015: Promesas
Quinientos veintiún años después de Helena
Helena está repleta de templos hacia los cinco dioses que bendicen a los helenos, la mayoría no solo sirve como casa de oración, sino también como puntos de enseñanza, profesores y académicos comparten sus descubrimientos con la población, si se es suertudo a veces incluso se puede encontrar a un arconte jugando Petteia(1) con sus polemarcas, estos últimos van todos enmascarados con el símbolo animal de su arconte y juegan en equipo contra su líder como una sola unidad. Los polemarcas con máscaras de carnero conversaban entre sí para decidir la siguiente jugada excepto uno, Asterión no disfrutaba mucho del debate.
Horas pasaban y los polemarcas no consiguieron ni una sola victoria, Jasón aplastó cada estrategia que planeaban en conjunto una y otra vez, aunque todos se lo tomaban con humor y humildad, después de todo el sueño de cada polemarca del arconte de la luz es vencerlo en una partida de Petteia. La noche cubría el templo y lo que antes era un grupo ahora solo eran dos helenos pensando y luchando para vencer al arconte, mientras tanto los mendigos llegaban a la casa de sus dioses para refugiarse del frío, Asterión seguía sin participar en el juego. Otro día invicto para Jasón, la estrategia en juegos no será la misma que en el campo de batalla, pero parecía que el arconte era un maestro imbatible en ambos escenarios, cuando el último polemarca se marchó a su hogar Asterión se sentó frente al semidiós.
-Joven Asterión, llevo todo el día esperando esta partida.
-… Vamos.
Asterión siempre con un rostro serio jugaba partidas defensivas, era bastante conocido en el círculo de jugadores por el apodo “El escudo de Helena”, cuidaba cada pieza con su vida, Jasón por otro lado era experto en armar trampas, parecía que leía la mente de su oponente, “El asesino sonriente” lo llaman por su costumbre de reír antes de una buena jugada.
-Una vez más.
Jasón decía estas palabras mientras miraba al polemarca, ambos estaban en un punto muerto, buscar un contraataque sería arriesgado para ambos, el arconte parecía nervioso, dejó de sonreír y se agarraba la cabeza mientras Asterión solo observaba en silencio el tablero.
-Siempre defensivo, me gustaría verte una vez en la ofensiva.
El arconte de la luz intentó atacar, pero más y más piezas caían ante el muro de Asterión, la partida parecía ganada por el polemarca.
-Siempre cuidando tus piezas, siempre pareces imperturbable.
Asterión terminó de mover su pieza e inmediatamente se dio cuenta de su error.
-No puedes ganar si no sacrificas algunas piezas.
La partida se dio vuelta, con solo caer en una trampa la ofensiva del arconte escaló hasta desmantelar totalmente la defensa del polemarca.
-Victoria.
Derrota sufrió el tablero de Asterión, más de cien partidas entre ambos y ni una sola victoria para el polemarca, solo podía agarrar su nuca en frustración.
-Aah, gracias por jugar conmigo Asterión, siempre disfruto nuestras partidas ¿Qué quieres a cambio?
Asterión levantó su mirada, al ver esto el vellocino del arconte se iluminó ligeramente, creando una especie de esfera donde el sonido no podía escapar.
-… Me reclutaste hace ocho años para derrocar a ese hombre, me prometiste que me darías una oportunidad.
-Y tú lo has hecho muy bien, todavía no me creo que conseguiste a esa bestiaria, hiciste la mitad de mi trabajo.
-Quizás tú ya no lo puedas percibir, pero el tiempo pasa rápido para nosotros, arconte.
-Es cierto… Lo lamento, pensé que los cinocéfalos se rebelarían en cuatro años, pero parece que subestimé el miedo que nos tienen. Tarde o temprano surgirá un líder inteligente entre sus filas, te seguiré enviando a lugares donde sospecho aparecerá uno.
-Entonces seguimos dependiendo de la suerte…
-Vamos, anímate, ya he reunido casi cincuenta mil esclavos bajo mi nombre, protegidos y listos para ser libres.
-Todos son cinocéfalos.
-… Tú sabes que no puedo ayudar a los minotauros.
-¿Por qué?
-Tú sabes por qué.
-…
-Ya llegará el momento Asterión, la paciencia es tu mayor fortaleza al jugar.
-Si tan solo todo fuera un juego, soy un inútil en todo lo demás.
-Polemarca, no me arrepiento de mi decisión, tú eres el más apropiado para este trabajo.
-¿Matar a un arconte, traicionar Helena?
-Ganar esta guerra.
-Liberar minotauros y ganar la guerra contra ellos suena una fantasía.
-Estos minotauros fueron abandonados por sus propios hermanos, ninguno forma de los Minoicos, parte de ellos buscarán represalia contra nosotros sin duda, pero solo tenemos que redirigir su odio contra sus hermanos, después de todo ellos los traicionaron primero.
-Lo sé, lo sé.
A la mente de Asterión vino el recuerdo de Teseo, los minotauros son tribales y siguen líderes fuertes, los débiles son vendidos o abandonados, pero Teseo no es como sus colegas, él acepta a todos en su tribu, por esto es amado y temido, defender a los débiles requiere el doble de fuerza que luchar por solo por uno mismo, pero esta era información que prefería omitirle al arconte, con tal de liberar a los minotauros.
Editado: 06.11.2024