Astartea el ángel del infierno

capítulo 44

Me sentía terriblemente preocupada, mi desesperación y mis temores solo hacían que me alterara a tal punto de no poder pensar con claridad, el último mensaje de mi hermano decía que la guerra había comenzado y ya había varias muertes de los nuestros, mientras tanto me encuentro aquí escondida sin poder hacer algo, todo por estas alas que solo han traído desgracia a mi vida, no tienen ningún poder aparte de poder usarlas para volar. Me encontraba en una cueva resguardada de la tormenta de nieve mientras esperaba a Acatriel, esta vez encontramos un lugar cubierto de nieve y hielo, así como nuevas criaturas las cuales nombramos entre ambos, además de descubrir que nuestros cuerpos también resisten están temperaturas de igual forma creo que Elira puede soportarlos por nuestra unión especial ya que dijo que las demás aves no pueden sobrevivir a estas temperaturas, mientras esperaba solamente pensaba en que todo esto es mi culpa y que soy una inútil.

—Todo esto es mi culpa — dije en voz alta y abrazando mis rodillas, en ese momento Acatriel llego

—¿sigues con eso?, lo que está sucediendo ahora no es tu culpa — dijo sentándose a mi lado y colocando su brazo alrededor de mi cuerpo para abrazarme — cualquiera que hayan sido las circunstancias terminaríamos en guerra en algún momento

—Aunque piense así, siento culpa por todo esto, quisiera poder estar ahora con mi hermano y ayudarlo, ya no es suficiente solo escuchar sus mensajes con Elira, tengo miedo que un día ella no tenga ningún mensaje de el debido a que ya no esté en el mundo — conteste con algunas lagrimas

—Tu hermano es fuerte y listo, estoy seguro que cuando menos lo esperes todo esto abra terminado y regresaremos a nuestro hogar — finalizo dándome un beso en la frente

Me quede al lado de Acatriel por una hora, después me decidí a entrenar ya que no puedo estar siempre lamentándome, por mi vida, lo mejor es estar preparada para cualquier cosa que nos depare el futuro. Entrenaba en la nieve era un poco difícil ya que mis pies se hundían unos cuantos centímetros haciendo difícil mi movilidad, mientras seguía teniendo dificultades Elira llego con un nuevo mensaje de mi hermano, entre a la cueva y tanto Acatriel y yo escuchamos el mensaje.

—Hermana la guerra cada vez es más difícil de controlar, cada día más demonios de nuestro territorio mueren mientras que Amazarac se vuelve más peligroso, le he pensado demasiado y tengo un plan para acabar con esto, pero necesito de la ayuda de ambos, necesito que regresen al territorio lo más rápido posible — dijo Elira con la voz de Agramon

—Tenemos que apresurarnos — le dije a Actriel inmediatamente y sin rodeos, el solo se quedó pensativo — ¿Qué sucede?

—Nos llevara bastante tiempo llegar al territorio — contesto Acatriel

Era la verdad, hemos viajado sin parar por tanto tiempo que tardaríamos lo mismo en legar al territorio lo cual es una desventaja, pero Elira puede llegar en cinco meses con descansos, si podemos llegar usando mis alas y usando mi máxima velocidad podríamos llegar antes, aunque aún serían unos tres meses de camino aproximadamente, aunque esta idea también puede ser peligrosa.

—Lo que piensas es la mejor opción — dijo Acatriel y me lleve una gran sorpresa

—¿Qué es lo que pienso? — le pregunte estando segura que no sería lo mismo

—Piensas en usar tus alas para llegar en el menor tiempo posible al territorio — definitivamente creo que tengo algo de miedo de que Acatriel lo supiera

—¿puedes leer mi mente? — pregunte sorprendida

—Es lo más lógico en esta situación, además — tomo mi mano y la coloco en su corazón — mi corazón te pertenece, este amor que siento por ti hace que pueda saber lo que piensas en cualquier momento — pensaba en ¿Cómo era posible que este momento pudiera convertirlo en algo romántico? — por ello también estoy seguro que al ser ingenua pensabas en simplemente llegar, pero la mejor solución es desviarnos cuando estemos cerca de esta manera tendremos una oportunidad de que los enemigos no nos noten

Bien al final volvimos a la realidad después de que me hiciera darme cuenta que no había pensado todo con claridad, pero al final siempre sucede lo mismo, ambos nos complementamos de alguna forma, ya sea para pelear o idear planes. Nos alistamos rápidamente, esperamos que la nieve dejara de caer, cuando esta paro Acatriel tomo mi guadaña, lo abrace por la espalda como siempre y comencé a elevarme en el aire, Elira se encontraba en mi hombro derecho ya que no podía seguir mi velocidad además de que se encuentra cansada y emprendí el vuelo a mi mayor velocidad.

Varios días después de poco descanso y gran velocidad por los cielos nos acercamos a nuestro destino, pero antes de seguir llegamos con Sesha para recuperar energía, el al igual que las demás serpientes hombres del infierno no habían cambiado, pero se notaba en el aire su angustia y preocupación por la guerra ya que podrían casarlas para tener sus lágrimas y usarlas. Nos encontrábamos en la cueva Elira finalmente había conocido a Sesha y se llevaron rápidamente bien al fin y al cavo ambos tenían un gran corazón, nos sentamos a conversar sobre la guerra, Acatriel tocaba el cráneo de Sesha para poder comunicarse con él y no se perdiera nada.

—¿Sesha sabes algo sobre la guerra? — pregunte con tono serio

—Muchos demonios han muerto, lo que sé es que Amazarac tiene una gran ventaja, cada vez que hay una pelea se pueden escuchar los gritos desgarradores de los demonios, usualmente estos pertenecen al territorio de Abaddon ya que los habitantes de Amazarac y Andras juegan con sus oponentes para ocasionarles una muerte lenta y dolorosa

—Eso es horrible — conteste enojada, preocupada y con ligeros deseos de venganza

No podía evitarlo me sentía impotente, pero aun así si tan solo tuviera el valor de que tiene Acatriel o los demás demonios para matar a sus contrincantes, podría hacer algo para ayudar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.