019: Esclavos
Quinientos diez años después de Helena
El calor del verano era el perfecto para descansar sobre el pasto de la academia, el joven Asterión siempre estaba durmiendo debajo de un viejo sauce en el patio de la escuela, se saltaba todas las clases de gimnastike y mousike; el entrenamiento físico y mental, ambos dedicados para dominar el combate con armas y con favores. Tampoco es que a alguno de los profesores les molestara, prácticamente toda Helena ya sabía del niño nacido sin ninguna bendición, por lo que descansar sin molestar a nadie era la primera prioridad del niño. Un sonido repetitivo interrumpió el sueño del chico, como si alguien estuviera comiendo un pan duro que dejaba cientos de migajas, Asterión se levantó lentamente a buscar la fuente del ruido, detrás del enorme sauce un novillo minotauro comía unas galletas mal horneadas, probablemente fueron echadas a la basura por su deformidad y él las recogió, tenía la marca del caballo de dos cabezas en su frente y le faltaban ambos meñiques.
-¡Mmh!
El novillo con la boca llena se exaltó al ver como el otro niño lo observaba comer, si descubrían a un esclavo comiendo las galletas de los helenos lo castigarían y al ser visto por Asterión ya no había opción más que intentar convencer al chico de no delatarlo. Asterión por su lado solo observaba la pequeña montaña de galletas.
-…
El novillo acercó una de las amorfas galletas, ofreciendo sus recursos, Asterión ni siquiera dudó en tomar una. Pereza y gula serían las descripciones perfectas para el niño, comía una galleta tras otra junto al pequeño toro hasta que ambos quedaron llenos y se recostaron en el pasto.
-¡Vamos, vamos!
Asterión al escuchar ese sonido se levantó inmediatamente y agarró al novillo del brazo.
-¡Corre!
Pequeñas brasas y chispas eran lanzadas contra Asterión y el novillo, los fuertes abusan de los débiles, da igual el tiempo, la raza o la edad, el niño corría con todas sus fuerzas por la academia, pero uno de los proyectiles impactó en su talón, cayó con fuerza contra el suelo y no podía levantarse rápidamente, al ver esto el novillo lo agarró y corrió mientras cargaba al muchacho, el toro apenas tenía cinco años, pero ya era más rápido que los dos helenos que los perseguían, entró a la biblioteca; la enorme habitación tenía diez estanterías enormes junto a decenas de mesas repartidas entre cada muralla de pergaminos, el grupo se escondió en la esquina más lejana a la entrada, tapados por una estantería a su derecha y mesas enfrente.
-Jijijiji.
Asterión intentaba reírse sin hacer ruido; tampoco es que hubiera de que preocuparse, el lugar estaba vacío a estas horas, su compañero era un manojo de nervios, intentaba cerrarle la boca al otro niño pero sin tocarlo, ya que cualquier daño o forcejeo podría llevarlo a un castigo. Los persecutores entraron al lugar y buscaban por todos lados, aún no habían recibido algún favor, pero el control básico de sus bendiciones ya bastaba para ser más fuertes que un heleno sin estrella que lo bendiga y un minotauro cercenado.
-Tus manos…
Asterión vio las manos del novillo, con sus meñiques cortados ambos estaban al mismo nivel, estaba asustado, se escondían detrás de mesas y estanterías, pero apenas los encontraran su único destino sería sufrir una lluvia de brasas y chispas.
-Oye ¿Confías en mí?
El minotauro lo miraba confundido.
-Tengo un plan.
Asterión sonreía mientras pensaba en su estrategia, pero también estaba temblando, ambos tenían miedo de volver a ser golpeados y maltratados sin ningún motivo, pero si sus opciones eran recibir la paliza callados o intentar hacer algo, luchar era una mejor opción.
Los perseguidores iban lentamente buscando bajo cada mesa y detrás de cada estantería, irónicamente era su precaución lo que le daba más tiempo a Asterión para prepararse a enfrentarlos por primera vez.
-¡AQUÍ ESTÁ!
El minotauro estaba en un lado de una de las gigantes estanterías, el otro niño corría hacia su dirección mientras el compañero que lo encontró formaba una bola de fuego en su mano, el novillo estaba aterrorizado, él ya tenía la marca del caballo de dos cabezas y si una de las bendiciones de los helenos impactaba en la marca, da igual la potencia, él moriría. Cuando el niño corriendo entró al rango de la estantería y el otro estaba en movimiento para lanzar su ataque se escuchó una sola palabra.
-¡AHORA!
Asterión estaba encima detrás de la estantería y se había colocado en el lado contrario al novillo, ambos con toda su fuerza empujaron el mueble aunque fue el minotauro quien hizo la mayoría del trabajo, los cientos de pergaminos cayeron rápidamente encima de los abusadores y ambos apagaron inmediatamente sus bendiciones, pero ya algunos pocos papeles agarraron el fuego y mientras ellos apagaban las flamas, la pared de madera caía sobre ellos, ambos se agacharon y pusieron sus brazos sobre su rostro para recibir el impacto, pero un fallo de cálculo los salvó de ser aplastados, la estantería chocó contra la que estaba enfrente de ella y como fichas de dominó la otra estantería impactó contra la pared y la primera de estas quedo atrapada contra la otra.
-¡CORRE!
Editado: 06.12.2024