Asterión sin estrellas

023: Enemigos

023: Enemigos

Quinientos catorce años después de Helena

Para convertirse en un polemarca se debe mapear una ruta desde una entrada del laberinto hasta otra, el laberinto se reinicia todos los meses, cambiando su estructura, su fauna y su orden, nadie sabe cómo y por qué, lo único que se sabe al respecto es que es posible quedar atrapado en los túneles, pues se han encontrado cadáveres de exploradores que esperaron el inicio de un nuevo mes dentro del lugar y sus cadáveres fueron encontrados meses después con varias de sus pertenencias, sobrevivieron un tiempo ahí dentro.

-Brújula, papel y tinta, no me alcanza para nada más.

Asterión entraría al laberinto solo, un polemarca novato puede sobrevivir en el lugar evitando todos los peligros con su bendición y luchar solo en el peor de los casos, pero el joven no tenía ese privilegio, entrar era un suicidio seguro pues necesitaría unas cantidades de suerte inimaginables y eso era lo que menos tenía en su vida.

-Por ti mi amigo.

El niño entró al laberinto con un saco con provisiones para pasar un día, una antorcha de Hefesto que no se apagaría con nada que no sea otra bendición y sus materiales de cartografía, caminaba pegado a la muralla mientras descendía por unos escalones de piedra desgastados, esta entrada estaba lejos de Helena hacia el sur y era la más usada por los novatos como él, pero pocos sobrevivían, solo un veinte por ciento de los soldados que intentan superar esta prueba lo logran, la mayoría huyen derrotados y el resto muere dentro de las fauces de la tierra.

-Norte, cualquier ruta hacia el norte.

La entrada al laberinto estaba hacia el sur y mientras más lejos de Helena más probabilidades había de encontrarse bestias peligrosas por lo que Asterión se la jugaba por encontrar una ruta que con suerte lo lleve cerca de la polis. Una hora había pasado dentro de la tierra, sus posibilidades de sobrevivir se reducían considerablemente con el pasar del tiempo, pero por suerte no había señales de ningún ser vivo y antes de que se diera cuenta había encontrado una salida.

-¿Eh, tan fácil?

Tardo un poco en darse cuenta de que había caminado en círculos, las retorcidas rutas de ese lugar profundo lo habían engañado, sus pobres dibujos estaban tan mal hechos que ni siquiera anotando cada paso que daba se había percatado de su error.

-Otra vez.

Entro a la mazmorra otra vez, esta vez más confiado al no haberse encontrado otras bestias y mientras caminaba esta vez pensó en una forma de no recorrer caminos que ya había cruzado, no podía gastar tinta ni papel en señales y tampoco tenía muchas cosas encima de él, excepto su propia ropa, tenía un largo abrigo de lana que unos vagabundos del templo le habían regalado al niño para no pasar tanto frío, Asterión deshilachaba poco a poco el abrigo y con el fino hilo iba dejando un trazo de lana que cubría todos los lados por donde caminaba, siguió con este método hasta que luego de cinco horas escucho finalmente sonidos de otro ser vivo.

-¿Minoico?

El idioma de los minotauros que Asterión conocía gracias a Bran se encontraba a varios pasos más adelante, por lo que decían el chico entendió que estaban luchando y al acercarse sigilosamente a los ruidos vio con sus ojos la carnicería, decenas de minotauros muertos que se enfrentaban a un nido de hormigas, los guerreros se veían jóvenes e inexpertos al igual que Asterión, pareciera que les dieron una tarea mayor a sus posibilidades y ahora sufrían las consecuencias de sus superiores, el futuro polemarca observaba en silencio la batalla y cuando estuvo a punto de apartar la mirada uno de los minotauros murió a manos de los myrmekes, el hombre no pudo evitar seguir su naturaleza.

-[¡AQUÍ!]

Gritó con todas sus fuerzas a los tres guerreros que quedaron de un grupo de quince mientras agitaba su antorcha de izquierda a derecha como un faro, lo primero que pensaron los minotauros era que venían más helenos para asesinar a ambos grupos, pero el hombre seguía gritando que vinieran hacia él con un horrible acento, los minotauros corrieron.

-[¡SÍGANME!]

Los toros lanzaron sus armas contra las hormigas y corrieron con todas sus fuerzas, Asterión por delante de ellos los guiaba con su antorcha por el camino de lana que había construido, los minotauros lo siguieron aún sin tener el tiempo de procesar ¿Por qué un heleno les hablaba en su idioma y por qué los estaba ayudando?

Luego de correr por varios pasillos las piernas de Asterión cedieron, tenía una condición física bastante mediocre y se lanzó al suelo para descansar, uno de los minotauros puso inmediatamente su espada en su cuello.

-[¿Por qué nos ayudas?]

Otro de los minotauros tomó su brazo y le hizo retirar la espada.

-[Más importante ¿Conoces una salida?]

Asterión pensaba si mentir y utilizar a este grupo para encontrar otra salida o devolverse por el camino ya recorrido mientras observaba el hilo dentro del laberinto… En su mente le pidió perdón a su amigo, pero ya no tenía ganas de seguir aprovechándose de la fuerza de los minotauros.

-[Encontrar otra salida, sigan hilo llegarán entrada.]

Dos de los minotauros inmediatamente siguieron la ruta, pero el que hizo la pregunta se quedó junto a él.



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En el texto hay: tragedia, magia, guerra

Editado: 16.01.2025

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