Atada a belzebu

CAPITULO - 1 (borrador)

Recogí mi camisa del suelo, poniéndomela con tranquilidad sin siquiera observar a la mujer que se encontraba tirada en la cama, estaba tapada hasta arriba con una sábana color crema, no me moleste ni siquiera en ver su rostro, era irrelevante, me enfoque en inspeccionar donde me encontraba, como carajos llegue aqui.

Eche un ligero vistazo de dónde estaba, la habitación tenía las paredes pintadas de un morado muy llamativo, posters de bandas musicales, en una esquina una pila de peluches amontonados, que asco.

Envié mi ubicación a Leonel, con un simple mensaje "ven, ya", segundos despues repondio, no me dispuse a leer lo que respondio, solo me puse los pantalones y Sali de la habitación sonriendo al ver los paquetes de condones usados, si que fue una noche agetreada.

sali a lo que parecer era un intento de sala comedor, observe bien y cai en cuenta que era el apartamento de la chica, las fotos familiares, las paredes de un exagerado tono rosa, la decoración excesiva, si efectivamente me había liado con la payasa número uno de un circo.

— al parecer te gusta

sí como para un circo pensé, pero preferí callarme y mantener la menor comunicación, era lo mejor después del sexo, no quería que después estuviera una maldita loca asechándome, seguí alistándome sin decir ni una sola palabra, hasta que sentí sus malditas manos en mi abdomen, la iba a apartar, pero luego estás descendieron a mi erección matutina, dándole un placentero masaje mañanero encima del pantalón, dio la vuelta quedando frente a mí, sus manos fueron a mi cintura para después arrodillarse, se sujetó el cabello en una coleta una sonrisa coqueta se asomo por sus labios, dándome una gloriosa vista desde donde estaba, pero recordaba mi regla y por muy buena que fuera mamándola, no repetía dos veces.

Intento desabotonar mi pantalón, pero con una sola mano la detuve — y si repetimos —dijo masajeando mi miembro por encima de la tela

Con la mano alce su barbilla y acerque mi boca a su oreja— yo no repito dos veces — me di media vuelta dejándola con la palabra en la boca, fui hasta la mesa que estaba en una esquina de este mugroso apartamento y recogí el reloj que deje, con los lentes negros.

— pero pensé que, tú y yo, talvez... Podíamos — dijo acomodándose el cabello, y aquí vamos con lo mismo, el discurso de todas mis mañanas todas son igual de arrastradas, mendigando una pisca de cariño.

— a la próxima no pienses — la aparte, para seguir mi camino

— te enamorarás — dijo de repente

Me di media vuelta, para verla sonreír triunfante como si lo que había dicho fuera algo importante para mi

— te enamorarás — volvió a repetir, negué mientras reía y daba un portazo antes de salir de su apartamento

 

El sol de California me pegó de golpe al salir de ese edificio, en derrumbe, me puse los lentes de sol, observé a la gente pasar por el lugar vi a los jóvenes salir en bicicleta, a una pareja de enamorados pasear a su perro, gente ordinaria y ridicula.

Supuse que Leonel ya habría llegado así que lo busque con la mirada hasta que lo vi, echado en mi Bugatti Divo, camine hacia él y lo aparte de golpe.

— vale más de lo que puedes ganar en 5 años, imbécil

— hola Leonel, gracias por ser un buen amigo y venir a por mí porque como soy tan imbécil deje mi Bugatti Divo de 5,2 millones de euros tirado por ahí— imitó mi voz

— cállate

— te demoraste más que la vez pasada acaso te intento amarrar, así como la otra — rio

— cállate Leonel

Entramos en el auto y arranque mientras el me ponía al tanto de todo, lo que había pasado en mi ausencia en rusia, mientras yo me encargaba de supervisar al menos una vez al año mis otros negocios.

— los cargamentos de cocaína llegaron intactos, los compradores están satisfechos y del nuevo armamento que solicitaste llego ayer por la mañana, aparte de ello las ventas de las empresas subieron un 10%

Las empresas de mi abuelo, el gran maximo conocido por ser el mejor empresario y por ser uno de los mas grandes jerarcas de la mafia, las empresas estaban bien cuando se las dejo a agares, pero yo siempre quise que las empresas fueran más reconocidas así que me dispuse a hacerlo y ahora las empresas Olympus habían crecido en un 50%.

— el aún no nos paga y sigue apostando en el Averno — Lionel me mostro la cantidad de dinero que nos debía Martín en la pantalla

Martin era amigo de mi padre más no mío, y a mí no me gusta que me deban o me pagan o me pagan.

— vamos al Averno de seguro debe estar ahí — dije, Leonel asintió y llamo a los guardias del Averno para que no lo dejarán salir, por si quería escapar.

Quince minutos después estábamos en las puertas del averno, los guardias al reconocernos nos cedieron el paso, conforme avanzábamos no faltaban las miradas de curiosidad por partes de las mujeres, incluso una cuarentona que venía a recoger a su marido ebrio y endeudado me comió con la mirada.

Seguimos avanzando viendo a los hombres pedir más fichas, suplicar por clemencia y ese simple terror que se respiraba en el ambiente me agrado y por eso lo llamé "averno", vi a Martin sentado en una esquina con la cara tapada con las manos.

— Martin — pronuncie su nombre a lo que el dio un respingón

— Häel podemos llegar a un acuerdo — negué y desactive el seguro de La Glock 19 que tenía en el pantalón — hay que jugar si gano ya no te debo nada

— y si pierdes — cuestione

— lazos de sangre por deuda — reí enserio iba a pagarme con algo que podía conseguir con una sola mirada

— no me sirve — lo apunte y me mostro una foto de una muchacha de ojos marrones y cabello negro.

— bien, sígueme — baje el arma 

Subimos a la zona exclusiva para los socios de mis otros negocios, nos sentamos en una mesa circulará con dos hombres detrás de él. Un crupier se acercó y empezó a barajear las cartas, haciendo unos cuantos trucos con ellas, nos repartió estas y empezamos el juego.



#12213 en Novela romántica
#7019 en Otros

En el texto hay: mafia, apuesta, belzebu

Editado: 16.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.