027: Dedos
Presente
El rostro inmaculado de Jasón finalmente sentía el cansancio y la fatiga al luchar contra su oponente, tenía unos cuantos moretones y su espada parecía estar ligeramente astillada, sin embargo no se comparaba con el daño que su oponente había recibido, su cuerpo estaba repleto de pequeños pero profundos cortes, sus manos estaban lastimadas al golpearlas tan seguido contra la dura piedra del laberinto y uno de sus parpados sangraba cubriendo uno de sus ojos, pero todavía parecer estar lleno de energía.
-¿Qué pasa Jasón? Te veo cansado parece que finalmente te alcanzó la edad.
-Apenas te quedan piezas y aun así intentas provocarme Silao, es una lástima tener que matarte.
-¿Por el bien de Helena verdad? Ella te escupiría en la cara si viera en lo que te has convertido arconte ¿En verdad los argonautas murieron de viejos o también los mataste como a mí?
Por primera vez Jasón parecía mostrar otra emoción, una rabia profunda lo invadió y el legendario vellocino brilló una vez más.
-No tienes idea lo que he hecho por Helena Silao y lo haría todo una vez más.
Pero antes de que le pidiera el favor a su dios el arconte de la luz observó de reojo como Asterión estaba a punto de ser decapitado por el garrote de un minotauro controlado por Silao, la muerte de su compañero estaba asegurada hasta que una enorme figura cayó sobre la bestia.
Asterión con sus ojos abiertos observaba como finalmente sus planes habían llegado a su final, hasta que fue salvado una vez más, como si fuera un juego de los dioses otra vez la vida del polemarca era salvada por un minotauro, el enorme cuerpo de Teseo junto a su hacha cortaron por la mitad al esclavo antes de que su arma destruyera al hombre. Luego de caer decenas de minotauros cargaron contra los esclavos controlados, esta vez no tenían pensado inmovilizarlos y cargaron con toda su fuerza.
-[No esperaba volverte a encontrar tan pronto Asterión.]
Teseo conversaba tranquilamente con el polemarca el cual estaba completamente absorto en sus pensamientos, él y Jasón estuvieron tan concentrados en su plan para matar a Silao que olvidaron completamente que los minotauros habían asediado Helena hace poco buscando algo, igual que cuando Asterión perdió a su amigo.
-[¿Por qué me salvaste?]
-[No quiero verte muerto heleno, tú me dijiste que no había otra opción más que enfrentarnos porque era tu deber ¿no es así, cuál es tu deber ahora?]
-[… Asesinar a un arconte.]
-[Entonces no hay motivo para luchar otra vez, gracias a los dioses ¿No crees?]
La falange de Asterión observaba asustada y en silencio como su polemarca conversaba con Teseo mientras los minotauros pasaban a su lado, no parecían estar enemistados lo cual le parecía extraño a todos, especialmente a Lita quien intentaba agarrar su arco en vano ya que su brazo estaba demasiado lastimado.
-[¿Qué buscas Teseo?]
-[Preguntas tontas Asterión, ya deberías saberlo.]
-[Si… Tienes razón.]
La tropa de elite de Teseo avanzaba lentamente contra la horda de Silao masacrando si piedad a los que antes fueron los suyos.
-[Sin ningún arconte que defienda Helena por nuestra culpa tu compañero tiene el camino libre hacia el Partenón, de nada por hacer tu trabajo de distracción.]
-[De todas formas ahora puedo llevarme algo más que solo otra parte de esa cosa ¿Qué dices si te pago con mi misma mano?]
-[¿Quieres ayudarme?]
La mano del imponente minotauro se colocó en frente del polemarca.
-[¿A quién de los dos quieres muerto Asterión?]
-…
Laconia se acercaba lentamente al grupo con su espadón preparado para luchar una vez más contra el minotauro, detrás de ella Niko y Lita caminaban lentamente para enfrentar lo que sea que viniera.
-Asterión ¿Qué sucede aquí?
El polemarca caminó hacia Laconia mientras Teseo se dirigía a enfrentarse a los arcontes.
-Siempre estoy siendo salvado por minotauros, una y otra vez, quizás esta sea mi verdadera bendición… Laconia cura el brazo de nuestra sagitaria, necesito que prepare una flecha especial. Lita, vamos por nuestra venganza.
-Capitán ¿Qué hay de mí?
Niko apenas podía sostenerse por sí mismo pero su mirada estaba completamente centrada.
-No quiero que mueras Niko, necesito que descanses mi amigo.
-Pero tú vas a luchar ¿Verdad?
-Si…
-No voy a dejar que mueras capitán, vamos.
-Está bien, sigan mis instrucciones.
Al otro lado del laberinto Jasón y Silao caminaban hacia Teseo, detuvieron por completo su pelea al ver como el ejército del minoico caminaba hacia Helena.
-¿No eras acaso el hombre más inteligente de Helena? Te estás quedando atrás viejo.
Jasón no esperaba que Teseo atacara tan pronto, una combinación de mala suerte y falta de visión resultaron en que la ciudad que tan centrado estaba en proteger ahora sufriera estuviera en extremo peligro.
Editado: 28.02.2025