Asterión sin estrellas

020: Plan

020: Plan

Quinientos once años después de Helena

El calor se filtraba por toda la biblioteca, Asterión llevaba ya bastante tiempo trabajando ahí y estaba acostumbrado a las altas temperaturas, por otro lado su compañero estaba casi al límite, el pelaje marrón de su cuerpo acumulaba más y más calor, por suerte el lugar estaba vacío a estas horas, por lo que era el momento perfecto para refrescarse, mientras Bran se abanicaba con papiros vacíos Asterión traía una enorme vasija repleta de agua.

-Ten hermano.

Ambos se empapaban enteros mientras tomaban toda el agua que podían, una vez saciados ambos siguieron con sus experimentos.

-λ α υ θ π.

Asterión había escrito estas letras en un pequeño papel, luego le prendió fuego, el papel se quemó rápidamente.

-Este tampoco, anótalo Bran.

El minotauro anotaba torpemente la combinación en una especie de cuaderno hecho a mano.

- λ α υ θ ρ.

El pergamino que había salvado la vida de Bran no se había quemado, en cambio todas las palabras que estaban escritas en este desaparecieron, todos saben que ciertas combinaciones en el lenguaje son capaces de modificar los efectos de las bendiciones, es lo que hacen los anillos catalizadores, por dentro llevan combinaciones de letras capaces de potenciar la fuerza de las bendiciones y favores, estas letras también se encuentran en los escudos de los hoplitas, pero nunca antes había escuchado de una combinación tan poderosa como para resistir un favor con un simple papel.

-Este tampoco, anótalo.

Ambos ya llevaban meses intentando dar con la combinación, sin embargo su experimento tenía una falla crucial, ninguno de los dos era capaz de usar una bendición por lo que no podían saber si esa combinación solo funciona con las bendiciones o los elementos, sin embargo poco les importaba, ambos disfrutaban pasar el tiempo juntos y Asterión estaba totalmente decidido a buscar una forma de eliminar el sello del caballo de dos cabezas de la frente de su único amigo, él creía que una de estas combinaciones de letras sería capaz de algo así.

Las horas y el sol pasaron ya la gran mayoría de sus recorridos, muy pocos niños iban a la biblioteca, casi todos preferían entrenar sus cuerpos o sus bendiciones, Asterión tampoco era tan fanático del lugar, pero desde la destrucción que ocasionó el año pasado no tenía más opción que trabajar gratis para reparar los daños.

-Otra vez nada, lo siento Bran, otro día desperdiciado.

Bran miró los ojos de su amigo y esbozó una terrorífica sonrisa, no se le daban bien las palabras ni los gestos, pero aún con todo Asterión le entendía perfectamente.

-Gracias, yo también estoy feliz de pasar el rato contigo.

El pergamino que tenía en sus manos Asterión era uno describiendo una de las pocas palabras con poder descubiertas, las denominadas katádesmos(1), letras que al ser escritas o talladas reaccionaban con las bendiciones. La palabra del pergamino era αἰγίς, la cual provoca que escudos sean capaces de resistir cierta fuerza y cantidad de bendiciones sea cual sea el elemento, la palabra está escrita en todos los escudos helenos y el pergamino especificaba cuanto era capaz de resistir la palabra antes de ser borrada del escudo por sobrecargarse, en teoría su efecto debería ser lo mismo que el pergamino que salvó la vida de Bran, pero esa palabra solamente funciona al ser escrita en escudos.

-Αἰγίς, Égida… Tiene que haber una forma.

El tiempo ya había terminado, ambos terminaron su trabajo y volvieron a sus hogares, para Asterión este hogar era cualquier templo cercano, había sido abandonado por sus padres a los cinco años, tampoco es que le afectara tanto, no era el primer ni el último huérfano rondando los templos de Helena, ni siquiera era el más joven, la guerra contra los minotauros había separado miles de familias, también era mucho mejor hogar que lo que tenían los esclavos.

-Vamos Bran, te acompaño hasta la entrada.

El heleno y el minotauro caminaron hasta los muros de Helena, los esclavos más jóvenes vivían en las orillas de la gigantesca pared y los más viejos vivían en graneros hacinados y fuera de los muros, así en caso de cualquier ataque ellos serían los primeros en recibir al enemigo. Bran y Asterión se detuvieron en una enorme casa de madera donde un montón de cinocéfalos y minotauros entraban para descansar, Asterión abrazó a su amigo y se despidieron, al principio Bran tenía mucho miedo de devolver el abrazo a su amigo, pero ya a este punto él siempre le devolvía el gesto.

Pájaros despertaban a Asterión, hurgaban en su largo pelo como cuervos buscando alguna gema, la mañana lo recibía con todo su esplendor y lo primero que hizo fue lavarse el rostro en uno de los pozos y luego fue a buscar a su amigo. El lugar donde dormía Bran estaba rodeado por decenas de hoplitas, la puerta del lugar estaba abierta y se veía a un viejo hombre con pluma y papel escribiendo mientras varios esclavos se paraban frente a él y luego se marchaban, Asterión se acercó a uno de los hoplitas.

-¿Qué están haciendo?

-… Enviarán a todos los de siete años o mayores a Ítaca.

Ítaca, la isla más al oeste de los helenos, solo hay guerra en el oeste y los minotauros la están ganando, los enviarán como soldados esclavos, los envían a morir.



#4969 en Fantasía
#5774 en Otros
#1029 en Acción

En el texto hay: tragedia, magia, guerra

Editado: 06.12.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.