Atemporal: encuentro con el pasado.

XXIII

 La mañana era fría, le temblaban las manos, sabía que era hoy, podría morir, le daba miedo la idea de perder la vida en un mundo diferente al de ella.

 Magda estaba detrás de ella con su particular mirada fría, los brazos cruzados, su respiración ni se sentía, siempre tuvo la habilidad, si se podía llamar así, de pasar desapercibida, a pesar de su altura.

 -Todo esta en marcha.- dijo Magda con un tono calmado.

  -Si..- susurró.

 No iban a participar de forma activa, se quedarían en ese lugar a mirar como transcurrían los hechos, no las querían poner en peligro, por más de los berrinches de Magda.

 Pasaron horas, empezaba a salir el sol, pero se estaba nublando, había un tinte deprimente.

 Magda comenzó a sentir un extraño hormigueo por el cuerpo, bajo su mirada a la nuca de Nuria, estaba erizada completamente.

 Comenzaron a escucharse gritos y caballos, así que desvió su atención, seguramente era solo estrés.

 Nuria miraba atentamente por la ventana, pero no podía ignorar esa extraña sensación en todo su cuerpo. Al cabo de unos segundos escuchó un estruendo detrás de ella, Magda se había desmayado. 

-Magda, Magda.- la llamaba desesperada, pero nada.

  Ahora se empezaba a sentir mareada, parecido a aquella vez que...

 Su mente comenzó a correr pero su cuerpo no, era tarde, muy tarde, el piso volvía a desaparecer.

***

Magda despertó de golpe tratando de tomar aire, pero algo se lo impedía, ya no estaba en el mismo lugar que antes, sentía una fuerte presión en las costillas.

 Al levantar la vista visualizó algo que podría provocarle una gran carcajada si no fuese por eso que le impedía respirar, su amiga, Nuria, estaba casi caminando por las paredes con un ridículo vestido y la boca abierta.

 -No...- decía Nuria con voz cortada.- respirar.- en ese momento notó la gravedad, podría morirse en frente de ella y solo reía, que mala amiga.

 -Déjame ver.- con su normal fuerza bruta la azotó contra una pared, un poco brusco, pero es que Nuria parecía una mojarra fuera del agua.- no se como sacarlo.- decía mientras con sus manos torpes trataba de sacarle ese corsé.

-Atrás.- dijo débilmente la mujer ya viendo una luz.

 Volvió bruscamente a tomarla y girarla, solo que esta vez cayó al piso y comenzó a romper el lazo que ataba eso.

-¿Pero qué pasa aquí?.- dijo una mujer en ..¿español?

 Ambas levantaron la vista, mientras Nuria volvía a tomar color.

 -Esa mujer nos mira.- dijo Magda entre risas por su acento.

 -Si.- respondió con una sonrisa Nuria.

 -A ver, muévete muchacha.- le ordeno la mujer a Magda, mientras levantaba a Nuria.- no se las puede dejar solas un segundo que ya hacen este tipo de cosas, que yo no las entiendo.- 

 -Magda, esta mujer se parece a tu abuela.- notó Nuria con ojos desorbitados ante la mirada furiosa de esa señora.

 -¿Si verdad?.- Magda se acercó y le tomó la cara entra las manos mientras la masajeaba.

 La mujer le quitó las manos de un fuerte golpe recibiendo un puchero de parte de la gigante.

-¿Te has robado otra vez el whisky de tu padre? Niña mal aprendida.-  ambas rieron, pero en un momento comenzaron a notar lo que estaba pasando.

 -Fuera fuera.- dijo Nuria empujando a la mujer fuera de la habitación y cerrándole la puerta en la cara bajo los gritos de disgusto de ésta.

 -Nosotras estábamos en una guerra...- recordó Magda.- ¿Otra vez?.-

 Nuria estaba pálida, desarreglada debido al incidente del vestido.

 -Creo que nos vamos moviendo por épocas.- dijo y Magda la miró con una ceja elevada.

-Si no me decías no lo notaba eh.- respondió sarcásticamente.

 Ambas comenzaron a mirar a su alrededor, los muebles, el piso, la decoración, era todo tan delicado, parecían metidas en un cuadro de los que se exponían en los museos.

 Nuria comenzó a mirar la biblioteca que había en el fondo, era enorme, Magda la siguió.

 -¿Qué buscamos?.- preguntó Magda.

 -Libros de historia.- respondió la pequeña mirando todo atentamente.

 Comenzado su búsqueda descubrieron que se encontraban en España, en el año 1700, y ambas pertenecían a la aristocracia, gracias a unas cartas entre ellas y nombrando con burla los títulos de sus padres, a comparación de antes, allí ya tenían una vida.

 -Aquí.- dijo Nuria tomando un libro viejo.- mira.-

 Estaba desde principio a fin la guerra en la que ellas estuvieron involucradas, habían ganado, y se mencionaban dos mujeres que aparecieron y desaparecieron en circunstancias misteriosas, pero no se les daba el reconocimiento que merecían, gracias a ellas ganaron, desgraciados.



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En el texto hay: historia, dimensiones, cuantico

Editado: 31.03.2019

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