Chase:
Ryan se agachó a ayudar a su madre, quien después de unas sacudidas logró despertarse; parecía confundida, y con el golpe que Skyler le dio no era para menos. Recorrió con sus ojos todo el lugar y luego, cuando miró a mi novia, quien se encontraba desmayada entre mis brazos y con la nariz dejando caer una línea de sangre, se agarró de la cabeza y empezó a sollozar.
Sentí un poco de empatía por la situación, y también porque yo me sentía igual de angustiado que esa mujer. Skyler tuvo un arranque que jamás pensé que tendría y que vería, tuvo un momento de desequilibrio que la llevó a hacer algo espantoso: golpear a su madre con el control remoto. Y sólo porque no le avisaron que yo iba de visita a casa.
Luke caminaba de un lado a otro, nervioso y pensativo, y mi hermano se encontraba a mi lado, intentando hacer que Skyler recobrase el sentido, pero era inútil. Yo no sabía qué decir y tampoco sabía muy bien cómo solucionar esto, pero mi interior me gritaba que algo debía aportar. Esa chica que hace un momento pareció una psicópata era mi novia, la chica a la que quería y no podía permitir que estas cosas siguieran pasando, pero ella no era un vampiro como yo, y tampoco era una bruja. Era una abominación, lo que me dejaba como un inútil en una situación tan grande.
—Está empezando a pasar mucho más rápido de lo que creí... ¿Qué vamos a hacer? —lamentó su madre—. Yo sé que esto es mi culpa y me arrepiento de no haber hecho las cosas bien cuando las tenía que hacer, me arrepiento de haber roto las reglas del mundo sobrenatural, pero si no lo digo es porque ella es mi hija, la amo, y no... No puedo perderla. No quiero lastimarla. No quiero lastimar a nadie más, ya he hecho suficiente, pero no puedo arreglar nada.
—Mamá, intentaremos hacer algo. Ya verás —habló Luke.
Mi mirada se desvió a la puerta cuando alguien tocó y rodé los ojos. En esta casa no era hora de visitas.
—No abran.
—Es Jason —me dijo Luke, fijándose cómo sostenía a su hermana en brazos.
—¿Qué hace Jason aquí? ¿Cómo sabes qué es él?
—No sé, pero le diré que se vaya. Y lo sé porque he tenido la vibra de que se trata de él. Soy brujo, ¿recuerdas?
Genial. La brujita estaba en casa.
Luke abrió la puerta con nerviosismo, su corazón latía rápido y podía detectar el temblor en sus manos después de lo que pasó con su hermana y su madre.
—¿Qué está pasando? —Jason se metió a la casa sin permiso apartando a Luke de la puerta. Pero, ¿y éste quién se creía que era?—. He sentido algo superfeo de Skyler mientras intentaba tomar una siesta, así que vine lo más rápido que pude.
Jason miró a la mamá de Sky y luego se centró en mi novia.
—¿Qué le pasa en la piel? Parece como si se estuviera secando...
—Ambos poderes son demasiado para ella. Las cosas malas están empezando a pasar. Hace un momento... ella me lazó el... —se le quebró la voz. Soltó un sollozo y supe que no podía continuar con la oración.
—Skyler ha arremetido contra su madre —terminé por ella.
Jason masculló.
—¿Le ha dado un ataque?
—Sí... Y sólo porque no le avisamos que Chase venía de visita —siguió Ryan.
—Tenemos que hacer algo. No podemos dejar que siga teniendo estos arrebatos porque será peor para todos —se metió Zach.
Me tomé unos segundos para acariciarle la mejilla a mi novia. Su piel seguía suave y tierna, sus párpados se encontraban cerrados sin fuerza alguna y la manera en la que su pecho subía y bajaba con tranquilidad me recordaban al día en que dormimos juntos en la cabaña; ella se veía tan tranquila... como ahora. Pero la realidad era que lo que parecía era solamente eso: una apariencia engañosa.
Ryan me tendió un papel para que le limpiara la sangre de la nariz a Skyler.
—¿Por qué le ha empezado a sangrar la nariz? —el sangrado no duró nada, pero mi preocupación era grande.
Samantha, su madre, se arrodilló para acariciar con ternura el pelo de su hija.
—Porque su cuerpo no aguanta tanto poder. Está sobrecargada. Y ya ha tenido un ataque. Skyler está siendo controlada por la fuerza sobrenatural, por el poder que hay en su cuerpo.
—¿No podemos hacer algo para pararlo...?
—No —respondió Samantha.
—Sí hay una manera —asintió Jason, y me centré completamente en él.
—Sí, pero no vamos a usar ese método —aclaró su madre.
—¿Qué manera? —preguntó Zach por mí.
—Un hechizo que duerma a las dos partes. Si tenemos suerte, la Skyler normal podría volver por unos días sin tener arrebatos.
—Pero no lo vamos a hacer.
Miré incrédulo a Samantha.
—¿Por qué no? ¿Acaso se te antoja que mate a gente solo por estar molesta? Esa gente puedes ser tú —apunté con molestia. Pude sentir la mala mirada de Ryan y de Luke.
—Si hacemos eso, entonces Skyler va a tener esos arranques acumulándose en su interior, ¿entiendes? No sabemos cómo puede ponerse una vez el hechizo deje de tener efecto. Ni siquiera sabemos cuántos días duraría.
—Pero al menos tenemos más tiempo —dijo Jason—. Tenemos que aprovechar esto.
—¿Tiempo para qué? Solo estamos retrasando lo inevitable. Se va a ir poniendo mal, Jason —Samantha negó.
—Tendríamos tiempo para poder averiguar qué podemos hacer. Y si es inevitable, será mejor que lo atrasemos. Es mejor eso a otra cosa. Y cuando esta parte psicópata de Skyler aparezca, tendrán el mismo hechizo preparado para seguir atrasando lo inevitable.
—¡La segunda vez no tendrá exactamente el mismo efecto que la primera! No seas ignorante, Chase.
—¡Al menos estamos haciendo algo para intentar arreglar lo que tú y tu esposo hicieron! —espeté, perdiendo un poco los papeles. Respiré profundo e intenté alejar la mirada asesina que estaba lanzándole a Samantha.
—Mamá —habló Ryan—. Jason y Chase tienen razón, hay que hacer algo. Atrasar sus ataques es lo mejor que podemos hacer mientras pensamos todos cómo solucionar este problema.