Astartea el ángel del infierno

capítulo 11

Narra Acatriel

Durante todo el enfrentamiento observaba detenidamente cada movimiento realizado por Astartea dándome cuenta que poco a poco perdía aquella resistencia que mostraba en los entrenamientos con Dagon, además de eso Andras cada vez sus movimientos eran más rápidos como si ella no quisiera matarla pero no era su objetivo, fue difícil pero era extraño que Andras no utilizara su poder especial y entonces todo cobro sentido en realidad ella lo usaba pero Astartea de alguna forma e inconscientemente salía de ese trance, "eso explica porque su falta de resistencia" cada vez que ella sale de esa parálisis se debilita pero al mismo tiempo logra que dure menos. Cuando el combate termino inmediatamente tome a esta mujer para llevarla a recibir tratamiento por Dagon. Una vez observe que Nina y Morail se preocupaban por ella decidí dejarla, pero para asegurarme de tomar una buena decisión utilice mi poder para que me obedecieran, después Salí a buscar a Andras.

— Vienes a reclamarme por como deje a tu amiguita — dijo Andras una vez me vio

— No puedo reclamarte nada por ser sido un combate, y ya que no la mataste, pero mire que ganas no te faltaron — conteste algo molesto ya que mi trabajo es protegerla

— Un demonio tan débil no tiene lugar en este mundo

— Pero tú sabes que ella no es totalmente débil — Andras se sorprendió por lo que conteste

— Puede que hayas engañado a los demás, pero en realidad mientras pelabas tuviste miedo por su poder, por ello fue que la dejaste en ese estado para que no se diera cuenta de lo que aún no descubre

— No sé de qué hablas Acatriel

— Cada vez acelerabas más tus ataques por el simple hecho que ella sin darse cuenta salía de tu agarre, simplemente no podías creerlo y no querías que los espectadores o ella se dieran cuenta por eso la dejaste en ese estado y te apresurabas hacerlo porque cada vez el tiempo de tu agarre duraba menos

— Y ¿Qué si así fuera?

— Solo ten en cuenta que si le dices Amazarac sobre ella no durare en matarte — le conteste para después irme

Ahora no puedo arriesgarme, sé que algo grande pasara por el simple hecho de que esa mujer tena un poder de esa magnitud, pero al mismo tiempo es tan débil como una flor en este mundo. Comencé a caminar a casa pensando en Astartea y en la posibilidad de que Amazarac la utilice en contra de Abaddon ya que él es capaz de cualquier cosa con tal de ser el único gobernante de este lugar, eso sería peligroso entonces "¿Por qué Abaddon se arriesgaría tanto?""¿de verdad piensa que ella es tan poderosa?", tal vez piensa que ella pueda derrotarlo, una pequeña sonrisa se formó en mis labios en forma de burla. "en que estoy pensando" aunque pueda quitarse el agarre de un poder como el de Abaddon o el mío no duraría un segundo enfrentándose a él, además de que Amazarac me pertenece, yo seré quien le ponga fin a su existencia.

Al siguiente día al parecer Astartea estaba mejor, e incluso comenzó a llevarse mejor con Nina quien la ayudaba en todo lo que podía, de seguro es porque es la hija de Abaddon y ella se está aprovechando de eso por lo menos tiene una actitud que muchos demonios tienen pensaba mientras veía y escuchaba su conversación.

— Gracias por ayudarme Nina — le dijo ella con una sonrisa

— No te preocupes solo recuerda decirle a tu padre sobre mí — entonces Astartea comenzó a reír

— No debes de mentir Nina, sé que no lo haces por ser la hija de Abaddon — contesto Astartea — no puedes ocultarme nada, ¿dime como era ella?

Sin quererlo escuche como Nina comenzaba hablar de la razón por la cual le ayudaba y era que recordó a su hermana menor la cual murió en manos de Amazarac por el simple hecho que considero que no era lo suficientemente fuerte para este mundo, sin querer escuchar más me fui a mí a tomar alguna clase mientras llega el tiempo de llevarla con Dagon. Los días pasaron y esas dos chicas se volvieron más cercanas incluso Nina llego a tomar las clases con Astartea junto con Morail quien solo se unió para estar cerca de ambas. Pasaron seis días y el hueso roto de Astartea se encontraba totalmente curado, curiosamente este día también llegaron los líderes de los territorios para hablar sobre la nueva líder, y sobre los nuevos estudiante desafortunadamente Abaddon no llego solo a su lado se encontraba Dumah.

Los cuatro estábamos reunidos en el patio hablando sobre los combates en equipo, inesperadamente se escucho una voz muy familiar a mis espaldas ocasionando que Astartea saltara de felicidad.

— Padre — grito ella apresurándose para abrazarlo

— Veo que tienes algunos compañeros — dijo Abaddon saliendo del abrazo

— Si, ella es mi nueva amiga Nina — dijo señalando a la mensionada la cual estaba muy nerviosa

— Encantada de conocerlo gran líder — contesto Nina nerviosa, después presento a Morail

— ¿Por cuánto tiempo estarán aquí? — le pregunte a Abaddon

— mañana nos iremos, ahora mismo iré a ver a los otros lideres

— ya veo, creo que en la tarde hablaremos sobre asuntos de suma importancia




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