan nada bien — por cierto, ella es Astartea mi novia y te agradecería cuidaras tus palabras con ella o te asesinare

— Más bien el asesinado será otro, me dirán donde esta Abaddon

No me agradaba este demonio que parecía conocer a Dumah y a mi padre, y al parecer comenzaría una pelea entre ambos demonios, por suerte mi hermano llego para ablandar la situación. Al contrario que con Dumah, mi hermano se llevaba mejor con Acatriel que resulto ser el nombre de aquel demonio por lo que observaba.

— Astartea, Abaddon quiere verte al igual que a Acatriel — me dijo mi hermano

— Bien en ese caso nos veremos mañana — hablo Dumah dándome un abrazo y depositándome un rápido beso en mis labios para después salir de la casa

— ¿Por qué tienen que besarse enfrente de mí? — pregunto mi hermano con molestia — es muy molesto verlos

— Lo sabemos por eso lo hacemos — conteste divertida mientras corría hacia la oficina de nuestro padre

Cuando llegue simplemente entre sin tocar, ocasionando más miradas de desagrado hacia el nuevo invitado del cual solo conocía su nombre, Abaddon nos miro a los tres, me dedico una sonrisa y después saludo a su invitado con gran entusiasmo.

— Me alegro volver a verte — le dijo mi padre a Acatriel

— A mí también gran líder — su tono de voz y mirada demostraban un gran respeto — Mi padre se dio la vuelta dirigiéndose a su asiento




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