— …tendrás que hacer adicta a la hija del alcalde de Texas, así que te tocara viajar, sabes cómo es…
Permanezco inmóvil, solo procesando las palabras de Diego ¿Viajar? ¿Brayden se irá? ¿Tenía que ser justo ahora que estábamos bien? Incluso los brazos de Andrien me dejan, supongo que cuando me siente tan tensa. La noticia no me agrada para nada, no me gusta la idea de estar lejos.
Brayden se irá a Texas, me dejará sola no sé por cuánto tiempo, estaré sola en casa otra vez y tendré que enfrentarme a la realidad de saber que, si mi madre está en casa, Fher Hunter estará con ella, no, no los quiero cerca no quiero estar sola para enfrentarlos, simplemente no puedo sin Bryce, me he acostumbrado mucho más de lo que pensé a él. Brayden es la realidad que quiero ahora.
Andrien toca mi brazo volviéndome en sí, viendo que Diego me dirige un fólder amarillo que tomo temblando, asustada, más de que no esté cerca, no lo veré, me asusta más que hacerme mi trabajo con los Evans, trago grueso
— …Adalyn has de Robert Schwann un alma rebelde – asiento mil veces, asegurado a Diego que entiendo sus órdenes, antes de dirigirme hacia la salida, dejando en una mesa el dichoso fólder.
Esta parte ridícula de mi sale a flote, buscando más drama para mi vida. Corro hacia el mar obligándome a no llorar, jalando de mis cabellos para afrontar la realidad sola porqué sé muy bien que soy fuerte si me lo propongo; estas son solo inseguridades que se me ha metido en la cabeza, claro.
El agua llega a mis pies una y otra vez, cálida o mejor dicho en su punto para entrar a bañarse, solo que no me apetece por primera vez entrar al mar
— Adalyn — su voz es suave cuando llega a mi lado, pero no puedo voltear a verlo, aunque cuente hasta tres para calmarme interiormente no podría contenerme demasiado, pronto estaría recordando mis sonrisas por causas de él, maldigo el momento en que lo deje acercarse. Brayden intenta tomar mi mano y no dejo que lo haga, la quito abrazándome a mí misma.
— Te irás… me dejarás sola — susurro con un nudo en mi garganta.
Desde el inicio fue lo único que le pedí, nada más que eso, que nunca me dejará sola. Pase lo que pase y fuéramos lo que fuéramos no me dejaría sola. Una lagrima al fin rueda por mi mejilla amargamente y es la que hace volver a verlo, es tan jodida nuestra relación, incluso toxica, porque estamos bien medio segundo y el otro no, tan jodidamente dramático, al final del día sabemos que nos necesitamos peligrosamente, pero estamos aquí de todos modos, aunque lo sepamos, aun cuando quisiera que no fuera cierto.
— Dime que me quede y lo haré, dímelo Adalyn — niego con la cabeza, no puedo obligarlo; doy un paso atrás cuando intenta tocarme nuevamente. Es su forma de ganarse la vida, ahora todo es dinero y poder, no quiero dañarlo por una ridiculez como esta… no, no.
— No Bryce, es tu trabajo — logra al fin tomarme de las muñecas atrayéndome hacia él con fuerzas
— Sé que quieres que me quede contigo, estoy tan seguro como que me quieres más que como tu amigo, solo falta que lo digas, dímelo diabla rubia — jadeo sin saber que decir, no sé qué es en realidad lo que debería decir ¡No sé qué debo decirle!
Solo permanezco en silencio observando como lucha para mantenerme cerca y como lo hago también para alejarme, exigiéndome mil veces que le diga lo que quiere escuchar.
— Dame una oportunidad de hacernos feliz, de que puedas admitir que estas enamorada de mi como yo lo estoy de ti — dejo de forcejear, no despego mis ojos de los suyos con cada palabra. No puedo evitar sorprenderme con lo directo que siempre es conmigo, le gusta verme al borde del colapso.
Dejo que las lágrimas bajen como se les dé la gana, me parto en llanto como una niña pequeña; yo lo considero mi amigo, ese que no me deja sola y no quiero arruinar eso por darnos la oportunidad de estar juntos de otra manera, tengo miedo de que solo quiera utilizarme, usar esos sentimientos desconocidos realmente para mí, tengo miedo de que no funcione y eso nada más arruine nuestra amistad. Y por otro lado tengo la oportunidad perfecta para conocerlo entonces y olvidar de una vez por todas las malas experiencias con Fher, quiero que me enseñe y me haga sentir como es amar de verdad…
Tomo aire soltándome de su agarre al fin abrazándome nuevamente, no quiero siquiera que me consuele, solo no quiero salir lastimada, quiero que me vea segura de mi decisión. Suspiro
— Prométeme con el corazón en la mano que si no funciona continuaras siendo mi amigo, no te olvidaras que antes de todo me cuidabas de mis pesadillas y tampoco olvidaras dejarme una rosa cada día.
La sonrisa que aparece en sus labios no se puede describir, es única como el momento bipolar que solo nosotras podemos tener. Me abraza fuertemente acariciando mi cabello mientras susurra en mi oído “Jamás lo olvidare” Y soy feliz, puedo decirlo, porque debe haber un momento triste para poder descubrir que somos felices con pequeños detalles. Y yo soy feliz en los brazos de Brayden.