Atemporal-el mejor viaje de mi vida

Capítulo 2

Isabel

Unos días más tarde quedamos para tomar algo con el fin de disfrutar y celebrar por nuestra cuenta que ya éramos enfermeros.

Cuando ya estaba de camino a casa empiezo a marearme pero no le doy importancia ya que lo más seguro es que se deba a las 3 cervezas que me había bebido. Minutos más tarde, en cuanto llego a la altura de un callejón estrecho y algo oscuro localizado a mi izquierda, comienzo a marearme más y a sentir un fuerte dolor de cabeza. Como consecuencia del mareo me apoyo en la pared del callejón donde está la esquina y me agacho sujetándome la cabeza con las manos.

Después de lo que me pareció una eternidad, habiendo pasado solo un minuto en realidad, todo se volvió negro por lo que supe que había perdido el conocimiento. En cuanto me despierto pienso que la pérdida de conocimiento, el mareo y el dolor de cabeza solo se debía al estrés del semestre. Cuando termino de enfocar la vista me doy cuenta de que ya no estoy en el callejón donde me paré anteriormente para recuperar el aliento.

El lugar donde me encuentro ahora se trata de una habitación pequeña, pero acogedora; con una única ventana a la izquierda de la cama, como consiguiente de mí, una mesa y una silla al fondo de la habitación, un armario en la pared de mi derecha y la puerta en la pared del fondo, junto a la mesa. Por lo que puedo ver estoy en la Edad Media pero eso es imposible, no se puede viajar en el tiempo, pienso intentar convencerme de que lo que estoy viendo es algo imposible. Estaba equivocada y en unos minutos, o incluso segundos, me iba a dar cuenta.

Por suerte hay suficiente luz diurna suficiente para divisar en la silla ropa de la época en la que me encontraba.

Cuando me estoy acercando a coger la época, me deslumbra una luz blanca por lo que me veo obligada a protegerme los ojos con las manos. Llega un momento que la luz es tan insoportable que tengo que proteger los ojos con los brazos. En el instante en el que dicha luz desaparece, bajo los brazos para mirar el origen que provocó el deslumbramiento y me encuentro con un chico de más o menos de mi edad, quien tenía el pelo negro, tez morena y ojos negros.

El chico me resultaba vagamente conocido y no se de donde. De miles de preguntas que se pasan por la cabeza, la única que soy capaz de formular es la siguiente:

- ¿ Quién eres?

- Por la cara de incredulidad que has puesto hace nada ya me habías visto, lo cuál es cierto, y en más de una ocasión; además de que ya me tienes que conocer- me contesta el chico misterioso como si nada- me acuerdo de que la primera vez que me viste, tenías la misma cara y tu amiga tenía una cara parecida.

Cuando termina de hablar, me viene a la mente el día que fui, hará cosa de dos años y algo; con Ari y Manu al museo el cual tenía una exposición de la realeza y la nobleza escandinava. Fue ahí donde vi un retrato de Breeze el dios nórdico de los mares; que según cuenta la leyenda, viajaba a la tierra junto con Aeon, Abys, Anara, Aran, Armaill, Jerek y Nuada a convivir con los mortales y en el caso de que se enamoraran de algun@ de ell@s, tendrían hijos y luego desaparecerían para no levantar sospechas. Además tienen un poder en común el cual les permite comunicarse entre ellos telepáticamente.

- Tú eres Breeze el dios nórdico de los mares, te vi retratado en una exposición de la realeza y la nobleza escandinava varias veces- le digo sorprendida de que existan esos dioses y ya puestos todos.

- Si, soy yo- me dice- Aran te vio venir y también predijo que ibas a ir a ver la exposición.

-¿Qué más vio Aran?- le pregunto intrigada por lo que me ha dicho

Breeze, algo dubitativo de si debe o no, tardo un rato que se me antojó eterno en decidirse. Pero al final me dice:

- Aran también vio que ibas a viajar en el tiempo (lo cual ya ha sucedido) dado que un chico de gen especial necesita que alguien le enmiende por el buen camino y para ello, ¿ quién mejor que tú?

Mientras Breeze me estaba diciendo lo que vio Aran había aprovechado para cambiarme de ropa y había escondido bien el reloj, los auriculares y el móvil entre la ropa nueva.

Cuando Breeze se dispone a continuar, se oyen pisadas en el pasillo de camino a la habitación y me dice:

- Vete a la cama y actúa como si te acabaras de despertar y de cambiarte de ropa,¡ rápido!

-¿ Y tú? - le pregunto nerviosa y preocupada.

- Yo me tengo que ir- me dice

-¿ Por qué?- le pregunto- yo prefiero que te quedes.

- Si me quedo y descubren quien soy va a ser peor para ti y a saber que te haran si eso sucede;- me explica- y nosotros no lo podemos permitir que por nuestra culpa te suceda algo sabiendo que tienes que cumplir con tu destino.

Hago lo que me pide y se marcha. En ese mismo instante entraron dos hombres,uno más joven que el otro, siendo el de la derecha y el más mayor y físicamente más imponente; y como consecuencia el que más miedo da.

Isabel tranquila, que no se note que les tienes miedo sobre todo al de la derecha; muestrate segura y que no te tiemble la voz al hablar, me digo.

- Por lo que veo ya estas despierta y ya te cambiastes de ropa- dice el hombre intimidante mientras avanza hacia mí para dejar espacio para que el otro pueda ver, mientras que el más joven de los dos entra y se apoya de la mesa para vernos a los dos a la vez y mejor.




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