Atardecer contigo

7 "Esta vez no, esta vez lo venciste"

Alguna vez me dijeron que los pensamientos son los creadores de tus sentimientos.

Cuánta razón en esas palabras

En estos momentos mis pensamientos son un tanto negativos.

Estaba tan emocionada con el hecho de no seguir una rutina estructural y hacer de mi vida un espacio libre.

Pero, aunque los contras sean más, no abandonaré mi decisión, no cuando quemé mi casa por ello.

Cuando uno toma una decisión debe afrontar las consecuencias que tendrá, estas son las mías y por ello pienso afrontarlas con la cabeza en alto.

Camino con mis pocas pertenecías hacia la colina que me enseñó Tahiel para pasar mi noche allí.

Sorprendentemente no hay nadie, y la verdad es que no me explico el porqué de esa situación ya que el lugar es muy bonito, es... espléndidamente espectacular.

Me quedo parada unos segundos observando todo.

Respiro profundamente el olor a noche del lugar y examino que no haya nadie a los alrededores ya que deseo cambiarme de ropa.

Me saco el delicado vestido de verano que llevo puesto y lo extiendo en el suelo para acostarme allí. Me coloco el de repuesto, me acuesto en el mismo y me quedo por un largo rato observando las estrellas sin ningún tipo de arrepentimiento por mis acciones, hasta que mis ojos lentamente comienzan a cerrarse.

Zzz

Una melodía junto unos tenues rayos de luz solar dan en mi cara haciendo que lentamente comience a abrir mis ojos.

-Hola! - la voz de Tahiel llega a mis oídos

-Hola – digo tallando mis ojos con mis manos y con una voz más ronca de lo normal.

- Te quedaste dormida aquí porque tu casa se quemó entera ¿verdad?

-No, solo tenía ganas de ver las estrellas acostada sobre un vestido, ¡solo eso! – digo con una sonrisa para no llorar.

Sonríe y continúa tocando la misma melodía que escuché al despertarme, pero diferente a la que escuché el día que lo conocí.

Me siento en forma de indio y lo observo.

El sol hace que sus cabellos se vean dorados y sus ojos se ven mucho más claros mientras observa fijamente las lejanas olas del mar.

La melodía y su compañía me hacen olvidar de mi mala suerte y disfrutar del momento.

Cierro mis ojos y dejo que la melodía se apodere de mí.

- ¿Por qué te relaja tanto la música?

-No lo sé, solo... me relaja.

-Muy bien Ailín, ahora te levantas y vamos a ir a por una sorpresa para ti.

- ¿A sí?

-Claro, anda, levántate.

-Esta bieeen – digo aún con sueño.

***

- ¿A qué lugar me estás llevando exactamente?

-Ya lo verás, solo espera un segundo

Lleva mis ojos tapados por lo que estoy con una ansiedad enorme por saber lo que es la sorpresa.

- ¿ya?

-Sip- dice sacando el suave pañuelo de mis ojos.

- ¿La librería del pueblo? – digo sin saber por qué venir a este lugar.

-Pues... como tu casa se quemó hace unas horas, creo que esto te será útil. – dice abriendo la puerta del local. –La chica que atendía en este lugar acaba de renunciar para ir a ver a su madre enferma que se encuentra en otro país, así que la dueña me dijo que puedes atender tú y vivir en la casa de atrás de aquí, es como trabajar para tener un lugar donde vivir.

-Suena bien – digo observando todo

-También me dijo que, si no quieres atender, puedes limpiar el lugar, de igual modo hay otro chico atendiendo.

-Creo que seré la que limpie todo este lugar, no se me da para nada bien hablar con personas.

-Entonces, oficialmente ya tienes hogar.

Oficialmente ya tengo hogar, ¡uf!, eso suena tan bien que no me importa limpiar en absoluto.

-Pensé que como tú ya no tienes nada de nada, podríamos ir a comprar cosas nuevas e incluso ropa para ti.

-Bueno, estoy de acuerdo contigo, chico

Las horas del día pasaron velozmente junto a Tahiel, era agradable su compañía, me hacía sentir no tan sola como de costumbre.

Estábamos comiendo algodón de azúcar junto a una tienda de objetos vintages cuando sin darme cuenta las lágrimas volvieron a caer.

¡Oh no!

Lágrimas saladas, pero, en cierta forma dulces tomaban mis sentidos.

El sentimiento pesimista y la tristeza querían apoderase de mí como dias anteriores, pero me prometí a mí misma terminar con ello.

Una tenue sonrisa se dibujó en mis labios

Estaba tratando de superarlo, estaba haciendo algo al respecto.

-Sí sabes que el sentimiento no traspasó tu alma, ¿verdad? – dice Tahiel con aires orgulloso.

- ¿Qué?

-Esta vez no, esta vez lo venciste

-Pude notarlo – digo con las pocas lágrimas en mis ojos – vámonos a casa, necesito ir a ordenar todo esto – señalo las cosas que habíamos comprado.

-De acuerdo

 



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En el texto hay: misterio, esperanza, romance

Editado: 29.09.2020

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