Atenea (amores perdidos #3)

Capítulo 11

Las semanas pasaron más rápidos de lo que imaginé, Víctor volvió a estar ocupado con la empresa de su padre, Dante con el nuevo proyecto, Diana estaba a full con la organización de la presentación de la nueva colección y yo... Pues yo estaba ocupada diseñando los vestidos y los accesorios.

 

Mis pies me duelen, todo el bendito día me la pasé viendo las telas, los diamantes y los complementos de estos, se supone que somos una sociedad así que mis diseños más exclusivos incluyen incrustaciones de diamantes en los hombros o el cinturón, los diseños están presiosos.

 

Mi colección "Novias diamante" es muy ambicioso pero confío en mi buen gusto.

 

Eso espero.

 

Hoy debo ver a Dante para ultimar los detalles finales del proyecto, mi hermano llega mañana junto a mi padre y entonces estaré totalmente libre para dedicarme por completo a mis diseños.

 

Llegó a Diamond Corporation y subo por el ascensor hasta el piso donde está la oficina de Dante, tengo algunos diseños conmigo, quiero que Dante les dé el visto bueno a algunos debo dejar algunos para el único y elaboración de estos.

 

El sonido del ascensor avisando que llegamos al piso indicado, bajé y ahí estaba Lira, una linda chica pelirroja de ojos marrones, ella es la secretaría de Dante.

 

_Hola Lira - saludé una vez que estaba frente a ella.

 

_Oh! Señorita Atenea - la muchacha corrió hacia mí para saludarme. - no sabía que hoy vendría.

 

_¿Cómo que no? - eso me alertó un poco, se lo dije a Dante pero conociendolo sé que se le olvidó, lo que me preocupa es que él no se encuentre. - por favor dime qué mi sabroso  y despistado Dios griego se encuentra aquí. - casi suplique.

 

_Si. Está en su oficina - fue al teléfono y la detuve.

 

_¿Está con alguien o muy ocupado? - pregunté y ella negó - ok. Entonces ingresaré no te preocupes por anunciarme, ese maldito me las pagará - le regale un giño y avancé a la puerta - dentro de un momento te llamaremos. - dije antes de entrar.

 

Abrí la puerta y ahí estaba mi sabroso Dios griego, sentado en su hermoso sillón de cuero negro, la oficina tenía un gran ventanal con vista a la calle, su escritorio era grande de vídeo y había otra mesa de mármol al lado derecho en ellas podíamos ver planos, diseños o estadísticas, el bar estaba al costado muy cerca de su escritorio y Dante estaba tan concentrado en un montón de papeles que no se dió cuenta de mi presencia hasta que estuve parada frente a él y grité.

 

_¡Dante! - el pobre lanzó los papeles que sostenía por lo aires y se llevó una mano al pecho mientras yo rompí a carcajadas y Lira abría la puerta apresurada a ver a su jefe con cara de susto.

 

_Pero que demonios te pasa Atenea casi me matas de un susto - me dijo sonriendo, se paró y camino para saludarme como siempre, besando mi frente - debiste avisarme Lira.

 

_Yo... - la pobre no sabía que decir.

 

_Se que no doy órdenes en tu empresa cariño pero ¿Cómo es posible que no tengo una cita agendada para hoy? - pregunté cruzandome de brazos y mirando fijamente sus ojos casi grises - te dije que hoy venía pero llego aquí y no estoy agendada así que le pedí a Lira que no te avisara. Necesitabas un castigo, cariño.

 

_Lo siento, cariño - se despeinó con sus dedos - lo había olvidado, tengo tantas cosas para el lanzamiento de la sociedad con los vestidos y pues... Hay... tú sabes- levanté las cejas diciendo ¿Es enserio? Y el solo me abrazó, como adoro que me abrace.

 

_Solo por esta vez te perdono. - sonreí respondiendo a su abrazo y aspirando su varonil perfume.

 

_Despues del susto que me diste... - golpee su pecho aún con la sonrisa en mi rostro - me debes un corazón.

 

_No lo necesitas, mira que olvidarte de mí... - regañé.

 

_Puedes retirarte Lira - ¡Oh! Me había olvidado de Lira, ella se retiró - bien, continuemos con lo que tenemos pendiente.

 

Nos la pasamos como dos horas viendo papeles tras papeles, trabajamos y avanzamos muchos en ese corto tiempo.

 

Nunca me aburro con él, amo pasar tiempo juntos, siempre estamos entre risas y bromas.

 

Por fin estábamos por terminar solo faltaba revisar una tabla y se habían cumplido 3 horas y media desde que nos encerramos en su oficina todo estaba tranquilo hasta que el teléfono de su oficina sonó.

 

_¿Qué ocurre Lira? - no sé qué le habrá dicho pero su semblante cambio a uno muy serio y frunció el entrecejo. - en cuanto tiempo se supone que llega - estaba nervioso lo sé y por lo que me doy cuenta es algo urgente. Empecé a ordenar todos los papeles de la mesa y solo me quedé con la única hoja que nos faltaba ver. - ese maldito no puede presentarse sin cita, dile que me espere diez minutos en cuanto llegue no voy a correr a atenderlo solo por qué es él.




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