Atla

Capitulo 3 (La Confusión De Un Bicho)

Los ojos verdes del Lemuriano medio se abren de par en par, al igual que su boca, con el agregado que un gesto de frustración se dibuja en su rostro, ya avergonzado por este malentendido desde el inicio.

-¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡NO!!! ¡¡¡CLARO QUE NO!!!- Sonrojado a mas no poder, mirando de frente al Escorpión que sigue con ese gesto de idiota.

-A mí no me engañas- Sonríe triunfante, con una mirada algo picarona, para acto seguido cruzar sus brazos, pero dejando su mano derecha un tanto libre para señalar al otro –Ese niño es Lemuriano, lo sé por sus tikas, y tiene el cabello lila y ojos verdes. Es más que obvio que es tu hijo- Esta de acuerdo con la idea, y de hecho para el pelicerúleo es la más factible por ahora.

-¡¡¡NO LO ES!!! ¡¡¡ES UN… UN…!!!- Mira hacia el patriarca y el viejo maestro, recordando que esto debe mantenerse en absoluta discreción, pues podría traer algunos problemas… Se supone que deben tratar que todo esté bajo control.

Pero sean todos sinceros en verdad, que lo sepa Milo es sin duda la peor noticia del mundo.

No es tan conocido por guardar silencio en algunos momentos, incluso podría hacer que muchos se alarmen.

No puede siquiera continuar hablando, muerde su labio inferior, dando a entender que bien podría ser aquello verdad… Solo porque no está permitido decir la que en realidad pasa sobre el origen de este niño ahora.

-Mu, Mu, Mu- Niega con la cabeza el pelicerúleo, muestra un rostro algo contrariado, pícaro, pero con el ceño fruncido un tanto –De todos creí que tú, jamás serias capaz de tener hijos de forma clandestina, pero… ¿Negarlos?- Esta en modo indignación, pues ya cree que esto son palabras mayores –Eso no es para nada bueno-

El caballero de Aries actual, estando más sorprendido por estas palabras, sintiendo algo de enojo pues… En efecto de todos los dorados en esta actualidad, si es el que menos posibilidad de tener hijos puede ser, además de que en su vida se atrevería a negar la existencia de un ser que lograra ser su primogénito de sangre.

Sabe perfectamente el peliverde Lemuriano que estos son temas bastante delicados, que debería intervenir lo antes posible, sino… Lo más plausible que suceda, es que su disculpo contesté de una forma poco sutil.

-¡¡¡MILO DE ESCORPIO!!!- Llama de forma imponente al pelicerúleo, haciendo uso de ese tono de mando que solo él posee -¡¡¡ESTE NIÑO, NO ES EL HIJO DE MU!!! ¡¡¡ESO ES LO ÚNICO QUE DEBES SABER!!!- Le declara serio y amenazante, para que paren de una vez de decir estas estupideces.

-Entonces explíqueme patriarca, ¿Por qué tiene gran parecido con él?- Sus ojos azulados se enfocan en el pontífice, claramente con un gesto que significa que por nada del mundo le cree.

-¡¡¡MILO!!! ¡¡¡MÁS RESPETO PARA SHION!!!- Clara señal que no le agrado el hecho de esa pequeña muestra altanería hacia el peliverde, que sin duda representa algo importante en el castaño.

-Pero, ¿Qué dije?- Confuso en sus palabras.

Claramente este ambiente no es favorable para nadie… Sobre todo si se habla de la reputación del caballero de Aries, pues se verá envuelto en una burla y comidilla de entre todos, ya que…

Si esto se supiera, el hecho de pensar que es un hijo no reconocido suyo, traería grandes problemas con sus camaradas. Mirándolo de mala forma, por no haber mencionado esto… Pero sobre todo porque dos personas estarían decepcionadas de él.

Uno, sería su pequeño discípulo… Que sin duda le preguntaría muchas cosas, que aún no está en edad de responder…

Y en segunda uno de sus compañeros de armas… Se vería igualmente decepcionado de él… Y más por creer que hubiera tenido una aventura con alguna mujer.

Teme tanto que esto ocurra… Aunque no ha confesado sus sentimientos, no quiere que justamente esa persona lo va mal… No quiere perder ninguna oportunidad con él, aun si es mínima.

Debería intentar reparar este error, que no entiende como logró meterse…

Además, que las esmeraldas se fijan en el pequeño que yace en su cama, con esa carita inocente de confusión, preocupación, por estos gritos… Solo ocasionarían que su estado mental y emocional se viera perjudicado.

-Milo, ya basta- Habla intentando estar lo más tranquilo posible, solo por quienes aprecia y acaba de conocer. Ya que de verdad sentía ganas de plantarle un golpe en la cara al pelicerúleo por decir tonterías –Te pudo asegurar que…- Mira de reojo nuevamente al menor, sin saber si es prudente decir su nombre o no –Él no es mi hijo… Por favor Milo… Sabes que no…- Le intenta hacer entrar en razón al octavo caballero, mirándolo de la forma más seria posible.

-Entonces… Si no es tu hijo…- Mira serio a los tres mayores allí presentes, aun con sus dudas -¿Quién es?- Espera la respuesta deseada de una forma calmada, pero tratando de analizar sus posturas y movimientos.

-Eso no te lo podemos decir- Rapdiamente contesta el patriarca, posicionándose enfrente de todos, imponente por su apariencia y estatus.

-¿Por qué no?- Cuestiona la autoridad, por la curiosidad y sospecha de lo que para él es demasiado obvio.

-¡¡¡POR QUE NO!!!- Responde el peliverde, perdiendo la cabeza, enfrentándose a un fuerte dolor de cabeza por culpa del Escorpión tan terco como él mismo.

-Pues es muy sospechoso- Replica el pelicerúleo, volviendo a ver mal al pelilila.

Mu siente la marida de su compañero de armas, y solo atina a suspirar… Presintiendo, como en cuestión de horas esto sería escuchado por todo el santuario y se imaginaba ya las burlas que le harían los demás.

-Dohko…- El más joven llama al castaño en un susurro.

-¿Qué, quieres?- Le responde algo mal Libra, pues su enojo contra el bicho por andar de grosero con el patriarca y algo más de él, lo sigue carcomiendo.

-Creo que esto ocasionará muchos problemas a ese joven- El Lemuriano siendo una mini versión de Mu, está bastante preocupado por el adulto que comparte varias características, notando como el cosmos esta algo abrumado por la situación.




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