Atenea (amores perdidos #3)

Capitulo 40

BASTIAN

 

Mi asistente está coordinando con el piloto para salir por el hangar privado de la empresa en el aeropuerto y por fin partir para Rafinha. Atenea está con contracciones y yo estoy lejos, voy a terminar por volverme loco si no salgo ahora mismo para allá. Sabía que no debía haber viajado, pero trata de convencer a una mujer embarazada de lo contrario. Imposible.

 

Siento que todo puede ir mal, los partos primerizos son riesgosos y pueden complicarse. Lei y oí tantas historias sobre este tema que siento que me voy a desmayar. Quisiera estar a su lado ahora mismo sosteniendo su mano o alentandola. Siento nauseas y el cuerpo me tiembla.

 

 

 

Hace poco hablé con el padre de Atenea, me dijo que ella se mantiene en cama porque estaba perdiendo líquido. Se que eso es malo, así que por eso me encuentro en esta situación.

 

¡eso es peligroso¡ !MUY PELIGROSO!

 

Asi que como no puedo controlar mis temblores soy llevado por mis hombres casi a rastras hacia el jet porque no siento mis piernas. Si hace un año atrás me hubieran dicho que me pondría así por la llegada de mi bebe me estaría riendo hasta llorar pero ahora mismo quiero llorar pero no de risa sino de miedo e incertidumbre.

 

Yo. El gran Bastian Caristeas se está orinando de miedo y nervios por el nacimiento de su hijo.

 

¡Patético!

 

En mi cabeza todo pinta mal, hemos pasado por tanto juntos que cualquier noticia un poco negativa me pone los nervios a mil.

 

No se como llegue hasta la clinica, solo se que ahora mismo debo ingresar a la sala de parto para acompañar a mi mujer en este proceso, pero mis piernas no me responden. enserio me estoy sintiendo patetico ahora mismo. 

 

_Seria mejor que yo ingrese con ella, en el estado que estas no podras hacer mucho - la voz de mi suegro me saca del trance en el que me encuentro. de ninguna manera voy a perderme la oportunidad de ver nacer a mi hijo - hablare con la enfermera para cambiarme.

 

_Estoy bien - de pronto siento que recupere todas las energias - ya estoy bien lo juro.

 

Me alejo de camino a la sala de parto con mi corazon latiendo a mil.

 

 

ATENEA

 

Las horas pasaron y las contracciones aumentaban y disminuían, no había forma de empezar con la labor de parto, sentía como se me quebraba la cadera en cada dolor. Bastian aún no llegaba y eso solo me espantaba más. Por recomendación trataba de respirar con tranquilidad porque según la obstetra esto disminuye el dolor ¡cuernos! Duele igual.

 

Ya entrada la tarde mi papá me informo que Bastián estaba en camino desde el aeropuerto, pero aún no llegaba, me estaba muriendo de nervios y de dolor. Las contracciones seguían avanzando y disminuyendo, a este paso tendrían que hacerme una cesárea. Lo que sea con tal de tener a mi bebé con bien.

 

Unos minutos después el dolor en mis caderas se hicieron más frecuentes y más fuerte, quería gritar pero eso disminuiría mi fuerza para pujar según palabras de mi obstetra. Trate de controlar mis lágrimas pero no podía, el dolor era inimaginable, literalmente sentía que me estaban partiendo por la mitas.

 

_¡AH! Mierda pongame una maldita epidural - suplique. Pero era tarde, había entrado en labor de parto y ya no podían aplicarme nada, de no avanzar en la dilatación pase a dilatar demasiado rápido, todo empezó a desordenarse, fui llevada a otra sala donde me esperaban otros medicos, Bastian ingreso ya cambiado y listo para acompañarme, por un momento me tranquilice al verlo pero los dolores me regresaron a mi realidad.

 

_Tranquila amor - sujeto mi mano con fuerza y lo sentí frio, estaba tembloroso y su voz sonaba llorosa. Lejos de calmarme su toque solo me puso más nerviosa. - estoy con ustedes, todo estará bien.

 

_Creo... Que yo debería... Decirte ¡Ah! ... Eso - escuché que la doctora me decía que debía pujar, era hora y eso hice pero aunque traté de pujar con todas mis fuerzas, estás no eran suficientes, sentía que me faltaba el aire, sentía que en cualquier momento me desmayaria, tenía la garganta seca, estaba bañada en sudor, puje, puje y puje no sé cuánto tiempo, Bastian me animaba sujetando mis manos y besando mi frente, literalmente estaba muy, muy agotada ya no podía mas, hice un último intento con últimas fuerzas que tenía para pujar.

 

Un llanto llenó la sala y pude por fin respirar en paz, mis ojos fueron cerrándose poco a poco.

 

BASTIAN

 

Mi hijo había nacido sin problemas, pero su mamá quedó inconsciente, durante todo el parto estuve temeroso de que algo saliera mal y no estaba equivocado, Atenea se desmayo y fui sacado de la sala prácticamente a empujones. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.