Atrapa mi alma

Capítulo 12

—¿Cómo se llamaba tu hermano? -Alejandro no pudo evitar preguntar. 

Se dijo que iba a evitar el tema, él no iba a contarle sobre sus padres, entonces no tenía derecho a indagar sobre su vida, pero necesitaba saber, todavía había una pequeña parte de él que quería decirle a Owl que lo entendía, que no estaba solo. Aunque no tuviera sentido.

Y era completa absurdo. Alex lo sabía. Había pasado de decirse que se iba a ir después de disculparse a tomar un café tras otro y la conversación seguía y seguía...

Él nunca fue muy social, no tenía muchos amigos, su vida era dibujar y sus estudios, ser el mejor en ambos para poder vengar a sus padres. No se preocupaba por caer bien a las personas, por tener largas conversaciones más allá de lo necesario. Theo y Sabine eran las personas con las que más hablaba, después de que el matrimonio que lo cuidó muriera, y ahora estaba aquí con un desconocido platicando como si se conocieran de toda la vida. No había incomodidad, había incluso una chispa casi mágica, una pizca de atracción que no entendía, pero se sentía bien.

Michael sonrió con tristeza, y Alejandro lo entendía, supuso que esa era su misma expresión cuando pensaba en sus padres. —Robert. Mi hermano se llamaba Robert. Robert Owl.

El hermano que Alex creía asesinado.

Alex tomó un sorbo de su café, todavía preguntándose si debería decirle de sus padres, serviría para dos cosas: Owl sabría que lo entendía, que había pasado por lo mismo, y comprendería también por qué su actitud con él cuando lo creyó un asesino. 

Mordió su labio inferior y Michael le sonrió.

—¿Qué? -el ceño de Alex se frunció, aunque estaba sonriendo también. Owl tenía una sonrisa contagiosa.

—Estás nervioso, estás pensando demasiado -lo señaló-, tu labio, muerdes tu labio cuando estás nervioso. Lo he notado...

Había tenido más de quince años para notarlo. Más de una década cuidando a su niño lo hizo aprender mucho de él.

Alex se ruborizó y bajó la mirada. ¿Por qué este hombre le afectaba tanto? Era frustrante. Quería huir de él, pero también quería quedarse. 

—Yo también heredé el color de mis ojos -dijo al fin, de algún modo estaba hablando de su madre, y así se disculpaba también por hacerlo sentir mal por sus ojos. Owl le había dicho que eran parte de lo que él era, los suyos también-. Mi mamá también tenía ojos azules, el mismo azul.

Lo sé. Michael casi lo dice en voz alta. Él sabía, por supuesto, que su madre tenía ojos azules.

—Son hermosos. Deben decirte eso mucho. Pero de verdad lo son, de ese azul tan profundo, tienes una mirada intensa.

Alex parpadeó y miró a otro lado. Ya se lo habían dicho, lo de la mirada, solía mirar fijamente a las personas sin darse cuenta, un mal hábito por su amor al dibujo, solía imaginarse dibujando los rostros de las personas y eso solía ser molesto para los demás.

—Lo siento. No me doy cuenta. Siento si te incomodé.

Pero Michael no estaba incómodo ni molesto. —No me molesta, no lo decía en un mal sentido, Alex. De verdad me gusta, dices mucho con tu mirada.

Una sonrisa tímida adornó sus labios. Generalmente todos se incomodaban con su mirada, era bueno que Owl no, no quería alejarlo por algo que amaba. —Gracias. Creo que digo más con mis manos, por los dibujos quiero decir. Soy bueno en eso.

—¿Sí? Supongo que sí si estás en Retratos hablados. 

Alejandro no solía ser ególatra o presumido, pero sabía que dibujando sí era bueno. Sacó su bloc, no pudo evitarlo, era como un padre presumiendo a sus bebés, y encontró el retrato del propio Owl, no el de sus sueños sino el que hizo por las descripciones del testigo. 

Michael lo miró sorprendido. Llevaba años viendo el talento de su niño crecer, pero verlo de cerca. El dibujo no tenía el brillo que reconoció la primera vez que atrapó un alma, tenía razón, no había atrapado su alma incluso cuando era un gran retrato. 

—No es tan bueno -Alex empezó a defenderse y a cerrar el bloc, pero la mano de Michael lo detuvo.

—Es muy bueno, ¿de qué hablas? No seas modesto, Alex. Es perfecto.

—No es perfecto -Alejandro estuvo en desacuerdo. No era un mal dibujo, aunque no era su mejor trabajo, pero teniendo a Owl frente a él supo que ni el de su sueño ni ese retrato hablado hacían justicia al hombre. Seguramente sería un gran reto retratarlo correctamente, tal vez casi imposible, las líneas de su rostro, la forma de sus labios, la intensidad de su mirada, era... Sería difícil plasmar esa vitalidad, esa magia en papel.

—Podrías seguirlo intentando -Michael cortó sus pensamientos al hablar de nuevo.

—¿Perdón?

—Seguir intentando que sea perfecto. No rechazaría ser tu modelo, Alex. Tienes talento, incluso te compraría mi retrato.



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En el texto hay: un amor imposible rodeado de magia

Editado: 12.07.2018

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