El auto se detiene en enfrente de una casa que conozco muy bien. La visitaba mucho antes, al menos. Ahora es raro estar aquí, acompañada de los chicos. Según dijo Joss y creo no haber entendido mal, le van a ofrecer un puesto con los Evans para que pueda conseguir el dinero lo más pronto posible, así que primero la arreglaremos bien mamalona y luego el jefe hablara con ella, claro conociendo a Ava Kylie hay opciones de que corra a la estación de policía si se siente presionada y deben de prevenir eso, por lo que vinimos solas primero. Y también existen muchas probabilidades de que se vaya con nosotros... Considero que puede ser así. Ella es de las personas más fieles con las cosas que ama.
Bajo del coche, observando hacia todos lados por si los vecinos salen de chismosos, ante tantos autos frente a la casa, acomodo mi falda con desinterés, a mi mente viene Bryce, sus labios sobre los míos sin sentido alguno, porqué ni siquiera hay algo por lo que deba recordarme de la situación en este momento…
— Joss... Joss ¿Puedo contarte una cosa? — nos detenemos en medio de la acera que da a la puerta, sus ojos grandes y azules me estudian antes de asentir — Mmm Bryce y yo… Mmm nos besamos — nos besamos calientemente cada que se presta la oportunidad realmente, quiero admitir, aunque no sé hasta donde puedo ser libre de contarle — pero cuando Matt y Diego se escucharon llegar, se largó — mi voz se había percibido demasiado decepcionada
— ¡Te has puesto roja! — me da un rápido abrazo lleno de diversión, demasiado feliz para la vida y lo que le estoy contando — Sé que gorrito no lo ha hecho porqué aposta, mira Diego no permite ninguna relación amorosa, ya que tuvieron problemas en el pasado, larga historia, así que esa regla apareció y está por algo, posiblemente fue eso o que Brayden sabía que no podía cumplirte.
Eleva una ceja divertida repetidas veces, niego en lo que toca el timbre de la casa.
Miles de preguntas se forman en mi cabeza con el trozo de la historia que ha dicho Jasmine, pero no puedo hacerlas porqué la puerta es abierta en cuestión de segundos.
Ava Kylie nos observa con esos ojos negros poderosos, Joss angelical con costo le da un poco de tiempo para esparcir su miel en un abrazo, antes de que Diego aparezca y se la lleve posiblemente para la oferta peligrosamente atrayente. Yo estoy muy feliz de que Ava Kylie acepte y estemos cerca más tiempo, animada con la situación que pondría nervioso a cualquier individuo normal porqué es a los Evans a quien se unirá, no es algo a la ligera. ¿Cualquier persona normal? ¿Qué somos alienígenas?
Subimos las escaleras emocionados, porqué al parecer todos están seguros de la respuesta que tomara Ava será positiva, bueno al menos la mayoría, ya que la amargada de Lillian prefiere quedarse cuidando la sala.
— Deberíamos regalarle un nuevo armario — comenta Daniel abrazando a su novia, entro por completo al lugar junto a Andrien quien está más que de acuerdo con la idea, lo observo vagar por el montón de cosas que acumula Ava, más de lo que utiliza hay que recalcar.
— Puede ser maquillaje, tintes y esas cosas — niego viendo a Andrien míster adonis pipirinais robar unas bragas justo cuando la pelinegra entra.
— ¡Soy toda suya! — sonrío de oreja a oreja, acercándome abrazarla, adoro a esta chica demasiado
— ¡Yo buscaré lo que usaras! — la escandalosa de Joss deja los brazos de su novio.
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Me muevo de un lado a otro a la espera de que Ava Kylie salga del baño finalmente preparada para marcharnos, se ha tardado más de lo que debería ahí encerrada. Supongo que no muy segura de esto ahora que ha aceptado. No todos los días se presenta unos criminales a tu puerta para proponerte unirte a ellos.
— Ella está asustada — susurro por lo bajo a Joss acostada en la cama.
— ¿Quién no lo estaría, Adalyn? Lo que hacemos no es muy honrado que digamos — asiento. La conversación termina ahí ya que Ava Kylie sale al fin, la pelinegra es preciosa siempre lo he dicho, ella grita prohibido con cada curva de su cuerpo, misterio con tan solo una mirada ¡Ahora soy poeta!
— ¿Qué tal me veo? — da una vuelta para nosotras
— ¡Riquísima! — todas reímos con mi comentario que resume lo que pensamos.
Partimos de la habitación conversando alegremente del nivel de trabajo que sale de las tres unidas por una causa. Joss se detiene antes de finalizar las escaleras, deteniéndonos también. Claro que todas las miradas están en la belleza tras de mí. La amarga de Lillian dice algo que como es de costumbre no escucho ya que estoy en esos ojos, su gorrito de lana del día de hoy hace que parezca más guapo que
normalmente, su cabello incluso parece estar más largo. Y de la nada estoy atenta a su ropa, la posición en la que se encuentra hasta de su respirar. Su mirada quema cuando me recorre de pies a cabeza estudiándome; para escapar de la situación termino de bajar y salgo de la casa prácticamente corriendo para subir al auto.