Asterión sin estrellas

008: Tormenta

008: Tormenta

Los arboles se agitaban con violencia por los fuertes vientos provocados por la tormenta, hoplitas se movían de lado a lado, cargando flechas, lanzas, y espadas, varios de ellos temerosos del encuentro con los micénicos, hasta que al otro lado de la muralla los vigías dieron la señal.

-¡COMANDANTE!

El comandante salió de la habitación, subió la empalizada; ahora reforzada con piedra en algunos sectores y a lo lejos veía a los minotauros, Asterión escuchó el llamado del vigía y junto a Niko salió a presenciar la llegada del enemigo.

-Asterión ¿Cuánta fe le tienes a tu plan?

-La justa y necesaria.

El orgulloso comandante, armado con un imponente tridente casi del tamaño de un micénico fue el primero en hablar.

-¡Retira tus fuerzas de aquí Teseo, tus patéticas fuerzas serán aniquiladas sin siquiera dañar una sola casa de nuestra ciudad!

Teseo aún no podía hablar bien el idioma de los Helenos, por lo que un traductor a su lado le informaba de las palabras del comandante, sin ningún miedo el micénico avanzaba lentamente y la primera flecha fue disparada, atravesando el hombro del minotauro.

-¡La siguiente flecha no será de advertencia, vacuno desgraciado!

La empalizada estaba repleta de arqueros y cincuenta hoplitas salieron de esta, formando una muralla de bronce y carne contra los micénicos, Teseo observó con tranquilidad y su hacha de dos filos lanzó una tímida bola de fuego hacia el comandante que se esfumó con la lluvia, Niko casi libera una risa por lo débil que fue la flama.

-Nos enseñaron que los micénicos no son buenos disparando sus bendiciones, pero no imaginé que tanto.

Asterión por otro lado estaba completamente serio.

-No, no lo son, así que cuídate y mantén siempre distancia con ellos, no los enfrentes en un mano a mano… De todas formas eso no fue un ataque, fue la señal.

Los minotauros corrieron contra la empalizada y fueron recibidos por la vorágine de viento, lluvia y flechas, Teseo dio la primera orden.

-[¡ESCUDOS!]

Los aros que adornaban las narices de los primeros diez minotauros en el frente brillaron y desde sus brazos enormes escudos de piedra protegieron a sus compañeros de las flechas, algunos pocos proyectiles de los helénicos estaban benditos por Aura la diosa de las brisas por lo que, como misiles, cambiaron su curso e impactaron algunos micénicos en sus hombros y espaldas, pero ninguna baja fue consolidada.

-Comandante, se acercan a la zanja.

El comandante levanto su mano con sus cinco dedos abiertos y los fue bajando lentamente hasta formar un puño.

-¡AHORA!

La fila de escudos de piedra cayó en una pequeña zanja que apenas alcanzaba a cubrirlos hasta la cintura, pero ese pequeño obstáculo retrasó las fuerzas por unos instantes, en que los helénicos revelaron su primera carta, los anillos de decenas de hoplitas brillaron en sincronía y desde estos un relámpago destellante pulverizó los escudos e impacto en varios de los minotauros, matando unos pocos, ahora sin defensa los arqueros retomaron el ataque, pero Teseo no se vio afectado, caminaba lentamente atrás del grupo.

-[¡ARMADURAS!]

Una vez más los aros transformaron la piel de varios micénicos en bronce y junto a los escudos de cuero que cargaban en sus espaldas los minotauros benditos protegían la retaguardia, cuando todos los toros cruzaron la zanja los hoplitas corrieron a la pelea, Teseo por su lado detuvo su caminar y el comandante no pudo evitar insultarlo.

-¿Eso es todo? Regresa al corral de donde perteneces Teseo.

La batalla en el muro estaba a instantes de gestarse y sin los minotauros de bronce, la retaguardia caería en nada por los arqueros, la victoria estaba ganada pero la primera carta de Teseo estaba apunto de revelarse, los brazales que cubrían los cuernos del minotauro eran artefactos divinos al igual que el vellocino del Jason, por lo que brillaron intensamente al solicitar un favor hacia su dios, quien respondería amablemente la suplica de su más ferviente siervo.

- Ελευθερία -

El guerrero saltó hacia el cielo y en una nube de fuego y vapor cayó por el otro lado de la empalizada, generando una terrible explosión de un fuego extremadamente rojo y rosado, el impacto eliminó a algunos pobres guerreros que tuvieron la mala suerte de estar en la zona de aterrizaje, al otro lado de la muralla comenzaba el combate y los arqueros en confusión se dividieron en algunos esperando ordenes, otros disparando al ejercito y otros a Teseo.

-Comandante ¿Qué hacemos?

-Disparen al ejército, el resto encárguense de ese animal.

Asterión fue sorprendido por los diez hoplitas a su “mando”.

-Capitán el barco está armado y en posición, debería sobrevivir la tormenta.

-… Bien, ahora céntrense en retrasar a Teseo, no lo enfrenten directamente, si se lanza a atacarlos retrocedan, solo distráiganlo y manténganse con vida, ya gastó un favor, cuando haya gastado los cinco corran al barco.

-A sus órdenes.

Los hoplitas marcharon al combate y Asterión se quedo a solas con Niko.



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En el texto hay: tragedia, magia, guerra

Editado: 06.12.2024

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