Atardecer en el Palacio del Sol

Capítulo 18: La Pijamada

Helia

Vaya noche…

Los invitados se habían ido hace un par de horas y Ceres aún no llegaba a darle noticias.

¿Será que en este momento Selien está leyendo mi carta?

Sumergida en sus pensamientos, apenas notó cuando alguien entró a su habitación.

- ¿Ceres? – la diosa estaba ligeramente pálida y parecía ignorar los llamados de Helia. - ¡Ceres!

- Ah… hola, Helia – respondió un poco nerviosa.

- ¿Estás bien?

- No estoy segura. ¿Podemos hablar?

Helia pidió a unos guardias que trajeran a su habitación una cama y mantas para Ceres. Así mismo, pidió a los cocineros que le prepararan una pequeña cena.

- Esta noche dormirás aquí, no puedo dejar que te vayas así – dijo Helia. – Tendrás una cama cómoda y comida recién preparada.

- ¿Es necesario?

- Me pediste que habláramos y eso haremos. Si hay algo que te preocupa, esta noche puedes decírmelo.

- Está bien – aceptó rendida. – Pero si la comida no está buena, me iré.

Mientras buscaba ropas cómodas para Ceres, los guardias llegaron con lo que se les había pedido, al igual que los cocineros. La habitación olía a chocolate caliente y pastel de fresa recién horneado.

- ¡Oh, poderosa diosa Ceres! ¿Se encuentra usted conforme con el menú? – bromeó Helia.

- Tu sí que sabes cómo tratar a tus invitados – respondió Ceres mientras devoraba una rebanada de pastel.

- Ahora que estás bien acomodada y alimentada, ¿Me dirás por qué estabas tan nerviosa hace un rato?

- No sé por dónde empezar.

- ¿Qué te parece por el principio?

Helia la escuchó atentamente. Las amenazas de Mercurio, la idea de Selien, la propuesta …

- Entonces, ¿Me estás diciendo que todo ese nerviosismo y preocupación fue porque Mercurio te invitó al baile?

- Ay por favor, ni me lo recuerdes – pidió Ceres mientras terminaba su taza de chocolate.

- Te sorprendió lo sencillo que fue que te invitara, ¿Verdad?

- ¿Y tú por qué tenías que decir que se puede ir al baile en pareja?

- Hey, eso no es mi culpa. Además, de cualquier manera, tenías que lograr que él te invitara.

- ¡Maldita la hora que Selien tuvo esa idea!

- Pero… la aceptaste. ¿Por qué?

- ¿No es obvio? Estamos arriesgándolo todo para que el plan del baile funcione. No podía dejar que ese egocéntrico se entrometiera.

- ¿Segura que fue solo por eso?

Silencio. Ceres intentó hablar, pero por primera vez, ni una sola palabra salió de su impulsiva boca.

- Está bien, cambiemos de tema – propuso Helia.

- Por favor. ¿En que concluyó la idea del baile?

- No hay mucho que decir, todos aceptaron. Dentro de ésta semana haré las invitaciones. Quien no la tenga, no entrará al palacio – explicó. – Será un baile de máscaras, como ya habíamos acordado.

- Le dije a Selien que iría mañana a su palacio para contarle sobre el baile. Será mi última visita al Palacio de la Luna. Si logras hacer su invitación antes del amanecer, se la entregaré yo misma.

- ¿Harías eso por mí?

- ¿Hay algo que no haría por ti? Eres mi mejor amiga. A pesar de ser una diosa menor, eres la única que nunca me ha hecho sentir diferente – dijo mientras bostezaba y se acomodaba en su cama. – Ya es tarde y yo me muero de sueño. Buenas noches, Helia.

Pasados unos minutos, Helia se dispuso a escribir la invitación. No sería muy elaborada, ninguna lo sería.

 

Mediante este documento, usted queda cordialmente invitado al gran Baile de Máscaras, que se celebrara en el Palacio del Sol con el propósito de conmemorar el primer aniversario de la Creación.

Espera su honorable presencia,

Helia, la diosa del Sol.

Una vez firmada, Helia la selló con su timbre real, evidencia de la veracidad de la invitación.

Cuando estuvo lista, se metió en su cama.

- Descansa, Ceres – dijo mientras cerraba sus ojos.

- ¿Sabes? – habló Ceres mientras dormitaba. – Tienes suerte de tener a Selien.

Durante toda su vida, a Helia se le había exigido ser perfecta. Siempre se le había concedido todo, nunca había podido luchar por lo que ella quisiese. Pero ya estaba cansada. Si iba a luchar, lo haría por ella misma. Y también lo haría por el dueño de aquella mirada.

- Lo sé.



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En el texto hay: mitologia griega, romance, enemiestolovers

Editado: 20.02.2024

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