Astros

Capítulo 3 - Nuevos poderes

Hace ya algunos días que entramos a este salón, y hoy por fin ha llegado el día tan esperado por mí y por algunos del grupo; hoy por primera vez veremos cuáles son nuestras habilidades. Esperaría que tuviéramos que mostrarlos a todo el grupo, pues así sería más viable que cada uno pudiera ver los poderes del otro y poder manifestarse con el otro como se debe, y no sé, tal vez algún día hacer competencias.

─Empecemos por Cecilia ─comenzó a hablar Zac tomando una tabla, la cual estaba en su escritorio─. Una sencilla pregunta, ¿sabes que puedes hacer o que habilidades tienes? ─este le postro una mirada de un modo curioso y pensativo.

─El único que conozco es el de telepatía ─le responde Cecilia indiferente, pero al mismo tiempo tenia una voz algo nerviosa.

─Bien, muéstrame lo que haces. Y a todo el grupo.

Entonces Cecilia suspira, se levanta de su asiento y estando enfrente de todos empieza a concentrarse, cerrando sus ojos. Empieza a sacudir un poco las manos quitando su nerviosismo, pues a simple vista se veía algo inquieta y hace una respiración profunda. Veo como su pecho comienza a agitarse.

─Tu ─dice señalando a Soraya abriendo los ojos de golpe─. Se lo que piensas, que todo lo que estamos haciendo es estúpido ─todos en el instante volteamos a ver a Soraya, ella se queda con una expresión de sorpresa.

─Sí, eso estaba pensando ─responde Soraya al mismo tiempo que aún seguía sorprendida, pero también tenía una cara de asco─, pero no es algo que no piense seguido.

─Roxana piensa que es increíble ─continua Cecilia, esta vez en dirección a donde estaba ella. Volteo para verla, está igual de asombrada que todos en el salón de clases─. Y también esto ─ahora lo que hace es ver fijamente en dirección a Zac, está viendo la pluma que tenía en la mano. Hace un movimiento con sus manos y se la arrebata a él, segundos después aparece en la mano de Cecilia.

Acto seguido se la vuelve a dar con una sonrisa en los labios. Se le veía orgullosa.

─Sorprendente, un aplauso para Cecilia ─nos dice Zac feliz, dejando su tabla en el escritorio, levanta las manos para aplaudir y todos aplaudimos en ese instante.

─Gracias ─Cecilia orgullosa de lo que hacía, camina en dirección a su asiento. Dejamos de aplaudir para ese entonces.

─¿Sabes controlarlo? ─le pregunta Zac a Cecilia.

─Practico en mi casa ─ella lo ve con un poco de intriga─, pero en realidad no mucho.

─Bien ─Zac prestaba atención que al mismo tiempo suponía que sus observaciones las anota en la tabla─. El siguiente es Erick, ¿Erick puedes mostrarnos lo que tienes?.

─Sin duda Zac mostraría lo que tengo ─se levanta de su lugar para llegar al frente del salón─, pero si me desnudo ahora me mandan la dirección.

Al fondo, se escucharon unas risas medio nerviosas y algunas a carcajadas. Yo a pesar de reírme por ese chiste tan viejo y usado, lo único que hice fue hacerle muecas diciéndole “eres un estúpido, nunca cambias Erick”. Y era muy obvio que él lo había notado pues su expresión cambio a alguien un poco más inseguro.

─Pero dejando de lado, si se mi habilidad ─continuo Erick ahora esta vez menos seguro de si y con algo de nerviosismo.

─Entonces muéstrame ─Zac no tenía ninguna una expresión de nuevo en su rostro, como era de esperarse, sentía que no tenia sentido del humor. Pero esa manera de actuar también hacia que resultara mucho mas atractivo de lo que realmente era.

─Pero antes que todo ─Erick tiene la vista fijamente en mí, justo esa mirada tan peculiar, pero al poco tiempo la retira para seguir continuando─, necesito a una persona, ¿algún un voluntario? ─esta vez volteo a todo el salón esperando una respuesta.

─Yo ─dije decidida y emocionada al mismo tiempo. Pues me levanto de mi asiento.

─No ─me detiene Zac tan solo con decirlo─. No quiero poner el riesgo de nadie aquí, mejor yo lo hare ─dejando su tabla en el escritorio y se pone del costado de Erick.

─¿Seguro? ─este le pregunto al maestro.

─Claro, soy el maestro aquí.

─Bien.

Erick lo toma del hombro y con esa mirada que me daba miedo de niña. La cual solo era fruncir el ceño de una manera que se le notaba enojado, entre agachaba la cabeza un poco haciendo su mirada aún más penetrante, y claro no podía falta la expresión con las cejas enormes que se cargaban, hacia la expresión mucho más potente, eso era una perfecta combinación de maldad pura para mí en aquel entonces.

Erick sujeto el hombro de Zac con fuerza. Pero todo lo que paso a continuación pareciera que estaba torturándolo. Zac gritaba de dolor, pues tenía una expresión de agotamiento, y su cuerpo comenzó a tener un tono más rojizo, así como las venas de sus brazos, del cuello y de la frente se notaba resaltados, Erick por otro lado estaba más que contento y estaba muy relajado. Lo vi con rabia, me sentí mal por Zac. No sabía que estaba pasando y después vi a Erick, no podía más, su mirada era fuerte a comparación de la mía. «Eliza si puedes». Me decido a verlo de la misma manera que él. De repente y de la nada, Erick sale contra el pizarrón. Todos gritaron preocupados. Él se da un duro golpe en la espalda contra la pared del pizarrón, y al parecer por cómo se quejó por un rato, le dolió mucho. Zac por otro lado al impactarse Erick el directamente fue al suelo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.