Ataraxia

13. Fuego invernal

              El invierno se acercaba más rápido de lo que yo misma podía darme cuenta, sin embargo, aún no cambiaba el calendario que me había dado la tarea de hacer y colocar tras la puerta de la habitación que, habitualmente, tendía a compartir. Al observar a través de los cristales empañados de un fresco ardiente, veía madres abrigando a sus hijos hasta el cuello, colocándoles sus guantes, bufandas, e inclusive un gorro, todo ello para impedir que el frío ingrese a sus pieles. Después, me dirigía hacia la cama, descalza, con una taza de té caliente en la mano derecha y un libro en la izquierda. Mis ojos no evitaron mirar al suelo, donde donde un pequeño papel yacía doblado a la mitad, arrugado, esperando a ser tomado por mí y hojeado; esa mañana, mientras leía lo escrito durante un largo tiempo, cuando tenía que dejar la taza de té en las manos estremecidas de Kenny, estremecidas porque cuando le iba a ver, éste estaba escribiendo otro papel para dejarlo sobre el suelo nuevamente. Uno diferente cada día.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.