Observó desde el marco de la entrada mi habitación, que a pesar de ser mía es más el estilo de Amelia. Las paredes blancas, mi cama cerca de la ventana frente a una puerta que da al baño, un tocador lleno de maquillaje, un espejo de cuerpo completo decorado con fotos mías que me recuerdan los flash de las cámaras que algún día me dejaran ciega, un closet que es prácticamente otra habitación con prendas que son 98% vestidos que odio y el 2% que hace falta es de algunas cosas que he comprado a escondidas con papá. Suspirando continuó con mi vida, conectando mi teléfono para buscar algo que ponerme y hacer acto de presencia en la fiesta de Kaev.
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La fiesta se celebra en una de las casas más lujosas de la zona; me cuesta encontrar un lugar para estacionarme por lo que lo dejo unas cuadras antes, asegurándome que sea seguro abandonarlo ahí y leal. Camino por la acera acercándome a la escandalosa reunión al mismo tiempo que le escribo un mensaje a Ava Kylie. Atravieso el jardín delantero donde personas ya hacen de todo, no lo quiero ni imaginar como estará dentro.
Me muevo entre la gente escuchando de fondo una canción bastante aburrida la verdad, tal vez luego les muestre música. Logro llegar a la cocina que esta menos concurrida, sirvo un poco de agua negándome a tomar una gota de alcohol o al menos por el momento… mientras me entren ganas de hacer el tonto.
— Sabía que esa cabellera rubia solo le pertenecería a la chica de gorrito — volteo de inmediato ante la voz, me encuentro con Aiden o Adán ¿Adrien? Sí, sí Andrien
— ¡Hey! Hola — sonrió, bueno por lo menos no tendré que ser sociable por compromiso — Que sorpresa encontrarte aquí — la verdad no creía que tuviésemos amistades en común, despeina su cabello negro de formar distraída, sonriendo de formar tierna
— Estoy trabajando — me siento sobre la isla presentándole atención y para verlo mejor porque es bastante alto — Estamos jugando chupitos por allá si quieres unirte, eres bienvenida rubia — toca mi brazo en forma amable y se marcha, recordándome las palabras de Joss de que es más agradable sobrio.
Seguido mis pensamientos se dirigen hacia Bryce ¿También está aquí? Debería buscarlo, es divertido ingerir alcohol con él. Paseo mis ojos en el jardín a través de la ventana.
— ¿Esperas a alguien? — Kaev aparece a mi lado, niego a su pregunta de inmediato.
Se forma un incómodo silencio que lo hace posar fijamente sus ojos en la puerta que dan al jardín trasero, suspira con frustración llamando mi atención, volteo encontrándome con un chico rodeado de chicas, Fher Hunter.
Los ojos cafés de él se conectan con los míos en cuestión de segundos, inicia una guerra de miradas que se rompe cuando una de las chicas a su alrededor lo besa, volteo, otra sensación extraña se formar en mí; trayendo conmigo un fugaz recuerdo de esa noche…
Cometo una locura queriendo apartar ese recuerdo que en un momento creí olvidados; atraigo a Kaev hacia mí para besarlo, había pasado mucho tiempo desde el que no besaba a ningún chico, pero es que no me apetecía ninguno, ahora solo lo hacía porqué sabía que me estaba viendo, quería demostrarle que también podía hacer lo mismo que él. La verdad eso ni un beso era, ya que Kaev era quien hacia todos los movimientos y yo estaba ahí. Otra locura vino a mi cabeza cuando acaricia mi muslo derecho
–¿Por qué no subimos? – le di cuerda, sus ojos se oscurecen y me preguntan si estoy segura luego de que lo he rechazado tantas veces, asiento.
Tomándome por la cintura me baja de la isla, sin apartar las manos de mi cuerpo me guía hacia las escaleras, al final de estas toma mi rostro besándome, esta vez sí sigo su ritmo feroz, sus manos van a mi trasero para alzarme, continuo el juego armando algún plan en mi cabeza para luego salir de esto idiotez. Pronto entre tropezones entramos a una habitación, donde me deja sobre una superficie fría, me separo para observar el lugar
— ¿El baño? — hago una mueca de desconcierto, masajeó el puente de mi nariz — ¡Pero que original! Estábamos en tu casa y me traes a coger al baño — se encoje de hombros, Kaev suele ser muy estúpido a veces.
Aparte eso y continúe con mi plan, desabroche los botones de su camiseta, toqueteo sus nalgas encontrado lo que busco, las llaves las saco fingiendo que estorban con mi toqueteo, mis manitas son curiosas…
— Entra a la ducha ya te alcanzó — lo beso otra vez para que se lo crea y lo hace, termina de quitarse la ropa en frete de mí, no me quejo porqué como dije Kaev no está nada mal.
Cuando cierra la cortina, a la velocidad de la luz tomo sus pertenencias y salgo corriendo, agradezco a Amelia por hacerme crecer en tacones; en dos de los basureros dejo sus prensas, las llaves se van conmigo, corro entre las personas escuchando gritos de enfados, claro que Kaev se percata de inmediato de mi plan.