Tarareo la canción que sale por los audífonos mientras avanzando en dirección al estadio abandonado que tanto me gusta visitar, maldigo un poco cuando de la nada inicia a llover dañándome el momento, no es que quiera escuchar música triste ahora, pero la lluvia es tan apetecible para ello. Cuando llego a las gradas, así como apareció deja de llover, simplemente ha sido para joderme, me quito los audífonos para poder quitar el exceso de agua en mi cabello, que gotea. Agradezco que me haya dado pereza maquillarme porqué seguro en este momento hubiera parecido un mapache rabioso, sonrío tratando imaginarme como sería la situación, tal vez es la razón por la que salen hacer ejercicio sin maquillaje…
— Es un poco raro ver alguien reírse solo — levanto la mirada ante la voz, encontrándome a un chico que estudio de inmediato, tez blanca, cabello negro, ojos claros y una linda sonrisa.
— También es raro que alguien se te acerque hablar como si se conocieran de siempre— ríe divertido, acomoda su cabello antes de extenderme su mano
— Soy Camden Hudson — creo que estoy en esa etapa que dudo hasta de mi sombra, así que no acepto su mano haciendo que alce las suyas en rendición, no parece molesto por mi falta de educación — Soy policía bueno eso creo no tienes que...
Tomo mis audífonos viéndolo sentarse en uno de los escalones, no quiero ser amiga de un policía no es bueno para Bryce, para los chicos, es peligroso incluso respirar a su alrededor, hago intento alejarme tartamudeando excusas sin sentido, pero toma mi brazo deteniéndome, asustándome, que sea policía no significa que sea bueno. Es sospechoso que se presente como uno también.
— Un auto te seguía, ten mucho cuidado— me suelto bruscamente antes de salir corriendo arrepintiéndome de haber venido hacer ejercicio. La situación solo es demasiado extraña para estar sola.
Cuando estoy unas calles lejos de chico camino despacio, volvería a casa a tomar una ducha refrescante, apoyo mis manos en las rodillas tomando aire, solo es mi loca imaginación, trato de convencerme. Me sobresalto cuando un auto negro se detiene enfrente ¿Qué está mal con mi vida? ¡No puedo tener ningún momento en paz! Estoy por salir corriendo nuevamente cuando baja la ventanilla del auto, suelto el aire encontrando a Angie, solamente Angie. Ningún desconocido.
— Hola mi niña, siento mucho haberte asustado, pero es que necesito hablar contigo — asiento relajándome inmediatamente.
Hace señas de que suba rápido al auto y no parece molestarle lo sudorosa que este, subo al puesto de copiloto ajustándome el cinturón antes de que arranque. Parece sumida en sus pensamientos mientras conduce, ojalá vuelva a ser la Angie de siempre. ¿Cuánto ha pasado desde que perdimos a Diego? Más bien es Angie un ejemplo de superación.
— Creo… todos los chicos quieren a Liee en frente — me sorprende un poco que esa sea el motivo de venir hasta acá y que sea Liee la elegid. Angie se aclara la garganta con cada palabra — Incluso…. Incluso Diego quería a Liee, a veces creo que no confían en que yo pueda manejarlo ¿A ti que te parece?
— Yo sé que lo hará bien cualquiera de las dos, pero ¿Crees que Ava Kylie quiera? — la castaña niega sin dudarlo, como si todos conocieran lo suficientemente bien a la pelinegra, claro su sueño nunca ha sido quedarse con los Evans. Aunque con Liee nunca se sabe.
— Ya veremos qué pasa con el trono… mi niña sabes que confió mucho en ti — comienza a cambiar de tema mientras detiene el auto para poder verme fijamente, trago grueso sin saber que pasa — Diego… Diego... — esta tan nerviosa que no sabe ni formular oración, pasa algo grave.
— Cálmate Angie — tomo sus manos en señal de apoyo, sino no entenderé lo que tiene que decir.
— Estoy embarazada, Adalyn, estoy embarazada y mi bebé nacerá sin un papá, sin Diego — se parte en llanto.
Abro la boca sin saber que decirle, por un momento siéndome jodidamente mal, yo viví con Ava Kylie lo que es crecer sin una madre, ahora ese niño o niña no se merece nada de eso, pero no somos quienes para elegir nuestros destinos o el porqué de las cosas y sé que el bebé tendrá a cuatro hombres que ver como ejemplo a seguir, Daniel, Andrien, Matt y Bryce, sé lo digo a Angie buscando consolarla de alguna manera, ella asiente calmándose un poco. Lo único seguro es que la señora será la mejor mamá de este planeta y que tendrá una gran familia amorosa.
— Muchas gracias Adalyn— le sonrío asintiendo. Limpia su rostro, anda una caja completa de pañuelos tan adorable.
Mi cerebro continúa procesando la noticia. Un bebé Evans increíble, un nuevo integrante que llevaba realmente la sangre Evans. Bajo la mirada a su pancita ¡Tiene pancita! ¿Cómo no pudimos darnos cuenta de eso? ¿Cuánto le falta? Hay que comenzar a buscar lo que necesite… admito que me siento emocionada por esto.
— Niña hay algo más… lo último — hace una breve pausa — Después de lo sucedido han dejado negocios incompletos en Costa Rica… pensé, creo que lo mejor es irme y tener a mi hijo allá. Continuar con los negocios como si Diego estuviera, quiero que me acompañes Adalyn, de verdad quiero que vayas conmigo, sé que tienes a tus padres, amigos, tus estudios, tienes a Brayden... — la corto entendiendo todo
— Lo pensaré Angie, no te dejaré sola, lo pensaré — ella sonríe.
Comprendo lo mucho que desea esto de irse de aquí y que vaya con ella, pero sí tenía muchas cosas que pensar antes de decidirme. No podía desaparecer de un día para otro.
Vuelve a poner el auto en marcha, el camino hasta mi casa deja que me hunda en mis pensamientos, lo último que dice es que no debo preocuparme por nada de mi puesto en la cabaña, aunque ese es el mínimo de mis problemas.
+
Luego de una ducha para quitarme la apariencia de perro mojado, subí al auto directo a la cabaña asegurándome de que nadie me seguirá, ya había quedado con el tic nervioso de alguien siguiéndome, con policías apareciendo de la nada era peor.
Al entrar en la cabaña no encuentro ni un alma, camino hacia la cocina estirando mi mano para encender las luces, pego un grito encontrando a Daniel y Joss ¡Prefiero no entrar en detalles!
— ¡Lo siento! No sabía...— regreso por donde llegue avergonzada, les he dañado el momento ¡Mierda!
Subo al auto arrepentida de haber venido, con las mejillas calientes. Dani se acerca corriendo a la ventanilla, no luce enfadado o algo por el estilo, todo lo contrario, divertido, no hay cosa que no le haga gracia a esta criatura.
— Rubia tienes dos opciones, gorrito está en el lago y Ava Kylie creo te necesita, Kendall le ha dado un trabajo muy peligroso, muy duro para ella, así que decide — asiento, besa mi mejilla molestando antes de volver a la cabaña.
Veo por el espejo retrovisor lista para salir de ahí, elegiría a mi mejor amiga sin dudarlo, aunque una parte de mí sabe que tengo mucho miedo de ver a los ojos a Brayden, no sé cómo vaya a tomarse mi decisión. Me tenso viéndolo salir del bosque, tenía mucho miedo a enfrentarlo ¿Cómo le digo que me iré? La parte que lo conoce me dice que se lo tomara muy mal y que solo nos haremos daño… pero siempre me ha comprendido y es una jodida mierda.
Escapo a toda velocidad, no es el momento. Eres una cobarde Adalyn, me repito a mí misma pisando el acelerador. En algún momento tendrás que decírselo, no puedes dejar a Angie sola, ella quiere que yo la acompañe y eso haré. Él no me esperará tanto tiempo, sí renunció a irse del condado por unas semanas con tal de quedarse conmigo, no esperará. Y no puedo ser tan egoísta de obligarlo hacerlo. Ya le he pedido demasiado.
El viaje entre mis pensamientos y no morir en un accidente de tránsito se me hace corto hasta la casa de la pelinegra, la sencilla casa Blake. Por un microsegundo me siento observada, pero al voltear disimuladamente hacía todos lados no hay nada, enserio me había dejado paranoica Hudson.
Ava Kylie me abre la puerta recibiéndome con un abrazo antes de jalarme dentro
— Agradezco que hayas venido, así podrás ayudarme a prepararme, Kendall me ha dado un trabajo... — había extrañado lo hablantina que llegaba a ser Ava Kylie Blake, me cuenta todo lo sucedido, ahora no me sorprende que se arriesgue tanto como para aceptar seducir y deshacerse de Ómar Collins por ayudar a su padre en el hospital, aunque fuese su casi suegro, me sorprende como el imperio Evans nos ha cambiado tanto para bien como para mal.
— ¿Alguien te ha estado vigilando o algo por el estilo? — menciono la extraña sensación de la entrada
— No. Creo ¿Por qué lo dices? — abro las cortinas de la ventana de enfrente echando un vistazo, no parece que haya nada fuera de lugar, todo es tan tranquilo que da miedo incluso.
— Es que cuando baje del auto me sentí observada, fue una sensación extraña — le quito importancia al final, lo menos que quiero es preocuparle y que se ponga nerviosa por algún cable suelto mío.
La envió a darse una ducha, comenzando a husmear, siempre he enviado un poco la casa de Liee, huele a un hogar de verdad, aun cuando está vacía sé que viven en paz y llenos de amor, era aún más notable cuando la señora Blake vivía. Me dejo caer en la cama tomando uno de los tesoros de Ava Kylie, pero me aburro de leer cliché, suficiente con vivir en uno; prefiere el regalo de Bryce, sonrió recordándolo. Reviso Instagram tranquilamente, esperando impacientemente. Me sobresalto feo cuando Ava pega un grito.
— ¡Adalyn no dejes el libro así o me muero!
— La que se va a morir voy a ser yo con esos gritos tuyos y este guapetón de Shawn Mendes — le muestro mi teléfono para que logre apreciar la foto donde va sin camiseta, me hago la ofendida cuando pregunta que hago aquí y no en la cocina roban su comida, me incorporo sacudiendo mis manos
— Tengo que ayudarte aparentar un poco más de años, casi siempre es al revés — la tomo por los hombros haciendo que se quede quieta en una silla frente a su desordenado tocador, antes de comenzar con el maquillaje; ato en dos moños mi cabello para poder trabajar más a gusto.
Ella habla mientras hago mi trabajo, comparte conmigo lo que hay en su cabeza y en su corazón igual de desordenado que el tocador, entre chismes, polvos compactos, delineadores trascurren los minutos. Ava Kylie es una diosa, no hacía falta tanto para dejarla empoderada. Solo esos ojos negros son suficientes.
— No sé cómo es que aprendiste tanto — se burla la desgraciada porqué sabe que nunca puse mucha atención a las clases, aunque no podía pasar todo el día en la luna
— No creas pasar entre estilistas profesionales durante años algo se tenía que pegar — ríe acercándose al armario donde tengo que ayudarla a elegir algo formal porque esa palabra no va con ella, la gente rica de eso lugares siempre llevan prendas tan costosas y sofisticadas.
Luego de verla marcharse en el auto de Matt subo al mío, sin tener más nada que hacer acá.
++
El día siguiente me levanto a las 11am sola en casa porqué mis maravillosos padres estaban de viaje lo cual no es novedad, ni la señora de limpieza había hecho ruido como para llenar el silencio del lugar. Así que lo único bueno es que tenía la casa sola ¡Wii! Como si no hubiera tenido suficientes años solitaria. Luego de una ducha me dejo caer en el sofá dispuesta a ver alguna película o un maratón de Harry Potter que a nadie viene mal, es la primera vez que podría decirse no le presto la atención que se merece a Ron, reviso mi galería sin tener que hacer, odiando mi cara en las tantas fotos mías que almaceno, una punzada en el pecho cuando me encuentro con las fotos de Brayden en mi cocina, lo feliz que fuimos ese día preparando pizza ¡Menuda mierda! Es que viéndolo así todo es tan claro, estaba volviendo a suceder solo que no estaba preparada para aceptarlo, lo nuestro era mucho más que una atracción peligrosa… y no quería dejarlo, estaba dudando de alejarme, yo lo… el timbre de casa suena sobresaltándome, sacándome de mis descubrimientos.
Me incorporo aun desconcertada, abro la puerta y no sé si para mi suerte el ojicolores está ahí, sus vaqueros, sus chaquetas de mezclilla juntos a sus típicos gorritos de lana que cubren su largo cabello, el aire me hace falta cuando me extiende una rosa, sonrío con el corazón acelerado y luego me parto en llanto, no quiero separarme de Bryce, lo voy a extrañar demasiado, me lanzo en sus brazos rogándole que no se aleje. Me alza como si nada, me enrollo a su alrededor, no quiero alejar quiero estar pegada a él toda la vida. Entra a la casa cerrando tras de él, camina conmigo hasta la habitación donde nos acurrucamos, lloro porque aun así no puedo decir nada. Solo estoy obsesionada con su olor embriagador.
+
Despierto por la falta de calor por parte de Bryce. Lavo mi rostro y dientes antes de salir en su búsqueda por la casa, no creo que me haya dejado así nada más, ni una nota había.
— ¿Brayden? — nadie contesta.
Reviso la cocina, la sala, el baño e incluso el despacho de papá y no creo que este en las habitaciones que ni yo misma recuerdo, voy pasando al lado del ventanal que da a la piscina y es ahí donde lo veo de espaldas. Parece tenso. Me inundo de felicidad saliendo para acercarme
— Bryce te busque...— me detengo al sentir ese olor, el cual me he acostumbrado porqué es lo que vendo, huele a mariguana, lo peor es ver que en una de las sillas de playa está el instrumento que utilizan para inyectarse no sé qué cosas, tomo su brazo haciendo que voltee a verme ¡Tiene que ser una jodida broma!
— Brayden… — en sus manos hay sobrecitos blancos que he vendido y conozco bien, evito reírme sarcásticamente viendo su rostro y como no ha tenido la decencia siquiera de limpiarse, no puedo creer que este consumiendo esta porquería ¡Me había dicho que la dejo! ¡Una mierda!
— Brayden Parker vete de mi casa ahora mismo, no te quiero ver — mi voz suena más dura de lo que hubiera querido, pero es que no podía verlo así.
— Adalyn deja que te explique no es lo...
— ¡Vete Brayden! — volteo alejándome, conteniendo el llanto, no debí salir a buscarlo… toma mi brazo haciendo que lo veo, no es mi Bryce quien está enfrente ¡¿Qué hiciste con mi Bryce?!
— Rubia… yo solo quería… lo siento, quiero entender lo que está mal…porque saliste corriendo de la cabaña, llorando y escapando de mí, te siento lejana y me estoy volviendo loco
— ¡Aquí lo único que está mal eres tú consumiendo…! ¡Consumiendo esa mierda! — me cuesta respirar, estoy enfada — Brayden me mentiste cuando te lo pregunte, lo negaste… necesito tiempo para asimilarlo ahora vete — me suelta de su agarre nada contento con tener que hacerlo, entro a casa cerrando con un portazo.
Inicio a llorar al fin, sé que tal vez no soy la mejor dejándolo solo ahora, echándolo de casa cuando debería apoyarlo y quiero más que nada ayudarlo, pero Angie también me necesita ¿Qué se supone que deba hacer?
++
Salgo a toda velocidad de casa, manejando como un completa loca al ver las noticias, todos se han enterado de que Fher está muerto lo peor es que me vinculan con él y mis nervios están fritos en este momento. Piso el freno de golpe al no percatarme de la luz roja, la parte delantera de mi auto da contra el costado de otro en un pequeño impacto, golpeo el volante enojada conmigo misma ¡Hoy definitivamente no es mi día! Me quito el cinturón bajando del coche, dispuesta a disculparme y pagar todos los daños, las demás personas pasan al lado cabreadas porque los atraso. Me detengo viendo quien es el que baja del otro auto ¡Claro que podía empeorar! Suspiro frustrada al chico de la otra vez es quien se ha atravesado en mi camino.
— Parece que volvemos a encontrarnos — su atuendo es muy formal lo que me recuerda que es policía
— Lo siento no volverá a suceder, solo envía el costo de los daños — doy la vuelta dispuesta a marcharme, pero vuelve hablaran
— Creo que es una señal de que el destino nos quiere juntos y tu solo te alteras
— Vete al demonio, sigue soñando con las malditas coincidencias — sonrió de manera falsa subiendo al auto, pasando a toda velocidad a su lado.
No duro más de 15 minutos en llegar a la cabaña. Bajando del auto logro ver a los chicos en la entrada, no muy lejos de ellos Brayden fuma, logro darme cuenta de lo inquieto que esta, ansioso. Nada bien.
— Hola Dani… ¿Dónde está Joss?
— Rubia ¿Podemos hablar? — me tenso escuchándolo hablar detrás.
Volteo con mi corazón se encogiéndose más y más al verlo, su carita de cachorrito arrepentido y esos inyectados en sangre, pero no estoy lista no puedo hablar con él en ese estado. Vuelvo a Daniel ignorándolo con todas las fuerzas del mundo, Dani me informa que está en la parte de atrás, me adentro en el porche y no llego más lejos porque toman mi brazo, sé quién es con solo su toque frío
— Adalyn no volveré a drogarme… perdóname… no lo haré por ti, pero vuelve conmigo... yo te amo— lo empujo alejándolo de mí, me trago las lágrimas negando con lentitud
— Brayden deja de decirlo me haces daño… nos hacemos daño— da un paso al frente y yo uno hacía atrás intentando mantenerlo lo más lejos posiblemente
— Te amo Adalyn ¡Te amo!
— ¡Cállate! Ya con tu sola presencia me estas matando — entro a la cabaña escuchándolo gritarme, golpear la puerta, maldecir porque no lo dejan entrar, me limpio las lágrimas traidoras corriendo hacía la cocina, alejándome para no escucharlo.
A lo lejos logro ver a las chicas conversando, la distracción que necesito para no pensar en él. Sé que es muy inmaduro de mi parte, pero es que necesito que este bien, es por su salud. De igual manera debo pensar primero en mí no lo obligaré a cambiar para estar con él. Me siento mal pensando que me mintió con un tema tan delicado.
+++
Dos semanas pasan volando en la monotonía, volviendo a lo que era antes de conocerlo. Todo trascurrió entre estar sola en casa, pequeños trabajos que me dio Kendall, algunas carreras que se organizaron donde vi varias veces a Brayden drogarse y me sentía fatal de no tener las fuerzas de ayudarlo. Las cosas entre nosotros costaban en gritarnos cada que nos cruzábamos.
Atravieso el portón abriendo y cerrando con el control, dejo el auto donde siempre que es a medio camino, bajo tomando las bolsas que le he llevado con comida a Andrien en la cárcel. Entro a casa tranquilamente, pego un grito al encontrar en la sala a Daniel y Joss muy cómodos, el primero ríe antes de seguir viendo la pantalla. Llevo una mano a mi pecho calmándome del susto.
— ¿Cómo han entrado? El portón estaba cerrado y es demasiado alto, además las alarmas estaban encendidas ¿No? No me siento segura ya — ahora mi casa es todo menos una fortaleza, desde que no hay guardas es todavía peor.
— Muy fácil...— alza su portátil, había olvidado que Jasmine era una hacker o ladrona experimentada y Daniel… bueno su novio. Empujo las bolsas a un lado cansada como para seguir cargándolas.
— ¿Qué los trae por acá? — era claro que no vendrían a visitarme así nada más
— Una palabra. Gorrito — dice Daniel borrando la sonrisa de mis labios.
Vuelvo a ver los ojos azules de Jasmine que confirma lo que ha dicho el castaño, invito a Joss a mi habitación por qué no hablaré en frente de un Evans que es lo siguiente de chismoso y no es como que me apetezca que llegue a oídos de Bryce.
Joss se sienta en mi cama mientras soy vueltas de un lado a otro ¿Por dónde empezar? ¿De qué manera desahogarme? Inicio por la invitación de Angie a Costa Rica, sin decir nada del embarazo claro, luego sobre mi atracción por Brayden, sobre cómo me necesita y aún sigo sin hacer nada al respecto… ella solo escucha mi bipolaridad, porqué me enojo, soy feliz incluso lloro un poco; cuando termino de decirle mis desgracias estoy en el suelo y mi cabeza apoyada en sus regazos. Creo que no querrá volver hablar a solas conmigo.
— Adalyn sinceramente no sé qué decir, pero creo que deberías hablar con gorrito, ver si puedes ayudarlo realmente sino es así nos encargaremos, ya lo hicimos una vez hace tiempo. Les servirá la distancia ya sabes eso para probar si realmente sigue igual cuando regreses — acaricia mi cabello con dulzura — Aunque con relación a Angie, no entiendo sus ganas de irse, igual eres tú la que decides.
Hice bien en callar porque Angie seguía guardándoles el secreto sobre su embarazo y no era quien, para revelarlo, solo destruiría la confianza que me ha dado. Suspiro cansado, solo queriendo acabar con esto.
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