Astartea el ángel del infierno

capítulo 37

 

Narra Cupai

Todo esto era un gran desastre, Amazarac me había descubierto, por un gran descuido descubrió mi verdadero poder especial, aunque pienso que está confundido aún. Tengo que guardar la calma y pensar rápido en que hacer, por el momento actuaba como si todo fuera normal, aunque sabía que me seguía silenciosamente. Los clones de mí que cree, se juntaron en casa, aquellos tres clones comenzaron a dirigir a Amazarac a una trampa la cual no estaba seguro si funcionaria, pero ahora era mi mejor opción. Mientras Amazarac seguía a mis clones al lugar más peligroso conocido ahora en nuestro mundo, mi cuerpo original viajaba al territorio de Agramon para darle la noticia. Al siguiente día me encontraba a pocos metros del territorio de Agramon, me sorprendió mirar como este a lo lejos transmitía un cierto sentimiento agradable pero lo que más llamó mi atención fue ver que no era el único que estaba llegando al territorio, Astartea quien se encontraba volando junto con Acatriel quien estaba siendo agarrado desde su pecho, ellos al mirarme bajaron de los cielos para saludarme.

—Esto es una sorpresa — dijo Astartea al tomar el suelo soltando a su acompañante

— Si es una gran sorpresa, pero lamentablemente no tengo buenas noticias — conteste con preocupación

—¿Qué sucedió? — me pregunto enseguida Acatriel

—Larga historia, pero tiene que ver con Amazarac

Inmediatamente, Acatriel tuvo una reacción seria cuando mencione su nombre y quería saber de qué trataba, pero le dije que lo mejor era hablarlo con Agramon los cuatro juntos ya que no ocultaría más mi poder cuando ha sido revelado, aunque si no me equivoco Astartea lo descubrió hace bastante tiempo, es decir desde la primera vez que me conoció. Llegamos con Agramon, al mirarme sabía que pasaba algo muy serio entonces nos sentamos los cuatro en un ambiente tenso, entonces comencé hablar.

—Amazarac conoce mi secreto — al parecer el único que no lo conocía en la habitación era Acatriel

—¿secreto? — me pregunto

—Sí, mi secreto aquel que solo Abaddon y agramon conocían, aunque también fue descubierto por Astartea la primera vez que la vi, o ¿me equivoca? — la mire

—No lo haces, supe tu secreto gracias a mi poder, pero era un secreto por lo cual no dije nada — me contesto ella

—¿y cuál es ese secreto?, si me estas permitiendo participar en esta conversación es porque me lo revelaras

Le dije mi secreto, que en realidad mi verdadero poder especial era hacer tres clones de mi mismo y estos tenían un poder diferente cada uno, el primero controlaba los vientos, el segundo endurecía su cuerpo como roca y finalmente el tercero se hacía invisible, pero aún más fue su sorpresa cuando les conté que lo mantuve oculto toda mi vida, además también les dije que Amazarac había intentado en varias ocasiones pero ya que mataba a mis clones y no al original me encontraba vivo pero ahora que lo sabía o más bien conocía parte de él era un peligro, ya que si descubría toda la verdad estaría más cerca de matarme.

—Esto es malo — dijo Agramon — necesitamos buscar soluciones ahora mismo

—Podríamos simplemente ponerle fin a su vida — respondió Acatriel, inmediatamente mire como Astartea comenzaba a preocuparse — lo hacemos y que alguien más se convierta en líder de su horrible territorio

—Ese es el problema, muchos siguen a Amazarac y ahora no es nuestro único problema Andras tiene las mismas ideas que él, por lo tanto, el cambio de líder no ara diferencia alguna muchos seguirán siguiendo sus pasos y estos no querrán un cambio, lo cual nos deja con dos opciones

Sabía que aquellos demonios solo seguirían a un líder verdaderamente poderos, los cuales no éramos ni Agramon, ni yo mucho menos otro demonio de cualquier territorio, el único que podría calmar las cosas era Acatriel, si el mataba tanto a Amazarac como a Andras los demás lo seguirían sin oponerse porque saben que él es uno de los más poderosos demonios que existen ahora, después de un tiempo podría ser que se revelaran pero ese ya sería un problema para después y nuestra otra opción sería comenzar una guerra.

—Acatriel tienes que matar a Amazarac y a Andras para convertirte el líder, sé que los habitantes te seguirán

—Me niego — contesto el como siempre, aunque esta vez había algo diferente en él, no dejaba de mirar a Astartea

—Si lo haces solo queda una opción — les dije a los tres

—La guerra — contesto Agramon inmediatamente

—Así es, tendríamos que comenzar una guerra entre los territorios en la cual estaríamos en desventaja debido al número de demonios que esta de nuestro lado es menor

—¿una guerra? — pregunto Astartea teniendo temor en su voz y expresión — debe de haber otra forma, una guerra significaría que muchos morirán

—No te preocupes hermana tu no participaras en ella — dijo Agramon inmediatamente — los cuatro sabemos que lo Amazarac mas quiere en estos momentos son tus alas, no sabemos para que las necesita, pero si la guerra llegara a suceder eso no lo detendrá por lo cual tu estarás lejos junto con Acatriel

—¿Qué? — Astartea se encontraba sorprendida — no puedo dejarte solo hermano

—Lose, yo tampoco quiero separarme, pero si no encontramos otra solución y la guerra llega ustedes dos deberán estar lejos, de esta forma evitaremos mas problemas

Astartea dejo de decir palabra alguna, Acatriel estaba de acuerdo con Agramon, pero aun así insistí en que lo mejor sería usar nuestra primera opción, pero solo logre como respuesta que lo consideraría pero que no tuviera esperanza alguna de que lo hiciera. La reunión termino y tuve que regresar a mi territorio, aunque fuera peligroso no podía dejar a mis pocos habitantes solamente con mis clones, ya que eso sería cobardía, aunque tal vez soy un cobarde desde mi nacimiento. Nunca salía con mi cuerpo original desde que tengo memoria, la única diferencia ahora es que soy un líder el cual no puede dejar solo a sus seguidores, aunque estos sean pocos. Al llegar a mi territorio y llegar a mi hogar mis clones se encontraban ahí, sabia lo que había pasado porque de alguna forma nuestras mentes están conectadas, por lo cual sabía que Amazarac los siguió y estuvo a punto de morir a causa de una calavera con ojos de rubí, pero este logro escapar de ellas, lo que no sabía es que había sucedido con él. Los días pasaron y no había respuesta alguna de el Andras me dijo que todo estaba bajo control, que se encontraba en su territorio como siempre, pero sabia que era una total mentira ya que era sencillo ver que mentía y además uno de mis clones lo había verificado.




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