Astartea el ángel del infierno

capítulo 23

El examen contaba de dos simples etapas, la primera era sobrevivir durante diez días en este ambiente, en el cual nos enfrentaríamos con los demás demonios a muerte, en esta etapa no podíamos cruzar los limites los culés eran supervisados por los tres líderes y otros demonios que fueron elegidos para ello y finalmente la segunda etapa, era que después de esos diez días cruzaríamos ese límite para enfrentarnos a diferentes zonas la mas peligrosa era los pantanos de sangre negra en la cual después de cruzarla llegaríamos al final del examen, aquellos que sobrevivan serán reconocidos como verdaderos demonios y los demás morirán.

Cada demonio comenzó el examen en un lugar diferente, éramos en total 200 de los cuales aproximadamente según las estadísticas solo 20 llegaríamos a graduarnos y los demás morirán. Al iniciar el examen rápidamente comencé a recoger y buscar algunas plantas, flores, hongos y hierbas que me ayudarían a preparar brebajes para usarlas a mi favor, aunque ninguna era peligrosa para los demás, solo los dormirían, marearían, se sentirían débiles etc. Ya que no podría matar a nadie. Pasaron dos días y solamente me había enfrentado a algunas criaturas las cuales mate fácilmente y en cuanto a las serpientes hombre del infierno no he visto ninguna por estos alrededores, tal vez en el transcurso de la segunda etapa, aunque sé que no debo preocuparme por ellas ya que no me aran daño me gustaría simplemente advertirles para que tuvieran cuidado.

En el tercer día me sentía algo cansada, necesitaba dormir un poco por lo cual busque una cueva en a que pudiera descansar tranquilamente, se que puede ser peligroso, pero realice una preparación la cual el olor es muy similar a la de una de las criaturas de este lugar, por lo tanto, podre estar más tranquila, aun así, no realice ninguna fogata y dormí con mi guadaña en mano para estar mas segura. El cuarto día finalmente me enfrente con un demonio, ese demonio tenía una espada como arma y me dio una pelea duradera, en donde en cuanto obtuve la oportunidad lo tire al suelo y apunte mi guadaña a su cuello, unos pocos centímetros más y podía cortarle su garganta, pero simplemente no podía hacerlo y retrocedi.

— ¿Qué sucede? — pregunto el demonio, cuando me alejé y le di la espalda

— La pelea no fue lo que esperaba, fue muy fácil para mí, por eso no mereces morir en mis manos — conteste

En ese momento solamente seguía los consejos de mi hermano y protector, e los cuales eran que no dijera mi debilidad porque lo usarían en mi contra, y no importara lo cansada que estuviera tampoco lo demostrara, lo mejor era hacerles creer que la pelea fue fácil y que simplemente se retiren en el mejor de los casos, o lo contrario si llegan atacarme buscar otra estrategia para desaparecer de la vista de mi o mis atacantes.

— ¿piensas que soy débil? — se levantó el demonio enojado — te mostrare lo contrario yo no soy como tú, una mujer débil, simplemente fue suerte la cual desaprovechaste

— ¿seguro? — mire a mi oponente fijamente a los ojos sin mostrar algún sentimiento o reacción en rostro, todo lo que reflejaba era seriedad — yo creo que deberías aprovechar esta oportunidad ya que conozco cada una de tus debilidades si lo quiero puedo matarte ahora mismo — lo señale con mi guadaña

— ¿debilidades?, yo no tengo debilidades — contesto mi oponente seguro de si mismo

— Pensé que toda la academia me conocía por mi débil cuerpo y poder especial inútil — conteste — dejare recordarte que puedo sentir tus sentimientos y ahora mismo te preocupan tus dos debilidades

Finalmente obtuve la respuesta esperada, mi oponente tuvo una reacción en su rostro y simplemente se fue. Cuando estuvo lejos de mí, me tire al suelo de rodillas, mi corazón latía a mil por hora, la verdad tenía mucho miedo de lo que ocurriera, pero pude seguir los consejos de mi hermano y actuar un poco como mi protector para librarme de esta, solo espero que siga funcionando. Me levanté y seguí con mi camino, siguiendo el plan de moverme contantemente de lugar, derrotar a las criaturas en mi camino y evitar matar a otro demonio.

Pasaron cinco días, solo faltaba la mitad para completar la primera fase. En la segunda según las reglas teníamos permitido hacer equipo con otro demonio si así lo deseábamos, aunque según los relatos siempre terminan traicionándose casi al final, pero se que eso no sucederá con Acatriel cuando me reúna con él en la segunda fase, en cuanto a esta primera parte decidimos que si nos veíamos simplemente seguiríamos nuestro camino y si alguien nos veía fingiríamos una pelea entre nosotros.

Tuve algunos enfrentamientos más en los cuales, deje inconscientes a mis compañeros, en otros ocurrió lo mismo que en mi primera pelea y finalmente en mi última pelea la cual tuve enfrente a Andras, tuve algunos inconvenientes no solo por su poder especial, de echo cada vez duraba menos tiempo paralizada, lo que me afectaba era nuevamente ese dolor en mi espalda el cual aumentaba cada vez más mientras peleaba desconcentrándome. Gracias a mi amiga la serpiente hombre del infierno la cual apareció me salve de morir en manos de Andras quien en realidad tenia otras intenciones que eran entregarme a Amazarac. Me levante del suelo y coloque mi mano en la cabeza de la serpiente hombre del infierno.

— Gracias — le dije algo agitada, y me di cuenta que el dolor comenzó a desaparecer poco a poco — deberías de irte, si te llegan a ver no dudaran en matarte

Dicho esto, se fue y seguí mi camino hacia la segunda etapa, ya que habían pasado 10 días. El resto del camino estará lleno de más criaturas como el gato oscuro espectral, medusas de tierra entre otras, pero la más peligrosa eran las calaveras con ojos de rubíes, pero si lograba pasar seria todo.

Cruce a la siguiente zona, el que nadie estuviera vigilando solo me confirmaba que habían pasado los 10 días y ahora solo estaba a pocos días más de pasar este examen. Camine por el bosque con mi guadaña en mano estando alerta de cualquier sorpresa que me llegara a pasar, todo estaba bien no se escuchaba ni siquiera un solo ruido lo cual en lugar de calmarme ocasionaba todo lo contrario más nerviosa e inquieta me encontraba. El tiempo paso, largos minutos en los cuales no lograba relajarme hasta que por fin escuche un ruido proveniente de los árboles, mire hacia esa dirección e inmediatamente me coloque en guardia por instinto ya que el demonio que se acercaba era Amazarac.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.