Atla

Capitulo 1 (Cumpleaños De Un Cordero Del Pasado)

Un fuerte estruendo se escuchó a las afueras del santuario de la Diosa Atena.

Provocando que llamara la atención de los solados y caballeros cercanos.

Sin embargo, él más cercana al lugar de aquel ruido, el mismo patriarca que se encuentra recorriendo aquellos caminos que conoce de memoria.

Y obviamente no iba por completo solo, usualmente de ahora en más, siempre va de la mano con la persona que más ama en esta tierra.

Pero en estos momentos ponerse en guardia es lo ideal.

Algo que amenace la paz del santuario y por lo tanto la seguridad de la misma Diosa Atena, ahora reencarnada en la joven Saori Kido, debe ser erradico de inmediato.

Sin perder tiempo, dirigiendo sus pasos hacia dicho lugar.

Notando como un cumulo de humo se va disipando, de donde se puede distinguir un pequeño cráter.

-¿Qué es esto?- Cuestionó Libra de inmediato, portando su armadura, colocándose delante del peliverde, alzando su escudo por cualquier ataque sorpresivo.

Mirando para todos lados, buscando a cualquiera que pudiera presentarse ajeno o con un cosmos maligno, pero no pudo notar nada.

Salvo por…

-Dohko…- La voz del peliverde cambio de estar en alerta a de sorpresa, como si sintiera o viera algo que le es muy familiar, pero que no debería pertenecer a este tiempo.

-¿Qué sucede Shion?- Lo miro detenidamente, reconoce cada tono de su amado Aries.

-Ese cosmos… ¿Lo recuerdas? ¿Lo sientes?- Le pregunto, con sus ojos rosas muy abiertos, casi sin creerlo.

-¿Cómo que si lo recuerdo?- Las palabras del patriarca lo confunden demasiado, pero intenta concentrarse en lo que el peliverde le indica.

Fue cuestión de segundos cuando pudo percatarse de ese cosmos, ese detalle que lo impresionó a gran medida.

-Pero, se supone que ya murió- Ni el mismo lo puede creer, las esmeraldas se contraen de inmediato.

Sin pensarlo más, ambos dirigieron sus pasos, antes de que los demás logren llegar, conocer que es lo que realmente pasa.

Por qué esa persona esta allí.

-¿Qué crees que significa esto?- Aun en su andar, clava su mirada en su amado Aries, para saber su opinión.

-No estoy seguro… Solo he sabido de una persona que logro hacerlo, pero fue al pasado no al futuro- Frunciendo su ceño, quedando a unos cuantos metros de distancia de quien ha llegado sin previo aviso.

Y ¿Cómo podría ser esto?

No todos los días se decidí ir a un tiempo diferente al propio.

Ambos estando tan cerca posible, aun en guardia por su fuera una trampa, pero todos esos pensamientos quedaron en el olvido, cuando notaron la persona de quién se trata

Confirmando sus sospechas, pues el cosmos no se puede equivocar o confundir de esa forma.

-¿Atla?- Pronuncio el peliverde, preocupado por el niño que ha conocido desde hace tiempo, más bien cuando el mismo Shion apenas era un adolescente, y lo vio crecer.

-El pequeño Atla, pero… ¿Cómo llegó hasta aquí?- Se giró para todos lados, creyendo que esto es más de lo que se ve a simple vista.

Sin pensarlo, se inclinó de inmediato, para tomar entre sus brazos a ese chiquillo, que aprecio tanto, y cuando se enteró que había murto ya de edad, lloro amargamente.

No era capaz de comprender por completo como es que esta una versión de él tan joven, de una edad similar a cuando la guerra santa de su tiempo dio origen.

Para Libra, ese pequeño también logro ganarse su cariño, aunque fuera siempre tan serio y más calmado de lo que alguien de su edad debería.

Acercándose con cuidado al peliverde, notando el estado del menor.

-Tiene algunas heridas…-

-Esta inconsciente- Hablo bastante preocupado el patriarca -¿Qué es lo que paso?-

Las ropas del menor, bastante similares a las del actual caballero de Aries, con la diferencia de tonos blancos y grises, una bufanda de una tonalidad anaranjada.

De hecho se podría decir que es muy similar a Mu de Aries, con la diferencia de que su cabello es violeta, corto y sus tikas rojizas.

Ambos adultos, pertenecientes de la misma época en la que ese pequeño viene, comenzaron a notar los cosmos de varios caballeros de bronce y plata acercándose, además de soldados rasos.

-Deberíamos llevarlo a un lugar seguro, pero…- Dohko sabe que es necesario mantener esto en completo anonimato si es necesario, entiende que es lo mismo que desea su amado Aries –Borreguito, Jamir podría ser un…-

No pudo siguiera seguir hablando, cuando el peliverde, aun siendo el patriarca, y yendo algo contras las reglas, decidió que teletrasportarse sería la mejor opción, así no serían vistos, mucho menos cuestionados, hasta que descubran que fue lo que ocurrió.

Ya que si de verdad viene del tiempo previo a la guerra santa, el no recuerda ese evento en donde el pequeño Atla despareció, o fue al futuro.

Sin siquiera pensarlo, su mente trajo al primer templo como destino.

Puede que el patriarca no esté pensando claramente, por el simple hecho de que esto es tan surreal, pero también en cierta forma le alegra ver a alguien de su juventud, un pequeño amigo.

Aunque obviamente no cambiaría la dicha de pasar esta nueva vida que se le otorgo, a lado de quien más ama, sin embargo… Alguien de su pasado, le trae recuerdos.

Más en estos mementos se necesitan respuestas que cualquier otra cosa.

---Templo de Aries---

El primer guardián actual, atento por el estruendo ocurrido, mirando atento si llega a divisar algún intruso, para defender el primer templo.

Pero sentir de repente esos dos cosmos que conoce a la perfección, llegar repentinamente, lo deja bastante desconcertado.

No lo piensa más al verlos, acercándose con cautela, aunque la presencia de ellos no significa nada malo, pero intentaría averiguar si algo incierto es.

-¿Patriarca? ¿Viejo maestro?- Los llamo con cierta duda.

-Mu- El castaño llamo al pelilila.

-¿Qué es lo que ocurre?- Se fijó en el peliverde, pero a la vez sin pensarlo, sus esmeraldas fueron directamente a lo que lleva entre brazos -¿Quién es?- Se dio cuenta que aquello es una persona, pero no la apariencia.




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