Astartea el ángel del infierno

capítulo 25

Narra Acatriel

Me encontraba fuera de la cueva, mis lagrimas silenciosas aun estaban presentes después de lo que acababa de presenciar. Planeaba mi siguiente movimiento lo mejor era ir por Amazarac y matarlo ahora que se encuentra débil, aunque por un lado tampoco me encuentro en buenas condiciones la tristeza que siento ahora me hace débil pero también estoy cubierto por furia, rencor y odio lo cual ocultara ese sentimiento y me ayudara a cobrar venganza de una manera lenta y dolorosa. Después de su muerte llevare el cuerpo de Astartea con su familia y finalmente le pediré a Abaddon que termine con mi vida al igual que hizo con mis padres cuando fueron controlados por Amazarac, sé que por su decepción y furia hacia mí no durara en hacerlo rápidamente.

Mire la luna roja, de alguna forma se veía más roja de lo normal llegando incluso a un color carmesí, después de eso escuche un grito desgarrador nuevamente el cual provenía de la cueva. ¿será posible?, pero estaba muerta. Cuando entre me encontré con una escena impresionante, nuevamente Astartea se retorcía de dolor, esta vez estaba sentada en el suelo y con sus manos trataba de tocarse la espalda, acto de su espalda comenzaban a formarse heridas las cuales se veían profundas y una gran cantidad de sangre inundaba el suelo en el que estaba, finalmente dio su ultimo grito desgarrador y de sus heridas recién formadas aparecieron dos grandes alas negras. Aquella escena no duro mucho, pero para mí fue una eternidad, finalmente dejo de gritar, me acerque a ella para tomarla en mis brazos, no podía creer lo que veía aquellas alas negras, eran consideradas una leyenda, pero más impresionado estoy de que su color natural poco a poco lo fue recuperando y volvía a respirar como si nada hubiera pasado.

Narra Astartea

Sentía que mi vida pronto terminaría, aun así, me hacia la fuerte enfrente de mi protector porque no quiero que me recuerde como alguien débil, pero al final termine mostrándole todo. Mi gran miedo pronto ocurriría y lo peor fue que comencé a sentir un terrible dolor que me hacía retorcerme el cual provenía de mi espalda, finalmente cuando termino mi mundo se oscureció junto con mi conciencia.

Abrí mis ojos, un dolor parecido como cuando realice el ritual de renacimiento demoniaco pero más fuerte, comenzó a inundar mi cuerpo y finalmente se concentró en mi espalda, sentí como mi piel se abría por sí sola, al igual que sentía algo liquido recorrerla, rápidamente vi como el suelo se inundaba de mi propia sangre, y algo comenzaba a formarse dentro de mí lo cual fuera lo que fuera quería salir de mi cuerpo , finalmente lo que fuera que salió lo hizo y finalmente pude descansar de ese dolor, cerrando nuevamente mis ojos.

Abrí mis ojos, me encontraba en el suelo y acostada de lado, mi primera visión fue la de Acatriel con sus ojos mirándome fijamente con un rostro de asombro, preocupación y ¿felicidad? ¿desde cuándo se muestra de esa forma?

— Por fin despiertas, ¿Cómo te sientes? — me pregunto

— Creo que bien ¿Qué me paso?, lo último que recuerdo fue que me escuchaste y me viste llorar antes de morir — le conteste sincera pero también me impresione al saber que seguía con vida y sin ningún rastro del veneno o eso pensaba porque me sentía de maravilla

Intente levantarme del suelo, pero sentí algo pesado en mi espalda, era extraño se sentía como si fuera parte de mi cuerpo y también me dolía la espalda un poco en especial una zona en específico.

— Necesitaras ayuda, estoy seguro que son pesadas — me dijo y no sabía a qué se refería

— ¿de qué hablas Acatriel? — le pregunte

— Es algo que no sé cómo lo tomaras, pero primero déjame ayudarte

Acatriel me ayudo a sentarme en el suelo, era verdad algo pesaba en mi espalda pero ¿Qué es aquello?, antes de preguntarle lo mire, sus mirada era algo diferente a lo que normalmente estoy acostumbrada, demostraba ternura, felicidad, alivio algo extraño en él y después me abrazo era extraño, no sentir todas aquellas sensaciones que recibía de los demás gracias a mi poder especial, pero por ahora me impresiona cómo se comporta conmigo y me molesta no poder saber sus sentimientos para conocer la razón de ello.

— Cuando te vi muerta no pude soportarlo — me dijo mientras me abrazaba, ¿muerta?, ¿yo?, pero si estoy aquí

— ¿de que hablas? — le pregunte cuando se separó de mí

— Hay mucho de qué hablar, pero primero, esto

Sentí las manos de Acatriel en mi espalda, después estas viajaron a ¿Dónde?, podía sentir sus manos, pero no sabía en qué parte de mi cuerpo estaban ¿Qué es esto?, ¿Qué me sucedió?, ¿Por qué sigo con vida?

— Son lindas — me dijo con una sonrisa — no te asustes — ambas manos tocaron aquella parte que no comprendía, y movió aquello que estaba en mi cuerpo

Mire a ambos lados y observe dos grandes alas negras, las cuales parecían que estaban unidas a mi cuerpo ¿Por qué tengo esto?, es una pregunta sin respuesta o tal vez mi protector sabe más de ello. Me encuentro impresionada y tampoco sé que hacer o actuar con esto que tengo, es algo nuevo, pero ¿Cómo debo tomarlo? Solo sé que estoy aliviada de estar viva, porque si es verdad que estuve muerta simplemente no sentí nada, ni recuerdo que haya pasado algo, lo cual quiere decir que al morir solo dejas de existir y se terminó. Estas alas eran pesadas, el tenerlas extendidas era más cómodo, pero si no hacia una buena fuerza, su peso haría que me golpeara contra el piso. Me encontraba sentada recargada en una pared, Acatriel mi dijo que necesitaba descansar mas después de todo lo que había pasado era normal que me encontrara débil, ambos nos sentamos en aquella cueva en la que nos encontrábamos y el comenzó hablarme de lo que sucedió y también lo que sabía de mis nuevas alas.

— Son una leyenda en este mundo — dijo Acatriel — siempre pensé que no existían, pero ahora me retracto de mi pensamiento

— ¿Qué son exactamente? — le pregunte — ¿Por qué me salieron?




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