Son la 1pm cuando me levanto de la cama, era tarde, lo bueno era que no debía preocuparme por mi madre y la casa estaba libre, limpia, silenciosa. Camino hacia el baño con toda la paz del mundo, me apoyo en el lavamanos observándome en el espejo, ahora sí que parezco un verdadero zombi ¡Soy un asco! Los ojos hinchados, el maquillaje corrido, mi cabello con más nudos de los que he tenido a lo largo de mi vida. Con rapidez lavo mis dientes, sin querer observarme más; me despojo del pijama para meterme a la ducha, dejo que el agua se lleve la pesadez de cansancio al no haber dormido lo suficiente. Doy masajes a mi cabello y quisiera lavar mis recuerdos también. Abro los ojos observando las gotas resbalarse por mi pálido y delgado cuerpo.
— Diabla rubia… — suelto un grito ahogado cuando las puertas de la ducha se abren, cubro mis partes de inmediato
— ¡Brayden Parker sal de mi baño! — pasea sus ojos por mi cuerpo, cuando llega a mi rostro le doy una mirada de odio ¿Cómo se le ocurre hacer eso?
— Déjame ayudarte con tu cabello — quita su camisa ¡Este chico está loco! ¡Nunca voy a dejar que me lave! ¡O que entre a bañarse conmigo!
— ¡Bryce! — ríe negando y desapareciendo entonces.
Suelto el aire contenido cuando cierra las puertas. Nerviosa porqué vuelva abrir termino mi baño antes de lo planeado, me cubro con una toalla para salir. Lo encuentro sin camiseta aun y no me avergüenza decir que disfruto de la vista, Brayden está bien dotado. Se apoya en sus brazos para observarme ¿Quién no querría tener a un Bryce en su cama sin camiseta? Aunque debería estar enfadada por no respetar mi privacidad.
— Dime que no fue él quien te lo ha regalado.
En su mano el collar que me ha dado Fher me pone tensa, muerdo el interior de mi mejilla, no quiero hablar de ello, asiente haciendo una mueca como si leyera mi mente, mi silencio se lo cuenta todo.
Lo observó incorporarse y acercarse a mi lanzando por la ventana el maldito collar, sonrió por lo que me ha ahorrado ¡Es tan impredecible!
— Este es mejor, este luce más en ti
De su bolsillo saco un collar fantasma, de estos que la cadena ni siquiera se ve con dije diminuto y brillante de la letra "A". Me rodea a pasos lentos, contengo la respiración, la piel se me eriza con su toque, luego me observa con aprobación, él siempre ha tenido la razón. Parece encantado con el resultado de verlo en mi cuello, sonrió sin poder evitarlo.
— Muchas gracias, Bryce… ¿Ahora podrías darme un poquito de privacidad para arreglarme?
— Podría ayudarte a vestirte también, no me molesta — ruedo los ojos golpeando su pecho. Riendo sale con las manos alzadas de la habitación diciendo que buscara algo para comer.
Me quedo viendo por donde se fue, tocando el collar en mi cuello. No puedo creer que haga estas cosas, le agradezco tanto que me distraiga, que esté aquí cuando lo necesito, que pienso en obsequios como este. Me pongo en marcha vistiéndome rápido y no me preocupo por maquillarme, siento calientes mis mejillas por pensar en que me ha visto en peores situaciones. Coloco mis sandalias y salgo de la habitación rumbo a la cocina, donde Brayden parece preparar algo y así como pasamos la tarde, entre ollas y sartenes con tomates y cebollas.
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Los viernes en las noches la mayoría de las personas que pueden permitírselo, salir de fiestas con amigos o su novio. En cambio, Adalyn Stone Cox está en casa con un tazón de palomitas grasosas que deberá bajar en el gimnasio otro día, viendo la TV, mejor dicho, cambiando los canales porque no hay nada interesante.
Me detengo en uno donde la presentadora menciona a mi madre Amelia Cox visitando las ciudades de la moda, una palomita se me atora y casi muero cuando inician hablar del único hijo de la familia Hunter comprometido con su hija, ósea conmigo ¿En qué puto momento me comprometí? Río a carcajadas cuando la mujer dice incluso que se nos ha visto bien enamorados y bla bla bla.
Apago la TV asqueada con los programas de chismes, mientras maldigo el timbre de casa suena, frunzo el ceño porqué el portón principal está cerrado y es realmente tarde para visitas, camino hacia la entrada limpiándome las manos en la ropa, al abrir la puerta me encuentro con Andrien y Joss ambos sonrientes. Me sorprendo un poco, no recuerdo haber leído algún mensaje sobre hoy necesitando a los Evans en equis lugar. Los invito a pasar extrañada; cierro el portón con un control, después de todo tengo a dos personas muy buscadas en casa y hay que prevenir antes que lamentar, incluso creo que el imperio Evans está en el top de los más buscados, lo sé porqué con mi tiempo libre investigue un poco en Google
— Tu casa es muy bonita rubia — Andrien se deja caer en el sofá y comenzando a comerse mis palomitas de lo más normal