Isabel
Las ramas de los arbustos son como cuchillas que me arañan mientras corro hacia no se donde, lo único que sé es que quiero poner toda la distancia posible entre Manu y yo después de haberle cantado las cuarenta.
Bufo por el cansancio que empiezo a notar pero no por ello para de correr, y mucho menos por la lluvia que está empezando a caer hace ya un buen rato.
Y pensar que estoy aquí con arañazos y cogiendo una buena mojadura solo porque discutí con Manu por haberse comportado como un cerdo con Ariadna aun sabiendo lo que sienten el uno por el otro. Menudo cacao mental tiene en la cabeza el “señor estoy loco por Ariadna”
Cuando me quiero dar cuenta está garreando agua a más no poder por lo que decido buscar refugio hasta que amaine un poco o pare de llover y pueda volver.
Miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy a pocos metros del pequeño lago formado por la cascada proveniente de un río cercano a la ciudad donde me he dado un chapuzón alguna que otra vez tanto con los chicos como sola.
Por suerte para mí, cerca de la cascada hay una entrada a la cueva por lo que aprovecharé para coger algo de leña para hacer una pequeña hoguera y poder entrar en calor.
No sé cuánto tiempo llevo aquí, cuando escucho ruido proveniente de la entrada de la cueva por lo que dirijo la mirada para allí manteniéndome en alerta. Por suerte o por desgracia está todo oscuro ya que el fuego hace un rato que se apagó, por lo que no veo a nadie y esa persona tampoco me ve a mi.
No es hasta que esa persona habla, que me doy cuenta de que se trata de Alex, quien lo único que es capaz de decir es:
-Ya sabía yo que serías capaz de hacer cualquier estupidez como la que has hecho después de discutir con Manu.¿A quién, en su sano juicio, se le ocurre salir corriendo hacia cualquier sitio lloviendo como está?
-Si en el fondo me quieres- le digo quitándole hierro al asunto haciendo que Alex se empiece a reír mientras termina de llegar a donde estoy yo.
-Menos mal que, en cuanto me dijeron lo que pasó; cogí algo de ropa y un par de mantas grandes para que te cambiaras y entraras en calor el tiempo que estuviéramos aquí- me dice al mismo tiempo que me pasa ropa seca y empieza a sacar algo de leña seca y enciende fuego.
-Muchas gracias Alex- le digo agradecida mientras me termino de cambiar-De verdad.
Después de eso nos sentamos juntos y nos tapamos con las mantas para que entre en calor.En cuanto terminamos de taparnos, comemos algo de lo que trajo y después de eso nos ponemos a hablar sobre lo que pasó después de que yo me fuera hasta que le avisaron.Mientras tanto, entre el calor y la comida; se me empieza a relajar el cuerpo y se me empiezan a cerrar los ojos hasta el punto de que no sé en qué momento me quedé dormida.
No se cuanto ha pasado desde que me quedé dormida al lado de Alex, solo se que en cuanto siento que me tocan el hombro y escucho a Alex llamarme; abro los ojos y observo que ya paró de llover. En cuanto consigo despertarme por completo le pregunto:
-¿Cuánto tiempo dormí?
- Unas cuatro horas más o menos- me dice- Y hace como dos horas que paró de llover, así que será mejor que nos pongamos en marcha para llegar antes de que vuelva a descargar con la misma fuerza e intensidad o de que se ponga peor.
En cuanto llegamos, me encuentro con Joakina, Sara , Alba y la reina muy preocupadas e inquietas. En cuanto Alba me ve, dice:
-Por fin ¿cómo estás?
-¡¿Se puede saber porque te fuiste sin pensar así como así, estando el día como estaba?!- dice Joakina- Nos tenías muy preocupadas.
-Fijate hasta qué punto que mi prima casi se queda sin uñas que tanto querer morderselas- dice una chica que no conozco-Y casi desgasta el suelo con tanto ir y venir.
-Lo importante es que estás bien-dice Sara.
-Anda, ve a la cocina a tomarte algo de la sopa que sobró de la comida- dice la reina- Joakina e Irene ir con ella y aseguraros de se la come entera que yo ahora tengo unas cosas urgentes que atender y que no pueden esperar más.
Dicho eso, nos disponemos todos a irnos cuando la reina me sujeta del brazo y me dice:
-Puedes confiar en Irene al igual que en Joakina. Y no pienses que es porque son primas, al contrario, Irene me ha demostrado que se puede confiar en ella ciegamente al igual que en Joakina, además de que antes de hacerlo me aseguré de ello ya que fui a preguntar a Breez y a Aran.
-Está bien- la digo- Muchas gracias por avisarme de ello.
Ya después de todo lo que ha pasado hoy y de haber cenado algo caliente, decido ir a la biblioteca a buscar algún que otro libro que me pueda gustar para leer hoy algo antes de acostarme y así distraerme un poco de todo lo sucedido.
Mientras estoy desayunando, Irene se acerca a mi y me dice:
-Tenga esto.Me lo dieron sus amigos ayer para ti.
-Muchas gracias Irene- la digo mientras cojo el papel que me entrega.
Lo abro y empiezo a leer lo que pone.
“Hola Isabel, te queríamos avisar de que ya es hora de que volvamos a la época que nos corresponde.
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Editado: 25.07.2024