Atenea (amores perdidos #3)

Capitulo 38

ATENEA

 

 

Ese beso me había dejado caliente, pero nos interrumpieron y el deseo se enfrió, así que decidí ponerme un ligero vestido de flores y unas sandalias de piso para bajar a ver quién es la persona que llamaba a la puerta. Mientras bajaba acaricie mi pequeño vientre que, aunque ya tuviera cinco meses parecía de tres, casi no se notaba.

 

_Amor – Llame a Bastian.

 

_Dame un momento mi vida - respondió.

 

Cuando llegue abajo fui directo a la puerta para ver quien era, ya que Bastian seguía parado ahí y su gran cuerpo no me dejaba ver a la persona fuera de la puerta hasta llegar a su lado.

 

_ ¿Dante? – no lo podía creer, mi amigo estaba de vuelta. Inmediatamente lo abrace - ¿Cuándo llegaste?

 

Estaba feliz de volver a verlo, pero el solo me veía con el ceño fruncido y su mirada iba entre Bastian y yo.

 

Había olvidado que él no estaba enterado de nuestra relación y menos de mi embarazo. Mis sentimientos por él definitivamente nunca fueron de amor, ahora que lo vuelvo ver lo sé. Siento una emoción normal de volver a verlo, pero es todo, lo nuestro hubiera sido un error, uno muy grande que seguro seria el fin de nuestra amistad.

 

_Pasa, pasa – tomé su mano y lo hice pasar, el solo se dejó hacer en silencio y eso me preocupaba ¿le habrá pasado algo? – cuéntame ¿cómo has estado? Y ¡por favor! Habla, estas muy callado ¿está todo bien?

 

_Déjalo asimilar la noticia amor – Bastian comento con voz burlona, abrazándome por la espalda y llevando sus manos a mi vientre que con este vestido no se notaba, pero como mi amado perro rabioso empezó acariciar mi vientre los ojos de Dante siguieron sus manos y podría jurar que estaba a punto de darle un infarto.

 

_Ustedes… estas… tu… - al parecer no podía articular palabra alguna, sus labios no podían formular una oración coherente.

 

_Si. Vamos a tener un bebe  - confirmo mi novio besando mi frente - y que bueno que estés de vuelta hermanito – el comentario de Bastian sonó bastante territorial.

 

_Así es Dante – sonreí colocando mis manos sobre los de Bastian – serás tío y estoy segura que mi bebe y tu hijo serán grandes amigos – en cuanto terminé de hablar sentí el cuerpo de Bastian tensionarse y Dante cayó sobre el sofá derrotado y como hasta ahora, no dijo nada, solo se cubrió el rostro con sus manos muy frustrado. - ¿alguien me explica lo que pasa?

 

_No… no era mi hijo - su voz sonaba rasposa y débil – necesitaba dinero y pensó que utilizando al niño yo podría darle. – al verlo en ese estado tan lastimero, sentí pena por él. Dejo todo aquí por la ilusión de tener un hijo y esa maldita mujer solo volvió a lastimarlo. Quisiera ahorcarla y dejarla calva por hacerle esto, me alejé de Bastian y me senté a su lado para abrazarlo.

 

_Lo siento mucho Dante – no sabía que más decirle solo acaricie su cabeza tratando de consolarlo y darle algo de tranquilidad. Él se fue dejando todo atrás por ese supuesto hijo, me dejo a mí y aunque ahora sé que fue lo mejor, me duele que todo haya sido una vil mentira – quiero matarla y arrancarle todo el cabello, trapear el piso con ella y enseñarle que con eso no se juega.

 

_Calma vengadora – mi amado puso sus manos en mis hombros – recuerda tu estado, no puedes estresarte.

 

_Pero es tan injusto. – apreté los dientes con fuerza – cuando encuentre a esa bruja voy a dejarla irreconocible, ni su madre le reconocerá. Se va a enterar que con mi amigo nadie se mete.

 

_Amor – Bastian acaricio mi hombro mientras yo seguía abrazando a Dante. – eso será imposible ahora, pero puedes hacerlo después de dar a luz. – me regalo esa sonrisa de maléfica y yo asentí satisfecha. Claro que la iba a desgreñar.

 

_Lo siento mucho bella – Dante volvió abrir la boca separándose de mí.

 

_ ¡oh no! ¿Por qué te disculpas?

 

_Por presentarme así en tu casa – inhalo y exhalo un par de veces y por fin desde que llego me miro a los ojos, estos no tenían brillo y eso me entristeció – felicidades por tu embarazo, eso sí que me sorprendió grandemente – sonrió desganado. Debe ser por su situación.

 

_ Pasaron muchas cosas que ya te contare – le sonreí y me puse de pie – voy a preparar algo para que comas, seguro que aún no has probado bocado – camine a la cocina – pero no esperes algo delicioso, las náuseas no me dejan hacer muchas cosas.

 

 

 

BASTIAN




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