Atenea (amores perdidos #3)

Capítulo 36

HARRY

 

 

 

He cometido muchos errores en los últimos años y todos fueron con Atenea. Le falle de diferentes maneras, fueron los más impensados y denigrantes. No estoy orgulloso de ningún acto que hice en su contra desde que terminamos, me aferre a su amor incondicional y di por sentado que si yo le pedía ella podía aceptar ser mi amante sin dudarlo, quería que ella me espere cinco años, solo cinco años para mí, pero debí imaginar que eso era mucho pedir, Atenea no se merecía nada de lo poco que yo le ofrecí.

 

Fui un hombre que quiso usar el amor de Atenea para controlar sus emociones y sus atenciones conmigo, pensé que ella nunca me dejaría y sería capaz de aceptar todo lo que yo le proponía, pero cuando las cosas no salieron como yo quería y ella decidió dejarme, me desespere y actué cegado por los celos y los sentimientos de traición. Sentí que ella me había traicionado al dejarme.

 

Pensé que ella no estaba considerando mis sentimientos y solo me abandonaba por capricho, intente hablar y hacer que entrara en razón cuando el que debería entender y razonar era yo y no ella. Le había fallado de la peor manera y si yo estuviera en su lugar seguramente reaccionaria peor que ella.

 

Fui tan estúpido en entenderlo hasta ahora, cuando me encuentro aquí, encerrado por intentar herirla una vez más.

 

Atenea va a tener un hijo, un hijo que siempre soñó tener conmigo lo tendrá con otro hombre. Un hijo que me alejara completamente de su lado. Si tan solo ella todavía me amara como yo aún le amo podríamos criar a ese bebe juntos, pero nada de lo que sintió por mi queda. Lo vi. Cuando me vio a los ojos me di cuenta que todo ese amor que me profesaba hace dos años había desaparecido y nunca volverá a ser mío.

 

_ ¡MALDITA SEA! -  golpee las rejas de mi celda.

 

Los puños me dolieron y me recordó la vez que ese imbécil casi me arranca las manos. Ese hombre defendía a Atenea como yo nunca lo había hecho y eso me dolía mas. Darme cuenta que ella estará bien con él me quemaba las entrañas.

 

_ ¡ME MIEGO ACEPTARLO! ¡ME NIEGO A ACEPTAR VERLO CON EL! – sé que le fallé, pero no puedo dejarla ir. No puedo. Ella es mía.

 

Oí unos pasos en pasillo hacia mi celda.

 

Ojalá fuera Atenea.

 

Pero contrario a mis deseos ella no apareció y solo vi a una copia mucho mayor de mi acercarse con un rostro totalmente cansado y decepcionado, de tras de él venía mi madre hecha un mar de lágrimas.

 

Has lastimado a muchas personas Harry.

 

_ Me traen noticias supongo – no salude y fui directo al punto. Mi padre solo me observo mientras mi madre negaba con la cabeza – si te la vas a pasar llorando no debiste venir madre, no creo estar aquí mucho tiempo ¿Cuándo podré salir?

 

_ Eso no pasara – respondió mi padre y el llanto de mi madre solo aumento. – Serás llevado a juicio.

 

_Es broma… ¿cierto? – empecé a desesperarme. No podía quedarme aquí. No, si quería recuperar a Atenea. – tenemos el poder suficiente para salir libre hoy.

 

_No tanto como para enfrentarnos a Bastian Caristeas – mi padre presiono el puente de su nariz – lo sabes.

 

_El no tiene poder aquí – esto no era Grecia – habla con Atenea, dile que venga y … - la mirada en sus rostros se oscureció y parecían decepcionados - ¿Qué pasa?

 

_Deja a esa muchacha en paz, hijo – pidió mi madre – por favor ya no trates de ir por ella.

 

_Puedo arreglar las cosas con ella – la mire a los ojos, quería que se diera cuenta que hablaba en serio – yo amo a esa mujer, Atenea es todo lo que necesito y debo estar libre si quiero reconquistarla.

 

_Estas mal – mi mama empezó a llorar – ella nunca te perdonara.

 

_Deja eso por la paz y abre los ojos – hablo mi padre con voz seria – tu no eres hombre para ella, no la mereces. Así que deja esa obsesión por ella y acepta tu realidad, la realidad que tu elegiste hace dos años.

 

_LA REALIDAD A LA QUE TU ME EMPUJASTE – le grite, era su culpa, mi padre me había obligado a llegar hasta aquí. – tu eres el culpable ¿lo olvidaste?

 

_Te di opciones y tu preferiste el dinero y las comodidades – me enfrento – fue tu elección y en eso yo no tuve nada que ver. – se acercó a la estrecha celda – hijo… acepta que esto fue tu culpa y de nadie más.

 

_NO – empiezo a perder el control. Esto no es mi culpa, si mi papá no me hubiera obligado aun seguiría con ella – ES TU CULPA Y VOY A RECUPERARLA, ELLA ES MIA.




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