Ataraxia

7. C. D. R.

              Me había acostumbrado a observar varias veces la pared, dejando que la monotonía llenara la habitación desordenada sin vergüenza. Botellas de licor abandonaron su placer en mi paladar luego de haberse acabado. Admitiría entonces, que una parte de mí adoptó la mala manía de releer sus enigmas, los senderos que dejó a medias de resolver luego de cruzar la puerta de salida. Mi existencia sin querer comenzaba a escasear; supe que podría dejar de vivir y él seguirías siendo el mismo. ¿Y la verdad? La verdad es que se fue, ¿y lo peor? Lo peor no fue saber que me iba a lastimar, sino que aun sabiéndolo me di la oportunidad fallida con él. ¿Y al final? No se interesó en mí.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.