Atlantis: Guerra del Imperio Perdido.

9

La puerta se cerró detrás de mi cuando él y yo entramos. Caminé hasta el armario y comencé a sacar algo de ropa para cambiarme.

—¿Puedes salir? Me voy a cambiar — miré a Landon. 

—¿Cómo lo supiste?

—¿El qué? — fruncí el ceño.

—Compartimos pensamientos, creo que lo sabes.

—Tu mismo lo dijiste idiota, compartimos pensamientos, tú mismo deberías saberlo sin la necesidad de preguntarme — solté con un tono de voz algo enfadada y no sabía por qué.

Oh bueno, si sabía, pero no sabía cómo explicarlo.

Era una sensación muy rara, una opresión en el pecho como si algo estuviera mal, pero no sabes que es; y eso me pone de mal humor.

Escuché como soltó un suspiro de cansancio.

—¿Qué tienes? — preguntó tomándome de las muñecas para girarme y quedar frente a frente.

—Nada, ya déjame en paz, me voy a cambiar.

Moví mis brazos y me zafé de su agarre.

Caminé hasta la puerta para abrirla y darle una invitación a irse, cuando esta volvió a cerrarse de manera abrupta. Me giré junto con un quejido de molestia para reclamarle y me vi acorralada contra la puerta por Landon.

—No se si te has dado cuanta, pero no estoy de humor para estar soportando estos jueguitos.

—Créeme que ya me di cuenta de eso — alzo las cejas mirándole fijamente a la vez que se acomodaba recargando sus manos a la altura de mi cabeza en la puerta — y es por eso que me pongo así. No voy a dejarte hasta escucharlo de tus labios.

Solté un suspiro y me intenté "relajar"

—¿Escuchar el qué? — agudicé un poco mi tono de voz y fingí una sonrisa.

—Supiste identificar que el tipo ese era un cambia-forma, lo cual no es muy sencillo de hacer. Muchos no se dan ni cuenta...

—Pues solamente lo supe, no necesito darte alguna explicación sobre eso —conteste simple.

Iba a decir otra cosa, pero me vi interrumpida por un golpe en la parte trasera de mi cabeza por la puerta y solté un quejido. Landon se alejo un poco de la puerta e hizo una mueca al igual que yo al escuchar el golpe.

Di un paso al frente para que pudieran pasar normal y mi protector me colocó una mano sobre la mía en el golpe que estaba sobando. No fue necesario girarme para saber quien era, pues enseguida se escuchó la voz de Landeli.

—Hermano, ¿no me cambias de portador? Ya se que no es elección nuestra actitud, pero ya no soporto al chino — nos miro a ambos y se quedó callado y después rio nervioso—. Creí que estabas solo... Bueno, en otras noticias, Kashekim quiere hablar contigo y dijo que te dijera que era urgente para que te apuraras — hizo una mueca.

Ni siquiera me pido perdón por el golpe que me metió. Tarado.

Landon me miro con ojos de disculpa y salió de la habitación sin antes decirme:

—Tu y yo tenemos una conversación pendiente.

La puerta se cerró detrás de mi y miré que el menor de los Darragh se había quedado.

—¿Puedo preguntar por qué ambos estaban...?

—Ni una sola palabra — le di una mirada amenazante.

—¡Oye! Yo no dije nada, pero si me gustaría agregar que sea lo que sea que pasa entre mi hermano y tu, él lo hace y siente de verdad — me volteó a ver y se recargó en la pared —. Siempre que volvía a casa después de un rato estarte cuidando nunca se callaba — rio —. Pero bueno, eso ya no me corresponde decirlo.

—Landeli, no está pasando nada entre tú hermano y yo, solo es mi protector y yo su estúpida protegida — rodé los ojos.

—Si, si, claro y Jian no se comió a milaneso — imitó mi acción y después sin decir adiós se fue.

Finalmente pude cambiarme en paz. Me coloqué el crop top y la falda blanca, cuando terminé me puse a caminar por toda la habitación buscando que hacer. La cabeza me palpitaba aún, al igual que sentía una especie de asfixia muy rara, si había estado duro el golpe.

Llegué cerca a la orilla del cuarto y observé el panorama. Landon estaba con el Rey, probablemente Ashanti esté descansando, Lander era muy aburrido a mi parecer, Landeli se acaba de ir y pues a los demás no los conocía.

Vi la rampa que daba hacia los escalones del templo y asentí. Sería una buena idea salir ¿no? Me regrese a la puerta y le coloqué llave. Solo por si acaso a alguien se le ocurría entrar y no estaba.

Tomé asiento en el filo del piso y coloqué me dejé resbalar hasta el primer escalón. Bien, llevo uno, faltan como 100.

Y así me fui poco a poco, escalón por escalón y sin hacer mucho ruido. No quería que se dieran cuanta de que estaba "escapando". No estaba huyendo de nada, pero no está nada mal tener un momento a las afueras de ese palacio.

Caminé por las calles oscuras de Atlantis, el cielo lucía hermoso y era iluminado mi camino por las estrellas. Aún me seguía apreciando increíble la manera en la que esto funcionaba. Realmente era magia y realmente esto era como un libro de fantasía.

Recuerdo haber visto una película de Disney relacionada con este tema, pero al no saber creo yo mucho sobre el tema, no tomaron en cuenta los grandes espectáculos y las religiones de esta gente. Les falto la magia y las buenas costumbres, al igual que no mencionan a ninguna otra especie a los humanos.

Claramente no los culpo, antes Atlantis era un mito y creían que Plato estaba loco al hablar sobre una ciudad hundida en el océano. Que equivocados estaban al no creerle. Por suerte tengo la dicha de que si salgo viva de esto, poder contar algún día esta historia.

Caminé unos cuántas calles más y llegue al borde de lo que parecía ser un lago. Vaya, no creí que esto fuera posible tomando en cuenta la forma de la Isla.

La vista parecía infinita, no se le veía fin al lago y dude sobre si realmente lo era. Su tono agua cristalino era hermoso, piedras preciosas y algunos peces se veían a través de ella. Me apoye en una pierna y estire el otro pie para intentar tocar el agua con la otra punta. Sentía unas ganas de meterme ahí por un largo, largo rato.




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