Atado a ti

La pesadilla.

Pov: Shibo

El aire estaba denso en la oscuridad, como si el propio cuarto estuviera aprisionandome, sudaba y mi respiración agitada se mezclaba con el eco de los latidos de mi corazón sabía desde hace tiempo que no estaba solo, no aquí ni en mis sueños, nunca lo estaba.

De pronto una figura apareció frente a mi no lograba verla con claridad, pero sabía quién era, cuál era su nombre...

La presencia era tan opresiva que la oscuridad misma parecía retorcerse, como si el espacio y el tiempo se doblaran, aunque no se si eso tenga sentido, la figura se acercó lentamente, moviéndose con una suavidad que me parecia inquietante.

Era Yurei su voz resonó en mi mente como un susurro que hizo que se me erizara la piel

"¿Crees que puedes escapar de mí?"

La voz era fría, hiriente, como si viniera de un lugar muy lejano y al mismo tiempo de lo más profundo de mi ser.

"Tú me perteneces, siempre me has pertenecido."

Intente moverme, pero era totalmente inútil, parecía que estaba clavado a el suelo y un sudor frío recorría mi espalda mientras intentaba gritar, pero por alguna razón mi garganta estaba sellada, como si Yurei lo estuviera ahogando con su mera presencia.

"Todo lo que eres, todo lo que has sido, es mío. No te engañes, Shibo. Te lo he dicho mil veces. Ya no puedes seguir huyendo."

Con un esfuerzo supremo, finalmente logre abrir los ojos, pero el mismo horror seguía allí, en mi mente, en mi corazón. La sombra de Yurei se separa sobre mi incluso en la vigilia.

Me senté en la cama, con las manos temblorosas sobre mis rodillas, intente calmarme, mi respiración era entrecortada, y las sensaciones del sueño se aferraban a mi como un parásito.

No era la primera vez que soñaba con eso, pero esta vez era diferente la sensación de estar atrapado era más real que nunca el miedo me consumía, pero había algo más, algo más oscuro que me había estado persiguiendo, algo que incluso que no podía comprender del todo.

El murmullo persistente de Yurei seguía resonando en su mente.

"No lo olvides... nunca lo olvides. No hay salvación para ti."

Me levantó de un salto, y me di cuenta de que mi respiración era más fuerte de lo normal los ecos de la pesadilla seguían taladrándole mi cabeza. "No puedo seguir así..." pense.

Intente enfocarme, pero no podía dejar de pensar en lo que Yurei me había dicho. "No hay salvación para ti."

-No puede ser...-, las palabras saliendo en un susurro quebrado.

-No... lo permitiré- Pero la verdad era que ya no estaba seguro de qué podia hacer en mi mente, Yurei seguía ahí, siempre al acecho, esperando que bajara la guardia y por alguna razón, comenzaba a temer que la batalla por el control que había estado reteniendo durante tanto tiempo estaba a punto de llegar a su fin.

Me echó hacia atrás en mi cama, cerre los ojos, pero no consegui volver a dormir esa pesadilla seguía viva en mi mente, una pesadilla de la que no podía despertar.

El rostro de Yurei lo observaba en sus sueños... y pronto, temía, en su vida real también.

Pasadas unas horas me levanté de mi cama, abrí la ventana para ver qué ya era de día y el sol resplandecia un poco, mientras me mire en el espejo con frustración, esa sensación del sudor corriendo por mi cuerpo me hacía sentir horrible, muy sucio tanto física como mentalmente algo indescriptible quizás...

El agua recorría mi cuerpo y escuchaba claramente como caía en el suelo, ahora me sentía algo limpio. Ese sueño seguía rondando por mi cabeza como todas las mañanas, me observé nuevamente por el espejo

-No entiendo porque dejo que me hagas sentir así, tan... Tan débil- moví mi cabeza de un lado a otro esperando que quizás el se fuera, aunque claramente era inútil digo, no era la primera vez que lo intentaba... Y seguía ahí, molestandome.

Mientras recorría los pasillos de la sede para reunirme con los demás el hablo con ese tono tan neutro cosa que pasaba una vez cada año.

"Se que no paras de pensar en eso y te ves tan devastado ¿Quieres que los demás noten que algo te perturba? Porque traes una cara, donde te ves más idiota de lo normal"

Lo ignore como todas las mañanas pero sabía que tenía razón, después de todo era la primera vez que me había afectado tanto, tenia que cambiar mi expresión...

-¡Holaaa amigooo!- sentí que alguien me rodeo con sus brazos sobre mi cuello haciendome tropezar

-Ey porque te avientas así Kiro- dije mirándolo mientras me reincorporaba

-Perdon, perdón- se rió un poco -Ay Shibo que te paso- me miró con cara de sorpresa

-Eh? Yo? Porque a qué te refieres- lo habría notado, Yurei tenía razón...

-Es que tienes cara de pocos amigos de verdad, dormiste bien- lo decía en tono de preocupación pero lo disfrazaba con burla

-Nah solo tuve una noche dificil, es todo...- sonreí pero la verdad si tenía una cara de lo más horrible

-mhm ya veo- ladeó la cabeza y dijo -¿o no será que de pronto te estes volviendo un amargado como tú queridísimo amigo Mitko?- levanto la ceja en modo de burla

-Ayy no si llego a esos extremos, por favor matame- reí ligeramente

Apesar de eso Kiro tenía un toque de curiosidad, no me creyó del todo

¿Tan evidente era que está mal?

Antes de que pudiera decir otra palabra Mitko llegó muy enojado... Aventó la puerta del comedor algo alterado su expresión era más dura de lo normal

-Tal parece que- susurro -alguien llegó con ganas de matar a alguien-

-Callate kiro- golpee su hombro ligeramente

Cuando mis compañeros y yo tuvimos su atención Mitko con esa aura tensa dijo

-El jefe dijo que últimamente han recibido informes de aparente peligro cerca del centro comercial, varias personas han desaparecido sin dejar rastro, aunque no estamos seguros de que sean esos mounstros, pero dadas las circunstancias no podemos dejarlo pasar por alto-




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