Atracción Peligrosa

Capítulo 14

Sacudo mi cabeza como si fuera un perro, antes de secarle con una toalla. No quería enfrentar a mi madre por mi cabello, así que me quite el tinte negro en uno de los lavados que hay en el recinto frente a McGastón rogando que nadie me haya visto, estaría en graves problemas sí fuera así. Abro la cajuela del auto dejando ahí lo que utilice para volver al rubio.

— ¡Hey! — volteo encontrando a un chico levantando su mano a la espera de cruzar la autopista después de un auto, cierro el auto dispuesta a escapar — ¡Espera! ¡Oye! ¿Tú eres la chica que estaba con Ava Kylie? ¿No? — llega a mi lado, desconcertándome por completo la situación. Va de traje desabrochado y tenis blancas, no pinta nada aquí y menos si conoce a Liee con su verdadero nombre, acomoda su corbata viéndome con sus intensos ojos marrones con toques llamativos ¡AAA! Ahora sé de quien trata, claro

— Ryan ¿Verdad? — asiente sonriendo — Yo soy Adalyn, pero ¿Qué te trae por acá? —

— La única persona que me hace buscarla por medio california, Ava Kylie Blake — evito una sonrisa, al parecer es otro que cae en los encantos de una pelinegra, claro también quien está cerca de la verdad por un simple collar.

— Lo siento, pero ella hoy no vino, tal vez puedes encontrarle en Blake's — claro que no se le había ocurrido buscarla ahí. Intercambiamos unas cuantas palabras más antes que se marche en un auto negro de apariencia bastante costosa. Y lo digo yo, que mis padres viajarían en naves espaciales por presumir...

Subo a mi auto para iniciar el camino hacia la cabaña, porque la verdad no tengo mucho ánimo de encerrarme en mi habitación. No duro demasiado en llegar, con algunos altos y luces rojas pasadas por alto de camino junto al límite de velocidad ¡Bendito Bryce que me demostró la adrenalina de ir apretando el acelerador por la vida! Dejo el auto frete a la cabaña, dentro no encuentro ni un alma, pero se escuchas voces de algún lugar. Bajo las escaleras hacía el sótano donde encuentro algunos de los chicos hablando por la computadora; no me notan porque están de espaldas, me acerco en silencio para de la nada abrazarlos por los hombros asustándolos un poco

— ¡Hola! — digo, mi sonrisa se borra de a pocos encontrando en la pantalla de la computadora la imagen de Andrien, con inmensas ojeras de cansancio, un corte en su labio, si no estuviera tan oscuro juraría que tiene moretes — ¡Andrien! ¿Cómo estás? ¡Te extraño muchísimo! Te visitaré pronto — le mando besos con las manos haciéndolo sonreír, quiero transmitirle mi felicidad de algún modo porque no parece el sonriente Andrien que conozco.

Me alejo para no interrumpir la charla de hombres que se forma, dejándome caer en el sofá. Son varios los minutos donde solo estoy viendo Instagram, historias de una chica que solo habla de su amor por un chico de internet, divirtiéndome son sus story time. Hasta que Diego aparece sentándose enfrente de mi con un iPad en sus manos y una expresión de disgusto

— Creo que he concluido con mi trabajo — intento hacer conversación, asiente dándome una sonrisa, pero antes que pueda decir algo Angie lo llama desde la primera planta, como buen esposo claro que prefiere estar con ella y se marcha llevándose a Daniel con él.

Trago percatándome de que nos han dejado a solas, solo Brayden y yo ¡Un peligro! No se tarda en acercarse a pasos lentos y no puedo renunciar a verlo fijamente hasta que llega a mi lado

— Sabías que eres mi chica peligrosa... — suelto una carcajada plena, están medios cruzados sus cables hoy — ... perdóname por enamorarme de ti — claro que sus otras palabras acaban con mi diversión ¿Qué ha dicho? ¿Escuche bien? ¿Enamorado? Las manos me tiemblan como si fuera la primera vez que nos besamos, porqué se acerca lentamente a mí y una Adalyn interna está pidiendo a gritos que lo bese, pero claro mi vida da puto asco y solo deja un beso en mi coronilla antes de incorporarse, saliendo del sótano, dejándome ahí hecha una gelatina en el sofá sin entender que fue lo que paso o si realmente paso. No somos normales.

+++

Termino de arreglarme, dándome una mirada en el espejo, hoy era una Adalyn con autoestima porqué me había comprado un nuevo par de jeans que marcaban algo que realmente no tenía, trasero. Además de que ya extrañamente echaba de menos mi color de cabello rubio. Tomando mi teléfono salgo por la ventana, rodeando la casa para correr rumbo a el portón que atravieso asegurándome que nadie me haya visto.

Avanzo hacía la esquina con la mirada fija en el teléfono, camino como tres calles de esa manera, solo metidas en mis pensamientos porque no estoy viendo nada en el móvil, las palabras de Brayden daban vueltas en mi mente y eso era suficiente para mantenerme distraída. Girando en la esquina choco contra alguien que hace resbalar mi teléfono, cuando lo recoge y me lo extiende no mido mis palabras

— Muchas gracias Roberth — sus ojos se abren en sorpresa, maldigo interiormente, debía cagarla obvio, no era Lía en estos momentos y peor ¿Cuál sería tu reacción si chocas con tu crush y sabe tu nombre?

— ¿Como... como sabes mi nombre? — abro mi boca sin asimilar lo que voy a decir ¿Qué digo?

— Tienes cara de Roberth... — okey eso no tenía ni el más mínimo sentido, río incomoda — De hecho, Lía ¡Si Lía! Me hablo de ti- creo que estaba por decir algo o desmayarse, en lo que un auto se detuvo al lado, la ventanilla se baja de a poco dejando a un atractivo conductor a la vista



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En el texto hay: rosas, amor, motocicletas

Editado: 28.07.2024

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